Diminutivos, nombres de frutas e incluso bromas y azar. Las denominaciones de los líderes de la electrónica e Internet tienen su explicación y su historia.
Las mencionamos a diario y, en la mayoría de los casos, no sabemos por qué han sido bautizadas de tal modo. El éxito que algunas compañías han alcanzado las ha instalado en nuestro habla y la naturalidad se apodera de nuestros labios cuando nos referimos al último lanzamiento de "la manzana", al tiempo que elegimos un producto dentro del catálogo de Sony, e incluso cuando transformamos en verbo el nombre propio de un buscador web y decimos, en vez de buscar, "googlear".
Algunos casos, como el de Apple y Compaq, son sencillos de dilucidar. El primero de ellos hace referencia al fruto preferido por Steve Jobs, el célebre cofundador de la firma. El segundo es una conjunción de términos que, unidos, significan "computadora pequeña". Un caso similar es el de Microsoft, nombre que en un comienzo contaba con un guión intermedio que luego fue quitado; e Intel se traduce en "Integrated Electronics". Por su parte, Cisco es, sin más, el diminutivo de San Francisco, ciudad de Estados Unidos donde fue fundada la compañía en 1984.
Algunos bautismos, hoy instalados como marcas, le deben mucho al azar y a la contingencia. Un caso elocuente es el de Hewlett Packard: sus fundadores, Bill Hewlett y Dave Packard lanzaron una moneda al aire para determinar si la naciente empresa llevaría por nombre Hewlett Packard o Packard Hewlett. Todos sabemos el final de esta historia.
El de Google es también sorprendente. El gigante del buscador comenzó llamándose "Googol", pero al poco tiempo de ser fundada, los responsables del sitio recibieron un cheque a su nombre, pero con un error. ¿Un error? El mismo decía "Google" en vez de "Googol". Un dato accesorio: Los colores de su logo deben su origen a que el ordenador que se utilizó para diseñarlo, estaba construido con LEGOS, los famosos bloques en azul, rojo, amarillo y verde.
Regresemos a los nombres. Sony refiere al sonido; y Lotus a un término de meditación trascendental. Finalmente, el caso de Yahoo! es bastante curioso: En sus inicios el nombre fue bastante extenso, "Jerry's Guide to the World Wide Web". Los fundadores escogieron luego el mote que hoy conocemos y existen diversas versiones acerca de su origen. Una afirma que se sustenta en un término inventado por el escritor Jonathan Swift en su libro "Los viajes de Gulliver" que hace referencia a personas sucias y algo desagradables, pero sobre todo inquietas. Por otra parte, hay quienes aseguran que el nombre es en verdad un acrónimo de "Yet Another Hierarchical Officious Oracle".
Bromas, azar, juegos del lenguaje, diminutivos; lo cierto es que estos nombres han llegado para quedarse.