Compartir el 'password', la nueva prueba del amor en las parejas

Si bien las claves compartidas generan un clima de confianza, está comprobado que al mismo tiempo son una señal de tensión y celos...
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Two young people looking at mobile phone and smiling
Two young people looking at mobile phone and smiling

Todo por amor. Sí, de eso se trata, de prometer la luna, recitar poemas, escribir cartas, regalar flores, invitar a una cena romántica... La relación avanza y un día entregas la llave para que ella o él sienta la plena familiaridad. En la era de la Web ha surgido un nuevo comportamiento: ahora las parejas revelan sus contraseñas de email como una prueba de mutua confianza.

Esta acción de pasar una anotación, no con un te amo, ni con un número de teléfono, sino con una cifrada cantidad de letras y números que se suponen son secretos y tan complicados como para que nadie pueda descifrarlo fácilmente; hoy se ha convertido en una señal de amor.

En un reporte publicado por The New York Times se afirmó que los más jóvenes incluso declaran crear contraseñas nuevas con cada flamante relación; o que, en relaciones estables, comparten con su pareja una misma contraseña con el fin de que cada uno pueda leer el correo del otro. De la misma forma y poniendo la capa sobre el barro, los caballeros le abren paso a sus princesas para que puedan acceder a sus redes sociales como Facebook o Twitter.

De no querer compartir esta llave hacia un cúmulo de contenido virtual, aunque personal, ella o él pueden sentir una gran desconfianza. Potenciales dudas que surgen ante el secreto: ''¿Qué es lo que oculta en esa casilla?'', ''¿quién estará escribiendo en su muro como para que no quiera compartirlo conmigo?''.

Lo cierto es que por más amor que flote en el aire, estas claves son imprescindibles no sólo para respetar la intimidad de cada uno, sino para preservar la información confidencial como la información bancaria, por dar solamente un ejemplo. En el peor de los casos, el amor no será suficiente impedimento para frenar una malintencionada tentación de hurgar entre datos más frívolos pero no menos sensibles.

Algunos tips

Si bien las claves compartidas generan un clima de confianza, está comprobado que al mismo tiempo son una señal de tensión y celos ya que el primer lugar donde uno de los dos recurrirá para salir de las sospechas es el buzón de correo para encontrar un indicio de infidelidad.

Si el intercambio de contraseñas fuera imprescindible para continuar con una relación, lo aconsejable es crear una cuenta de correo compartida para esa pareja. En el caso de haber compartido el password personal y percibir que reina la invasión, es bueno generar una nueva clave y entablar una conversación adulta al respecto.

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