Ya lo deben saber:
El Senado de la República aprobó la reforma Fiscal, que incluye un impuesto de 8 por ciento a la llamada "comida chatarra".
En un país como México, en donde más de la mitad de la población se encuentra en pobreza y pobreza extrema, resulta una CANALLADA que el Gobierno aplique impuestos a la botana y la comida chatarra. Para la población mexicana, acceder a los productos básicos necesarios para mantener una alimentación sana es sumamente caro, incluso las familias en mejor condición económica incluyen en su menú semanal, por lo menos 3 días de botanas, restitos, hot dogs y toda clase de chucherías para "llenar" el apetito. La botana a pesar de los impuestos seguirá siendo más barata que la carne, el pollo, el huevo, el frijol, la leche, etcétera. Además, a los mexicanos nos encanta la comida chatarra.
Uno de los problemas de salud más graves que tenemos en México, es la obesidad y en consecuencia la diabetes; este problema paulatinamente ha ido en aumento por diversos factores, pero uno de ellos, se debe de manera importante a la grave situación de pobreza que no se resuelve y por el contrario, está creciendo.
Aquellos que están reclamando al Gobierno que con el impuesto gravado a la chatarra, la gente no va a dejar de consumir esos productos ni los refrescos y que por ende continuará el problema de obesidad, quiero decirles que esto es absolutamente cierto y el Gobierno perfectamente lo sabe. ¡¡¡Esa es la estrategia!!! No desaten su burla.
El Gobierno no implementó esta medida para reducir los índices de diabetes y obesidad en México, si realmente ese fuera el objetivo, se tomarían medidas muy distintas, orientadas a incentivar los buenos hábitos y costumbres en torno a la alimentación, las políticas públicas serían otras y de ninguna manera las acciones podrían ser castigadoras.
Pero al gobierno lo que le interesa es recaudar más dinero y nos conocen tan bien, nos saben tan fieles a la chatarra y nos saben tan pobres, que la mejor forma de quitarnos dinero es incrementando los costos de los usos, vicios y costumbres que por necesidad, por pobreza y por terquedad tenemos.
El gobierno de México, a lo largo de 40 años, no sólo nos ha restado oportunidades de desarrollo, educación, buenos servicios de salud, no sólo nos ha quitado la seguridad y una buena alimentación, ahora también nos quieren quitar los ingredientes principales de nuestros momentos de convivio y alegría, el gobierno nos está empujando a ser un pueblo, pobre, gordo, hambriento y amargado.
Ojalá no estuviéramos tan hambrientos y enfermos, para que pudiéramos todos juntos, los mexicanos, darle un fuerte revés al Gobierno dejando de consumir estos productos que han decidido incluir en su ya muy larga lista impuestos. Ojalá pudiéramos quitarle el gusto al gobierno de quitarnos nuestro ya muy precario ingreso.