Suave brisa de esperanza rodea al Vaticano

Indudablemente son muchos los retos que le deparan al nuevo Pontífice. Aun así no dudamos que el historial de sensibilidad y humildad en su bagaje le serán de gran utilidad para poder confrontar con resolución la crítica transformación que su Iglesia demanda.
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El argentino Jorge Mario Bergoglio, hoy el Papa Francisco I, ha traído aires refrescantes a América Latina. La base de iglesia católica latinoamericana, a pesar de contribuir a las huestes eclesiásticas con el mayor número de adeptos católicos, esperaba romper con la hegemonía de pontífices europeos que por milenios ha dirigido la antigua institución; y se logró.

Luego de las accidentadas relaciones interreligiosas del Benedicto XVI con el mundo islámico existía algún nivel de ansiedad en la comunidad musulmana respecto al ánimo de diálogo y cooperación interreligiosa del sucesor papal.

Todo parece indicar que el pasado cardenal Bergoglio trae consigo una brisa consoladora cargada de un historial positivo de acercamientos con la comunidad musulmana en los que siempre mostró señales evidentes de respeto y tolerancia. En ocasión de una de sus visitas al Centro Islámico de la República Argentina (CIRA) en junio del 2010 , Bergoglio expresó "Yo vine como hermano a estrechar vínculos. Tenemos que cuidar esa esencia que tenemos en nuestras vidas que es Dios y de eso tenemos que dar testimonio en el servicio a los hermanos".

En esa ocasión su intercambio fue percibido tan positivamente que incluso el presidente del CIRA, Samir Salech, le comentó al cardenal que "el diálogo que siempre existió tiene otro rango". Esa no había sido la única ocasión en la que el cardenal formalizó diálogo cristiano-musulmán pues varios años antes, en el 2004, ya el cardenal había recibido en la Curia Metropolitana Argentina visitas de representantes de las comunidades islámicas y judías para trabajar en varias iniciativas como la de la creación de una comisión de intelectuales de varios credos para preparar una declaración conjunta contra el fundamentalismo religioso; además del desarrollo de otras iniciativas fomentando la continuación del diálogo interreligioso; proyectos para evitar el discrimen en las escuelas; así como estrategias para promover la paz y sana convivencia entre las comunidades religiosas judías, cristianas y musulmanas.

En ese mismo año, luego de recibir la visita del liderazgo musulmán argentino, el hoy papa Francisco I escribió para la perpetuidad en el libro de visitas del Centro Islámico: "Doy gracias a Dios, el Misericordioso, por la hospitalidad fraterna, por el espíritu de patriotismo argentino que encontré y por el testimonio de compromiso con los valores históricos en nuestra patria."

Esperamos que las comunidades islámicas del orbe extiendan la misma hospitalidad fraterna que la comunidad musulmana argentina ofreció al entonces cardenal. Así en el futuro cercano podrían emularse de forma expansiva aquellas iniciativas de paz que se gestaron en sana convivencia con los hermanos latinoamericanos porteños. Igualmente esperamos la pronta reestructuración de las estructuras institucionales de diálogo interreligioso en el Vaticano cuya oficina central fue 'degradada' en el 2006 y colocado por Benedicto XVI bajo el control del Consejo Pontificio de la Cultura.
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Indudablemente son muchos los retos que le deparan al nuevo Pontífice. Aun así no dudamos que el historial de sensibilidad y humildad en su bagaje le serán de gran utilidad para poder confrontar con resolución la crítica transformación que su Iglesia demanda.

Sin duda las brisas de buena voluntad del Papa Francisco I abrazan la comunidad islámica y con ello nos unimos a la preciosa oración que oficialmente publicó el Centro Islámico Argentino en ocasión del nombramiento papal: "Hacemos súplicas para que el Altísimo y Misericordiosísimo conceda a Su Santidad un futuro de felicidad y éxitos en su honorífica misión que seguramente aunará voluntades solidarias, tenderá puentes fraternales e interactivos entre el Mundo Católico y el Mundo Islámico, y proveerá de más Paz y Justicia para toda la humanidad." ; y de nuestra parte: Insha'llah (Dios permita).

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