El tenista Andy Murray no sufrió tanto en su semifinal ante Novak Djokovic como lo hizo Roger Federer en su encuentro contra Juan Martín del Potro. No dudo que el corazón estuviera a punto de explotarle o que el pulso lo pusiera a prueba en momentos críticos, pero su batalla hacia la final de los Juegos Olímpicos sólo duró dos sets.
Hoy, el escocés ya es héroe nacional porque ha asegurado al menos una medalla de plata para Gran Bretaña. Gracias a su triunfo, el chico de 25 años tiene de nuevo ante sí la oportunidad de alzarse victorioso en Wimbledon, luego de que hace apenas un mes perdiera justamente ante Roger Federer la final del Grand Slam que se celebra en el mismo escenario, el legendario All England Club.
El andar de Murray en la ATP ha sido complicado. Durante años, a pesar de haber sido constante y de incluso haber elevado su nivel de juego, se ha visto "ensombrecido" por las grandes glorias de tres fuera de serie: Federer, Djokovic, y Rafael Nadal. Ellos son los que se han llevado todos los títulos de Grand Slams y no le han dejado nada, a pesar de que él ha llegado ya a disputar varias finales. Ahora, es de nuevo uno de ellos quien podría robarle la presea dorada. Y para su mala suerte, se trata del que por muchos es considerado el mejor tenista de todos los tiempos.
Pero Andy Murray tiene talento, mucho. Y tiene un gran corazón. Y su madre lo sabe y por eso lo acompaña y apoya desde las gradas en cada uno de sus partidos. Y por eso, la realeza visita el estadio cuando este chico está en competencia. Y por eso, toda una nación deposita sus esperanzas en su poderosa raqueta.
Sería muy injusto decir que Murray no le ha dado a la Gran Bretaña suficiente. Quizá Murray no ostenta títulos grandes en su palmarés, pero el chico ha desplegado un tenis de altísimo nivel en cada cancha que pisa. En la reciente final de Wimbledon, conmovió al mundo entero con su llanto, tras perder en encuentro ante Roger Federer. Yo, que le veía por televisión y que siempre me he declarado "Federista", me puse a aplaudirle de pie.
En ese partido, el tipo me hizo vibrar de emoción en cada jugada, y luego, me hizo un nudo en la garganta y me llenó el rostro de lágrimas con su entrecortado discurso. Y es que, perder luego de haberlo dado todo, de forzar al cuerpo a hacer lo imposible, de superar la presión mental, y de haber usado correctamente todas sus mejores armas tenísticas, fue algo terriblemente fuerte. Pero Murray es más fuerte que eso. Murray tiene un corazón gigante y tiene, de nuevo y como siempre, el cobijo de toda una nación ilusionada. Murray tiene la ventaja de ser local en esta nueva batalla que le espera, y sé que Murray será un rival que pondrá a Federer a temblar.
Aún tomando en cuenta sus claras ventajas sobre el suizo (cinco años menos de edad y un desgaste menor tras su partido de semifinal), si él logra alzarse con la medalla de Oro podría convertirse con todo merecimiento en el nuevo "rey" de la Gran Bretaña. Para ello, Murray debe respirar profundo y dar el partido de su vida, de nuevo, para poder derrocar a "Su Majestad".
Los uniformes de los tenistas
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