En las aguas de Abaco

El archipiélago de las Bahamas consiste de unas 700 islas y una que logra combinar autenticidad bahameña con comodidades modernas y aventuras es Ábacos.
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El Turtle Crawl es una experiencia sin igual.

La llegada del otoño motiva a muchos a planificar sus escapadas invernales hacia el sol y la arena. El archipiélago de las Bahamas consiste de unas 700 islas y una que logra combinar autenticidad bahameña con comodidades modernas y aventuras es Ábacos. Esta cadena de islas que consiste de unas 120 millas de largo cuenta con islotes y cayos ideales para aquellos que gusten de explorar en bote - ya sea como capitanes o pasajeros - o explorar encantadores pueblitos que parecen detenidos en el tiempo.

En Marsh Harbor se encuentra Abaco Beach Resort and Boat Harbour Marina, la hospedería más grande de esta isla que cuenta con una marina capaz de acomodar enormes yates y de anclaje extendido, personas que navegan a la isla y permanecen en sus embarcaciones por largos periodos de tiempo, como pronto sucederá cuando las temperaturas comiencen a bajar en el norte.


La marina del Abaco Beach Resort cuenta con todas las facilidades para una atracada nocturna o para meses.

El hotel ofrece una variedad de habitaciones para acomodar diversos presupuestos, desde ocupación doble a unidades de lujo equipadas con cocinas profesionales y varios cuartos conectados y la posibilidad de contratar un chef. Todas las ocupaciones cuentan con balcones que miran hacia claras aguas.

playa privada
La playa privada del resort, las hamacas son espacio premium.

En el mar

El resort es muy acogedor y el personal es muy amigable, pero Abaco tiene algo que invita estar afuera. El hotel cuenta con kayaks, tablas para surf de remo y esnórquel gratuitos para sus huéspedes. Desde la marina parten muchos botes de pesca de aguas profundas y tours de vistas y esnórquel, excursiones que pueden coordinarse a través del resort.

Una de las experiencias únicas que ofrece el resort es el Turtle Crawl Experience, un ecotour que consiste de dos días de expedición guiada de surf de remo en las aguas de Tilloo Cay, parte de la Reserva Nacional Pelican Cays, que permite disfrutar del paisaje, vegetación y especies marinas. El punto de vista desde la tabla y su suave deslizamiento permite observar diferentes especies como estrellas marinas y peces, pero la meta es echarle un vistazo a la elusiva tortuga Abaco, que nada con sorprendente rapidez, se confunde entre la maleza del fondo y se convierte en un verdadero ejercicio de visión y celeridad. Avistamiento de aves y los famosos agujeros azules de las Bahamas son parte de la expedición.

peces tigres
Los peces tigres abundan en las cristalinas aguas.

No se puede discutir que las actividades acuáticas dominan, pero los amantes de las aves pueden salir en excursiones para ver la cotorra Bahamas y explorar parques y áreas que ofrecen biodiversidad de manglares y flora y fauna. Algunos de estos combinan el uso de kayaks y/o bicicletas, en Abaco es casi imposible estar exento del contacto con el agua. El resort puede delinear excursiones que se ajusten a los intereses y nivel físico de los participantes.

Por el agua y en tierra firme

Ábacos es la capital de botes y veleros de las Bahamas. Las islas y la serie de islotes y cayos son fascinantes para la exploración y ofrecen experiencias singulares. Los no marineros tienen la opción de conocer estos islotes por tierra, que también encierran mucho encanto y sorpresas, pero tendrán que llegar por agua. El resort promueve la exploración de sus vecinos.


El faro de Hope Town, al fondo, parece un dulce de menta.

Por un lado está Elbow Cay cuenta con un banco de arena muy popular entre los visitantes. La Playa Tahití es un estrecho de arena blanca entre agua tan cristalina que no parece real. El agua no sobrepasa los muslos y es un paraje simplemente paradisiaco.

El paseo para llegar ahí es una maravilla con la oportunidad de mirar mantarrayas y tortugas sin mucho esfuerzo, sólo bajando la vista. El agua es tan clara que desde la embarcación se detectaron caracolas que luego se convirtieron en una refrescante ensalada gracias a que el capitán siempre anda con machete en mano e ingredientes en el barco. Pero esta descripción se ajusta a cualquier lugar que se llegue en barco por estas aguas.


Las cristalinas aguas son distintivas de los islotes y cayos.

Hope Town, en Elbow Cay, se distingue porque sólo carritos de golf transitan algunas partes del pueblito donde caminar e ir en bicicleta para admirar las casitas de colores pasteles es la norma. El pintoresco faro es uno de los últimos operados por kerosene y manualmente en el mundo, la llamativa torre fue alzada en 1862. Aquí hay otras opciones de hospedajes y cuenta con varios restaurantes. Hopetown es el asentamiento más grande de las islas.

Man-O-War ofrece buenas opciones de pesca, esnórquel y buceo ya que el buque USS Adirondack encalló ahí en 1862 y es muy popular entre los aficionados de estos pasatiempos. Esta "isla seca" - no se consume alcohol - se distingue por su gran tradición de elaboración de embarcaciones de la Familia Albury, que data de 1952. Las veredas decoradas con trinitarias están pobladas por gatitos y es una delicia caminarlas. Entre las muchas tienditas se distingue Norman Albury Sail Makers con bultos de viaje que son para que duren toda la vida, lo que justifica sus precios.


Las playas de arena blanca y aguas serenas abundan.

No es necesaria una embarcación privada o un tour para explorar estas islas, ya que hay un sistema de ferries muy confiable, la mayoría con acceso desde Marsh Harbour, o Gran Isla Ábaco, donde se ubica Abaco Beach Resort, el lugar ideal como "centro de operaciones". Es tan fácil como empacar un picnic o aventurarse a probar los restaurantes de las islas.

*Para los chicos
Cuando se visita Abaco Beach Resort en familia hay algo para hacer para cada miembro. Mientras algunos prefieren ocupar una hamaca, el programa Bahama Buddies le brinda una experiencia divertida a los chiquitines. Por $30 diarios por niño - que incluye almuerzo, camiseta y fotos del día - los participantes salen en excursiones en bicicleta o de esnórquel, aprenden a pescar y limpiar su pesca o a extraer la leche de un coco. El programa está pensado para que niños locales compartan con los turistas e intercambien aspectos culturales, además de darle a mamá y a papá un respiro y oportunidad de disfrutar de no hacer nada.

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