Hace 26 años, el 6 de noviembre de 1986, el presidente republicano Ronald Reagan promulgó una amnistía que legalizó a cerca de tres millones de indocumentados.
Me cuesta trabajo entender como gran parte de los republicanos están en desacuerdo con una reforma migratoria similar a la de Reagan, y al mismo tiempo utilizan la venerada figura del presidente, actor y líder sindical hollywoodense para tratar de ganar la Casa Blanca.
Es irónico. A un presidente republicano que ya no existe le están dando vida los intereses de su partido para ganar el voto hispano. Ojalá nuestra gente que puede votar no confunda las cosas y se deje llevar por el discurso político. Es importante que sepan que fue Reagan quien dio valor al trabajo de millones de seres humanos pero que también fue su partido quien en su momento evidenció su sentido común para tratar un tema tan difícil como la inmigración.
"Las cláusulas de legalización de esta acta irán muy lejos en mejorar las vidas de una clase de individuos que ahora tienen que esconderse en las sombras sin acceso a muchos de los beneficios de una sociedad libre y abierta. Muy pronto muchos de estos hombres y mujeres podrán salir a la luz y finalmente, si lo deciden, pueden convertirse en estadounidenses".
Reagan lo logró. Su partido lo olvidó. Después de él seguimos enfrascados en el intento de una nueva reforma. Después de él, nadie. Ningún presidente republicano o demócrata ha hecho nada.
Existen más de trece millones de indocumentados en los Estados Unidos que están a la espera de una reforma. Y también un país que a pesar de que sabe que ellos son pieza importante en el motor de su economía permite que sean perseguidos, explotados y humillados.
Reformas a medias no se valen. Hay que recordar las palabras de Ronald Reagan "Nuestro objetivo es establecer un sistema migratorio razonable, justo, ordenado y seguro y no discriminar en forma alguna contra naciones o personas particulares".
Ronald Reagan al despedirse de la nación en 1989 explicó su visión de una sociedad luminosa "con gente de todo tipo viviendo en armonía y paz... que si tuviera muros, los muros tendrían puertas y las puertas estaría abiertas a cualquiera con la voluntad y el corazón de llegar hasta aquí".
Los invito a que analicen no solo las propuestas de campaña sino todo lo que hay detrás, antes de tomar una decisión. Repito: Ronald Reagan fue único, después de él nadie. No se confundan por favor.
Publicado inicialmente en La Voz en Arizona
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