El impacto de un ser humano

Hace unas cuantas semanas tome unas vacaciones "forzosas" de mi decisión semanal de escribir los sentimientos que rondan en mi alma y mi mente.Esta decisión fue una consiente la cual la tomé ponderado todas las posibles consecuencias de mis acciones y con el claro objetivo de ver si todavía las lecciones del Curso de los Milagros estaban latentes en mi vida.
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impacto ser humano
Hace unas cuantas semanas tome unas vacaciones "forzosas" de mi decisión semanal de escribir los sentimientos que rondan en mi alma y mi mente.

Esta decisión fue una consiente la cual la tomé ponderado todas las posibles consecuencias de mis acciones y con el claro objetivo de ver si todavía las lecciones del Curso de los Milagros estaban latentes en mi vida.

La más importante de esas lecciones dice "ríndete al Universo y el Universo se encargara de ti". El rendirme y dejar ir ha sido uno de mis mayores retos desde pequeño, de hecho es la razón principal por la cual me he posicionado en tantos líos en mi vida, ya que como "cabeciduro" que soy, cuando hay algo que deseo hacer, nos vamos como dirían en mi pueblo "con to' (todo) y tenis" aunque sé que va a terminar mal.

No fue hasta hace unos años atrás que ese mismo Universo me puso literalmente en mi rostro el mayor reto de mi vida, que se convirtió en la transformación más intensa y complicada de la cual he sido no solo el testigo de ella, sino el protagonista.

En ese proceso de transformación individual, profesional y colectiva en la que esa misma fuerza divina (que no es más que yo mismo) me llevó a explorar quien realmente soy, a encontrar esa famosa misión que desde pequeño sabía existía dentro de mí y que tenía que hacer, y sobre todas las cosas, a re-aprender lo que conocía.

Ese aprendizaje "forzado", pero que a su vez fue uno que no fue atosigado o impulsado en contra de mi voluntad, me permitió el encontrar un instrumento de desahogo individual que se convirtió en uno colectivo, el escribir.

Encontré en las letras (teclado de una computadora) nuevamente lo que cuando adolescente había experimentado; una libertad absoluta, sin prejuicios, una manera de poner de una forma ordenada todo lo que está en mi cabeza y que a su vez hiciera sentido para mí.

La sinceridad con la que hablaba y con la forma peculiar de contar una historia me abrió las puertas a miles de personas alrededor del mundo en cuestión de meses.

Esa responsabilidad de seguir alimentando las mentes de miles de personas se convirtió después de tres años en una responsabilidad que me pesaba, pero al momento de estar en la cima de la ola, no me percaté que estaba afectando de una forma u otra a estas personas y mi vida.

En el periodo de tiempo que hemos estado fuera de las letras y estos medios, nos han llegado emails y llamadas preguntándonos qué había pasado que nos veían; hasta me detuvieron en la calle unas cuantas personas que jamás pensaría que estarían leyendo lo que enviábamos, y nos preguntaron qué había pasado que no veían nuestra presencia en sus aparatos electrónicos.

En el periodo en el que estuve fuera, pude observar nuevamente la gran lección que una vez nos enseñó el Cursos de los Milagro (libro que no tiene que ver nada con los dogmas de ninguna religión). Esa misma energía universal se encargó de llevarme por caminos hermosos que me demostraron una vez más que una de nuestras misiones en esta existencia es la de escribir.

El escribir con la pasión que nos caracteriza, no solo por medio de las charlas y seminarios que damos semanalmente, sino de una forma íntima como me lo permiten cada una de los medios para los que escribimos.

Ese espacio de silencio nos permitió sentir nuevamente el significado de la GRATITUD, no solo de las personas que se nos acercaron, sino de mí mismo, el reconocer y agradecer el privilegio de estar haciendo lo que amamos y contribuyendo al crecimiento de miles de almas gemelas.

Por último, me recordó que no importa quién eres, qué haces o qué deseas hacer, cada uno de nosotros estamos en esta existencia para ser maestros y estudiantes de cada uno de nosotros.

Que en cada cosas que hacemos si nace del alma, será reconocida por aquellos que están despiertos y los otros que están todavía dormidos, quién sabe si por ese simple gesto que haces desprendidamente, sea el detonador para que despierten y nuevamente recuerden su misión.

Quién sabe si los ayudará a volver al lado en donde las preocupaciones son latentes, pero no se ven como cargas; al lado en donde solo se ven oportunidades en cada reto que se nos presenta; y por último al lado en donde el amor es el que vence, no importa cuán heridos estemos.

Agradezco en el alma esta oportunidad de nuevamente entrar en sus vidas y esperamos poder seguir contribuyendo al despertar de conciencia y a la transformación individual del colectivo que hoy llamamos tierra. Namaste.

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