Coincidir: Educacion, simbolo de poder

¿Quién o quiénes son los que dictan las reglas de la educación en México? Creo que es una pregunta que vale la pena cuando está en juego no solo la educación de la mayoría de los niños sino la estabilidad de un país.
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La educación es una de las responsabilidades más grandes que tenemos y como sociedad es nuestro deber exigir que las autoridades y la docencia se comprometan en la formación de nuestros niños.
Por desgracia las cosas en el ámbito educativo van de mal en peor en México y en Estados Unidos. En el país de sur no es nada nuevo el control y abuso sindical de los maestros, quienes guiados por líderes corruptos anteponen a su vocación sus intereses personales.

¿Quién o quiénes son los que dictan las reglas de la educación en México? Creo que es una pregunta que vale la pena cuando está en juego no solo la educación de la mayoría de los niños sino la estabilidad de un país.

Es inaceptable que por intereses políticos y de poder se juegue con la educación. Es urgente que, por un lado, el gobierno y, por el otro, la CNTE (Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación) encuentren vías de entendimiento para lograr soluciones y no para empobrecer más al país y a sus futuros ciudadanos.

Y aunque es cierto que los maestros deben preparase para enseñar también es justo que tengan salarios decentes. La profesión de maestro es una de las peores pagadas, no solo en México sino también en Estados Unidos. Pero su lucha para lograr las debidas prestaciones de ley, no debe volverse en contra de quien tanto los necesitan, los niños.

Es indispensable que el gobierno actúe con sabiduría y cordura y no ponerse en medio de intereses sindicales y políticos.

Mientras tanto, en Estados Unidos la educación sufre enormes recortes presupuestales y no es justo que eso impacte a la educación y el futuro de los niños, pero también es necesario aceptar que el país padece un compromiso cada vez menor de parte de muchos profesores. Alguien que trabaja en el ámbito de la educación me comentó que la mitad de los profesores de su escuela carecen por completo de interés en la educación de los niños. Cumplen con un horario, simplemente, pero no con un compromiso y una vocación.

En los dos países pasa algo terrible: la educación se ha convertido en un arma política, sindical y económica. Con diferentes formas de actuar pero con un mismo fin: obtener beneficios que nada tienen que ver con la sangrada misión de formar adecuadamente a los futuros ciudadanos. La educación requiere, con urgencia, de un nuevo enfoque o terminará convirtiéndose en el mayor enemigo del progreso y el bienestar futuro.

Victoria Ortiz. Periodista independiente.vickyram27@yahoo.com

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