Mientras los argentinos vuelcan masivamente su deseo en el campeonato mundial de fútbol, la realidad política y social sigue su curso para re apoderarse de sus destinos apenas se les pase la alegría brasilera.
Con un Vicepresidente imputado judicialmente por presunta vinculación en el salvataje financiero de una empresa privada (Imprenta Ciccone) durante su mandato como Ministro de Economía (2012), Amado Boudou pasa sus peores días esperando el desenlace de su destino, dentro o quien sabe, tal vez fuera del gobierno.
Los delitos de los que se lo acusa son negociaciones incompatibles con la función pública, por el caso Ciccone, y enriquecimiento ilícito, por supuestos vínculos con empresarios que oficiarían de testaferros suyos en negocios con el Estado argentino.
Versiones múltiples de la oposición sobre su futuro político abarcan desde su probable renuncia, pasando por la suspensión a su cargo, y por el juicio político, para el cual aún no hay acuerdo parlamentario.
Boudou espera y se defiende:''Siento que vale la pena dar todas estas peleas.Los mismos que dicen que apretamos a la justicia, ellos la aprietan todos los días", dijo a los medios antes de su primera cita con el Juez Ariel Lijo.
El Vicepresidente argentino está convencido de que la causa Ciccone en la que se lo involucra, es una vendetta por haber sido él el autor ideológico de la estatización de los fondos de jubilaciones y pensiones durante su mandato como Ministro de Economía.
Por su parte Cristina Kirchner, el mismo día de la primer citación judicial indagatoria de su Vice, lo mostró horas más tarde a su lado en un acto público en el que se inauguró el Museo de Malvinas.
Apoyo político explícito, pensaron muchos colegas y políticos. Parecería que sí y no fue la única.También lo hizo el actual Ministro de Economía, Axel Kicillof, funcionarios de La Cámpora (militancia jóven kirchnerista) y hasta la Presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo, la moderada Estela de Carloto. No hay sin embargo, entre los pares de Boudu en el Senado, demasiadas jugadas de apoyo y si un compás de espera para ver si la causa vuelca en favor del actual Vicepresidente.
Habría que ver qué pasaría con la actitud de Cristina, si el viento judicial amenazara cada vez más a Boudou. La avezada Fernández de Kirchner podría darles a todos una sorpresa, antes de que la justicia con eventuales pruebas contundentes, quiera arrebatarle a su número dos. Apuesto a que ella podría alejarlo primero.
Como es de esperar, Boudou insiste en su defensa y ataca a grupos mediáticos opositores y al ex Presidente peronista Eduardo Duhalde, de estar detrás de una operación política en su contra.
Los opositores de la coalición de centro-izquierda UNEN , Elisa Carrió y Fernando Solanas, señalaron en distintos medios televisivos, que las operaciones económicas del Vicepresidente tuvieron la venia de sus jefes Néstor y Cristina Kirchner y levantan la bandera, para quien los quiera votar en el 2015 , de que promoverán la ley de imprescriptibilidad de los delitos contra el patrimonio público.
Sería hora ya, así no sumamos Presidentes y funcionarios salientes sospechados -e investigados de corrupción- sin que luego se diluyan tales acusaciones con el correr de los años y sobre todo, de los presuntos acuerdos entre mandatarios salientes y entrantes.
El supuesto enriquecimiento ilícito en Argentina no es un delito privativo de allegados al gobierno Kirchnerista y de su Vicepresidente, sino una constante en funcionarios emblemáticos en todos los gobiernos democráticos.También lo fue y en gran escala durante la dictadura.
El resultado es que este mal es una de las grandes deudas de nuestra democracia y una preocupación siempre en primeros planos de las encuestas nacionales después de la inseguridad, el desempleo y la inflación.
La corrupción es además, un mal transversal de grandes sectores no sólo de la clase política sino también empresarial. Hay que decir que para la coima, como para el tango, se necesitan dos compañeros de baile.
Según la Consultora de Opinión Farah y Asociacios, el 68 % cree que Boudou es culpable. En mayo de 2012 lo creía el 57 % y sólo el 14 % lo ve como inocente, datos tomados en el área metropolitana de la Ciudad de Buenos Aires.
Pero a este buitre interno (corrupción) se le abrió en las últimas horas un frente externo que pone en riesgo la salida airosa del poder de Cristina Kirchner.
Se trata del fallo de la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos en contra de Argentina, que obliga a una nueva negociación con el temido o temible Juez Thomas Griesa, quien reclama el pago de obligaciones a accionistas inversores en bonos argentinos, liderados por el Fondo NML, con Paul Singer a la cabeza.
Con un limitado fondo de reserva en el Banco Central, Argentina quedaría en una situación precaria si paga los 1.300 millones de dólares, pero sobre todo si esa cifra se elevara a 15.000 millones de dólares, en virtud de la eventual exigencia de los demás acreedores de deuda que podrían tomar el fallo como excusa para exigir más intereses.
Otra vez los argentinos, que ya tenían suficiente incertidumbres sobre sus espaldas, cargan ahora con la preocupación y el encono presidencial que veremos en las próximas horas cómo negocia el pago de los 1.300 millones de dólares a los buitres externos que, tanto la Presidenta como todos los candidatos presidenciables de todos los partidos políticos, han dejado en claro que debe pagarse.
Recordemos que se trata de compromisos asumidos por los gobernantes y que en definitiva se pagan con el esfuerzo de una sociedad siempre en vilo y golpeada por las malas negociaciones económicas de los administradores políticos del Estado.
Según propias palabras de la Presidenta vertidas por Cadena nacional, la decisión de Griesa podría leerse como una extorsión, a pesar de lo cual se mostró muy preocupada pero firme en su intención de negociar y evitar el default técnico al que el fallo podría condenar al país si no se paga en los términos y condiciones que dictamina. Cristina fue contundente en pedir que estas señales del capitalismo neoliberal dejen de amedrentar a los países más débiles, advirtiendo que fallos como éste alteran el funcionamiento del sistema financiero global y podrían terminar causando catástrofes sociales.
Lo mismo hizo ayer su Ministro de Economía durante su discurso, mostrando todavía un poco más de resistencia a la medida de Griesa en favor de los Fondos Buitres, aunque asumiendo que se pagará intentando negociar condiciones menos desvaforables para Argentina.
Volviendo al mudial de fútbol, queda claro que a la dirigencia política argentina, sobre todo a la del oficialismo, este juego mundial 2014 les viene como anillo al dedo para sosegar el impacto de los escándalos políticos, económicos y judiciales a los que además en estos días se sumó la imputación al Jefe de Gabinete Jorge Capitanich y al histórico presidente de la Asociación del Fútbol argentino, Julio Grondona, actual aliado del gobierno que le otorga fondos públicos milllonarios para que el Fútbol no sea privativo de algunas señales sino masivo y democrático en su llegada a todos lo televisores argentinos.
Ambos funcionarios, incluso dos Jefes de gabinete anteriores, son acusados por irregularidades en el manejo de dichos fondos, destinados a una causa muy sensible para parte del público argentino y a la vez controvertida, pues muchos opinan que esos fondos millonarios deberían canalizarse en causas sociales más urgentes.
Que el mundial traiga alegría pero que no nos tape los ojos. Es demasiado lo que tenemos que ver. Y sobre todo discernir, más aún cuando la información está tan dramáticamente dividida entre multimedios sin objetividad y aquellos que, con un discurso netamente oficialista niegan casi todo lo que el actual gobierno no puede resolver. Y justificar.
