El desierto de Arizona, aunque no lo parezca, es escenario de muchas y muy variadas actividades recreativas para toda la familia y de sitios de enorme belleza natural. Usted puede disfrutar de la increíblemente cambiante naturaleza a pie, en auto, por aire o desde la comodidad de un tren histórico.
Hoy vamos a viajar al norte del estado para conocer una de las maravillas del mundo, el Cañón de Glen que alberga al Lago Powell, el segundo lago artificial más grande de Estados Unidos y que, se lo aseguro, no se iguala con nada que haya usted visitado. Es un lago cristalino de forma irregular, con multitud de entradas angostas en forma de cañadas cuyas paredes son riscos de piedra rojiza con formaciones caprichosas que se reflejan en sus aguas y que a la vista humana se vuelven impresionantes.
Lake Powell es el lugar perfecto para que visitantes de todo el mundo se alejen del bullicio urbano y disfruten de cosas naturales pocas veces vistas. El lago es enorme, mide 186 millas de largo y en algunas partes alcanza las 25 millas de ancho pero en su mayor parte es angosto y largo. Llega a alcanzar hasta 130 pies de profundidad y su litoral supera las 1,900 millas, distancia que iguala la costa este de la nación.
Aunque cuenta con playas de arena rosada y suave la mayoría de su orilla es rocosa y en numerosas partes inalcanzable y sólo pueden observarse desde el aire o el agua utilizando lanchas de motor, de remo o rentar una lujosa casa flotante. Existen varias marinas públicas y privadas y los visitantes disfrutan de las diversiones acuáticas como natación, pesca, buceo, snorkeling o esquí.
Lake Powell es un destino fantástico para familias. También hay opciones para quienes les interesan los tours en avioneta o helicóptero, desde donde tendrán vistas inigualables del fascinante paisaje.
Déjenme contarle un poco de mis experiencias en varias visitas que he hecho a este hermoso lugar. Para llegar desde el área sur a la parte principal del Lago Powell, donde se encuentra la enorme cortina de concreto de la Presa Glen, se pasa primero por una pequeña y bonita ciudad llamada Page, en donde comimos unos riquísimos cortes de carne.
Después de Page vuelve a aparecer el desierto pero adornado por un hermosísimo campo de golf con vista al lago. La vista es majestuosa. Seguimos nuestro camino al resort de la marina en donde nos hospedamos, no sin antes detenernos en el centro de visitantes de la presa. Una verdadera obra de arte de la ingeniería, que detiene en parte las aguas del Río Colorado.
La Presa Glen es la segunda más grande en el Río Colorado y el Lago Powell el segundo lago artificial más grande de Estados Unidos. Se empezó a construir en 1956 y se terminó 10 años más tarde. Nuestro guía nos relató las dificultades de la construcción, con accidentes incluidos, y la oposición de los ecologistas por su impacto medioambiental.
Recorrimos de arriba hacia abajo la impresionante obra de ingeniería y nos fuimos francamente satisfechos por el tour de 45 minutos por solo 5 dólares. Después nos dirigimos a nuestro destino. La vista de las orillas del lago quita el aliento.
Sus formaciones blanquizcas y rosadas contrastan con el azul del agua y nosotros estábamos frente a ellas. Al siguiente día tomamos el tour que nos llevaría al Puente del Arcoíris, viaje que duró casi todo el día, pero que definitivamente valió la pena. Navegar entre esas "murallas de piedra", no es cosa común y sí es, en cambio, algo impresionante.
Varias veces mi esposo y yo hemos hecho recorridos en lancha por distintas rutas de la presa para visitar lugares increíbles, como por ejemplo Rainbow Bridge, el puente natural de piedra más grande del mundo, y les aseguro que vale la pena. Háganlo ustedes también, pero procuren hacerlo en verano o primavera porque es un lugar muy frío y cuando el clima es extremoso muchas de las actividades recreativas se suspenden.
Lake Powell es otro mundo y es, en definitiva, una de las zonas más hermosas de todo el país.
