Mi abuela me decía un refrán muy latino: "Detrás de un gran hombre hay una gran mujer". (Me imagino a la mujer caminando detrás del hombre obedeciendo sus órdenes ¿o no?) Pero las cosas cambiaron. Hace una década cuando nos referíamos a un hombre exitoso decíamos que "junto a un gran hombre hay una gran mujer". Pero las cosas siguen cambiando. Hoy en día es "Detrás de una gran mujer hay un hombre", ¿verdad? Michelle Obama y Ann Romny demostraron en su discurso que son dignas y amorosas esposas. Ciegas de amor, con tal de llevar al poder a su "Honey".
Anne Romney afirmó que junto con su marido ha criado a cinco hijos, construido una fortuna y que ha vencido en dos ocasiones enfermedades como el cáncer y la esclerosis múltiple. Pidió una oportunidad para que su "guapo, alto y bello" marido gobierne la nación y destacó que él como gobernador del estado de Massachusetts logró tener las mejores escuelas del país.
La señora Romney ha hecho bien en criar a sus hijos. Qué bueno que venció su cáncer porque tuvo a su alcance todo para hacerlo: seguro médico y mucho dinero (cosas inalcanzables para millones de personas). Que apoyó la educación me queda un poco en duda porque según recuerdo Mitt Romney apoya la educación privada. Omitió el stress en que vive la clase media por no poder estar en casa y estudiar con sus hijos porque trabaja todo el día. Tener muchos hijos es para ricos, no para pobres. Y por último qué bueno que ayudó a su marido a amasar su fortuna. Ojalá que lo aconseje para que sea parejo y pague sus impuestos igual que la clase media.
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Michelle Obama, mujer enamorada y que admira a su marido, casi llega al limite del ridículo. (Y casi me hace llorar). Su inclinación por resaltar las carencias económicos del Presidente durante su infancia y adolescencia sonaron más como un insulto. Su discurso repetitivo y cansado sonó falso. Relacionar su vida personal de pobreza con el manejo de gobierno fue una mala táctica política y no es justo para muchos este discurso, porque muy pocos que viven en la misma situación salen de la mediocridad.
El discurso de las damas debió ser con más contenido y clase. No como las esposas "de", sino como mujeres que luchan a la par por una nación. Me hubiera gustado que las damas mencionaran los problemas de fondo. Había tanto que aportar como esposa o futura esposa de un presidente... y no lo hicieron.
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