Ni las fronteras los paran

No hay día en que no escuche en los medios informativos noticias sobre el narcotráfico. Muertos, túneles clandestinos entre México y los Estados Unidos, plantíos de cocaína y de mariguana y laboratorios fabricantes de anfetaminas por todos lados. Todo esto agregado al comercio de armas, tráfico de seres humanos, lavado de dinero, secuestros, corrupción policiaca, violación a los derechos humanos y civiles y mucho más son el pan de cada día en nuestra sociedad. Una lista interminable de delitos y delincuentes que en vez de disminuir aumentan el cáncer del siglo veintiuno... el narcotráfico.
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NOGALES, AZ - FEBRUARY 26: A U.S. Border Patrol agent and drug sniffing German Shepherd, Jack-D, prepare to search vehicles for drugs at a checkpoint near the U.S.-Mexico border on February 26, 2013 north of Nogales, Arizona. Border Patrol agents use canines to detect illegal drugs crossing north from Mexico. (Photo by John Moore/Getty Images)
NOGALES, AZ - FEBRUARY 26: A U.S. Border Patrol agent and drug sniffing German Shepherd, Jack-D, prepare to search vehicles for drugs at a checkpoint near the U.S.-Mexico border on February 26, 2013 north of Nogales, Arizona. Border Patrol agents use canines to detect illegal drugs crossing north from Mexico. (Photo by John Moore/Getty Images)

narcotrafico

No hay día en que no escuche en los medios informativos noticias sobre el narcotráfico. Muertos, túneles clandestinos entre México y los Estados Unidos, plantíos de cocaína y de mariguana y laboratorios fabricantes de anfetaminas por todos lados. Todo esto agregado al comercio de armas, tráfico de seres humanos, lavado de dinero, secuestros, corrupción policiaca, violación a los derechos humanos y civiles y mucho más son el pan de cada día en nuestra sociedad. Una lista interminable de delitos y delincuentes que en vez de disminuir aumentan el cáncer del siglo veintiuno... el narcotráfico.

Está ahí y nada lo detiene. Ninguna medida o acción ha funcionado para erradicarlo. Al contrario, crece a diario apoyado por la corrupción política e intereses cupulares mundiales y se mantiene en primer lugar como el gran negocio.

Las puertas al narcotráfico están abiertas a su consumo y comercio y esto lo demuestran los números de consumidores que aumentan a diario con todo y sus consecuencias, como en el caso de México que durante el sexenio de Felipe Calderón, se contabilizaron más 100 mil muertos, más otro tanto de desaparecidos, en una ineficaz lucha en su contra. Todo porque no se le combatió de manera adecuada y en vez de acabarlo se le fortaleció.

El narcotráfico lleva años enquistado en nuestra sociedad y no solo en México, sino a nivel mundial. Nada lo detiene. Ni las fronteras, y difícilmente lo harán las gendarmerías, un modelo español de policía creada durante el franquismo y que pretende implementar el presidente de México, Enrique Peña Nieto, para exterminar el narcotráfico con un modelo, que de acuerdo con analistas, es caduco e inoperante y que le va costar al contribuyente 112 millones de dólares.

Recordemos lo que sucedió con la Policía Federal mexicana, creada como Policía Federal Preventiva en 1999 durante el mandato del presidente Ernesto Zedillo y que creció de 6,000 a 36,000 agentes durante la presidencia de Felipe Calderón (2006-2012) creando un gigantesco aumento de los abusos y violaciones a los derechos civiles de los ciudadanos por parte de estos elementos. Y en nada afectó al narco.

El narcotráfico es un negocio a largo plazo. Los dueños de la droga actúan como buenos empresarios y ya no sólo piensan en el consumidor actual sino en sus futuros consumidores, los niños de hoy. ¡Esto es terrible! Y llegaron a este nivel por ineficacia gubernamental, gigantesca corrupción oficial, desacuerdos políticos con matices partidarios, deterioro económico y, desde luego, falta de oportunidades laborales para los jóvenes.

Todo esto y más han sido los mejores aliados de los narco carteles quienes, como dice el refrán, a río revuelto ganancia de pescadores. ¿Qué nos queda por hacer? ¿Esperar a que de verdad sean los gobiernos quienes protejan a nuestros hijos y eviten que sean atrapados por las redes diabólicas del narco?

No, desde luego que no. Tenemos que hacer nuestra parte de manera urgente: cada uno de nosotros debemos cuidar, educar, concientizar y estar cerca de nuestros hijos para evitar que caigan en las drogas y en la tentación del dinero "fácil" que genera ese ambiente. Debemos unirnos más como sociedad y evitar a toda costa que este cáncer del siglo veintiuno entre a nuestro hogar. No podemos esperar a que nuestros gobiernos -casi todos ocupados en cuestiones ajenas a su verdadera responsabilidad- "velen" por nosotros.

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