Las conversaciones en mi cabeza

Las conversaciones en nuestra mente han escalado a tal magnitud en nuestra vida, que hasta cuando éramos adolecentes nos llevaron a intentar el suicidio. No fue hasta hace poco en donde estábamos pensando como esas conversaciones han afectado de alguna forma quienes somos hoy día, que nos acordó de unas caricaturas-muñequitos-tirillas animadas que se llamaban Tom y Jerry.
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Las conversaciones en nuestra mente han escalado a tal magnitud en nuestra vida, que hasta cuando éramos adolecentes nos llevaron a intentar el suicidio.

No fue hasta hace poco en donde estábamos pensando como esas conversaciones han afectado de alguna forma quienes somos hoy día, que nos acordó de unas caricaturas-muñequitos-tirillas animadas que se llamaban Tom y Jerry.

La trama de esos muñequitos animados era la misma siempre, el gato siempre estaba tratando de atrapar a ratón. Pero en uno de las cientos de horas que le dedique -voluntaria e involuntariamente- a verlas, nos vino a la mente uno en particular en donde el gato tenía que tomar una decisión y de la nada se le aparecieron dos personajes en sus hombros.

El primer personaje curiosamente lo disfrazaron con unas alas blancas y un vestido blanco hasta las piernas; y el segundo personaje tenía el disfraz del típico personaje pueblerino del diablo, con sus cuernos y el tridente en mano.

En ese momento en donde el gato estaba tratando de decidir cada uno de los personajes le comentaba al oído lo que ellos entendían que era lo correcto.

Hasta llegó un momento en donde el gato pudo visualizar -apareció una burbuja en la parte de arriba de su cabeza- con cada uno de los escenarios que le dijeron cada uno de ellos.

Hoy día cuando miramos hacia atrás ese momento en donde la razón se fue de vacaciones y las conversaciones en la masa encefálica nublaron nuestro pensamiento racional en la adolescencia, es que nos damos cuenta que el refrán que dice que "el 90% de lo que pensamos es falso, podría ser cierto".

De hecho al momento en que estamos desarrollando este escrito todavía podemos decir como esas conversaciones son mejores libretos que las películas que vemos de Hollywood.

Es en esas películas melodramáticas que nacían de entre nuestra vista, que se creaban todo aquello que nuestra mente pudiera imaginar y hasta nos poníamos de acuerdo -inconscientemente- con la imaginación para crear personajes, dramas, música de fondo y por supuesto diferentes desenlaces de la película.

Al final el melodrama interno y fantasioso que nos creábamos en el órgano que pesa unas 3 libras y está conectado a nuestra espina dorsal, la mayoría del tiempo no pasaba nada de lo imaginado.

Fueron muchas las horas que invertimos en psicólogos, psiquiatras, consejeros espirituales, entre otras personas a las que consultamos por muchos años, tratando de dar con el significado real de esas conversaciones, su origen y por qué sucedían.

La diferencia de cuando éramos adolecentes a hoy día, es que estamos en la proximidad de nuestra cuarta década en esta existencia y que esas conversaciones cada día son menos. No solamente son menos, sino que la energía que le ponemos y la atención que le brindamos es limitada.

Lo que sí sabemos es que las conversaciones son muy individuales, únicas y muy particulares. En la mayoría de los casos esas conversaciones ocurren mayormente cuando estamos aburridos; cuando nuestra mente divaga por el espacio sideral de la nada; cuando no estamos en movimiento físico o mental; pero en especial cuando dejamos que nuestras emociones nublen nuestra habilidad de razonar.

Esas palabras que escuchamos que hasta podríamos pensar que hay otra persona dentro de nosotros, no es simplemente una ilusión, hecha realidad por tus pensamientos.

La intención de que veamos este tema, es que esas mismas conversaciones son en algunos casos dañinos en donde nos autocriticamos severamente, nos castigamos con el látigo del desprecio, en donde nos decimos cosas que jamás le diríamos a otro ser humano y hasta puede llegar el punto que nos creemos esa ilusión.

Las conversaciones en nuestra mente son solo una demonstración adicional de que la mente no tiene límites, de que si el 2% de nuestra mente tiene la habilidad de crear esto y mucho mas, imagínense que pudiéramos lograr utilizando esa misma fórmula con nuestras metas.

Lo que si estamos claro que esas conversaciones no nos definen, las vemos como oportunidades de crecimiento en la vida de cada uno de nosotros, en donde no la mente, sino la acción tendrán la reacción que definirá el resultado.

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