Steve Gallardo, una aguja en un pajar

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Bien sabemos que los políticos y representantes del pueblo se vuelven inalcanzables una vez que son electos.

Llegan por el voto del pueblo a ser la voz ciudadana en el gobierno pero nunca tienen tiempo para compartir y convivir con familias, estudiantes o trabajadores. Cuando se les pide una cita siempre tienen "su agenda llena", o "se comunican más tarde" y atienden a la prensa solo cuando están en campaña o quieren algo de nosotros.

Pero la excepción rompe la regla. Me siento muy orgullosa de poder compartir la experiencia que tuve esta semana con el senador estatal Steve Gallardo, quien sin pensarlo dos veces acudió a mi llamado para apoyar a un grupo de estudiantes de octavo año.

Estaba impartiendo uno de los talleres escolares cuando noté algo extraño en el grupo de alumnos, por lo que le pregunté a la profesora a qué se debía esa actitud. Ella me explicó que ese grupo le preocupaba porque los muchachos estaban muy desmotivados, tenían sembrado en su mente que ellos "no podían hacer nada" y que eso les impedía luchar para mejorar.

Me pregunté ¿Cómo unos chicos de apenas trece o catorce años no sueñan, cuando están en la edad en que se quieren comer al mundo? Mi inmediata respuesta fue "ellos pueden y vamos a demostrarlo".

Entonces pensé que la persona idónea para motivarlos era el senador Steve Gallardo, quien ya había participado con una servidora en otros talleres. Le consulté a la maestra si le gustaría que le hablara al senador y su respuesta fue afirmativa. Mi intención era comunicarlos vía teléfono para platicar por lo que la maestra y una servidora hicimos un plan.

Llamé a Sheila, asistente del senador Gallardo, y le planteé la idea. "Tengo un grupo de estudiantes que necesitan a alguien que los motive, urge que los ayuden porque ya no creen en nada". La respuesta de Sheila fue inmediata. Se dio a la tarea de localizar al senador y en menos de cinco minutos se estaba comunicando conmigo: "El senador está en camino a la escuela". No lo podía creer. ¡Mis alumnos estaban a punto de recibir a un senador, quien, preocupado, estaba dispuesto a orientarlos y platicar con ellos! Y así lo hizo.

Con esto solo quiero agradecer públicamente a Steve Gallardo, un político que con su calidad humana y amor por su comunidad llegó no solo a un salón de clases sino al corazón de más de setenta chicos. Gracias por darse el tiempo de ayudar a quienes tanto lo necesitan. Aprendí que sí existe una aguja en un pajar.

Victoria Ortiz. Periodista independiente. vickyram27@yahoo.com

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