Es inaceptable el odio que algunas personas, por no llamarlos monstruos, albergan en su forma de pensar.
Es inaceptable que utilicen la bandera religiosa para llevar a cabo sus ideas extremas y radicales.
Mientras personas de buena voluntad y cerebro limpio y sano, como el Papa Francisco o el Dalai Lama, luchan por creencias y conductas justas e incluyentes, algunos políticos radicales marcan la pauta del odio.
El extremismo religioso que pretenden imponer algunos miembros de la Legislatura de Arizona es comparable al extremismo religioso de un Osama Bin Laden que tanto condenan. La SB1062 y la SB1070 son leyes de terror. Parece que miembros de una secta macabra se reunieran para crear caos, odio, dolor y confusión en la población. Esto es comparable con la Inquisición; se ha llegado al límite de la intolerancia utilizando como arma la religión.
Hay que estar conscientes de que somos los ciudadanos arizonenses quienes escogemos a nuestros representantes, y que la estrategia que debemos utilizar en contra de estos extremistas es con nuestro voto y con nuestra voz. Hay que informarnos sobre quién es quién, analizar a cada uno de los candidatos que llevarán nuestra voz al congreso. Solo de esta manera ganaremos terreno. Necesitamos una comunidad más participativa e informada. No caigamos en el juego político de "sectas" enajenadas que lo que buscan es generar odios y acciones que los justifiquen.
Quiero plasmar una frase célebre de Benito Juárez, un indígena mexicano que llegó a ser presidente en México: "El respeto al derecho ajeno es la paz".