Miles de argentinos reclaman por la muerte de Nisman

Es cierto que la muerte de Nisman pone a la Presidenta y su gobierno en un bajo nivel de aprobación popular, pero también es verdad que gran parte de sus cuadros políticos militantes siguen creyendo que el cadáver de Nisman es un crimen político.
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People gather in the iconic Plaza de Mayo to demand answers from the government in the mysterious death of prosecutor Alberto Nisman one month ago in Buenos Aires, Argentina, Wednesday, Feb. 18, 2015. Nisman was found dead of a gunshot wound Jan. 18, hours before he was to detail to Congress his explosive accusations that President Cristina Fernandez and top administration officials orchestrated a secret deal with Iran to shield officials allegedly responsible for the 1994 bombing of a Jewish community center in Buenos Aires. (AP Photo/Victor R. Caivano)
People gather in the iconic Plaza de Mayo to demand answers from the government in the mysterious death of prosecutor Alberto Nisman one month ago in Buenos Aires, Argentina, Wednesday, Feb. 18, 2015. Nisman was found dead of a gunshot wound Jan. 18, hours before he was to detail to Congress his explosive accusations that President Cristina Fernandez and top administration officials orchestrated a secret deal with Iran to shield officials allegedly responsible for the 1994 bombing of a Jewish community center in Buenos Aires. (AP Photo/Victor R. Caivano)

Frente a la multitudinaria marcha en favor del esclarecimiento de la muerte del fiscal #Nisman quien acusó a la Presidenta Kirchner de encubrimiento a Irán en el atentado a la mutual judía AMIA en 1994, el gobierno abrió una intensa agenda de gestión para contrarrestar la adversidad institucional -y social- en la que está inmerso.

Más de medio millón de personas marcharon este miércoles en las ciudades más importantes del país, concentrándose sólo en Buenos Aires, epicentro de las protestas, más de 400 mil personas, según estimaciones de la polícia Metropolitana. Le siguieron las ciudades de Rosario, Córdoba, Mar del Plata, entre otras capitales movilizadas.

La manifestación fue pacífica y recogió las demandas de una gran porción de la población angustiada por la impune muerte del fiscal Nisman, aún no caratulada definitivamente por la justicia como homicidio, si bien los últimos indicios podrían parecer indicarlo, al igual que las declaraciones de la ex esposa del funcionario, la jueza Sandra Arroyo Salgado y gran parte del arco opositor al gobierno que siguen atentos las pistas de la justicia argentina y su investigación sobre el caso.

Frente a semejantes interrogantes aún no aclarados, la muerte de Nisman plantea una bisagra importante a nivel de la exigencia social de claridad sobre el episodio, cese de la impunidad, seguridad ciudadana y una justicia que funcione sin signos políticos condicionantes. Este reclamo popular, corporizado en la marcha protagonizada por miles de argentinos, se planteó como una manifestación no política de parte de los fiscales que la convocaron y por la oposición que acompañó sin banderas partidarias pero con presencias de candidatos presidenciales opositores, lo que le imprimió al reclamo popular, un tinte de resistencia -y exigencia- desde el contrapoder.

Parte del periodismo argentino, de la oposición y hasta las voces bajas (en off) de algunos allegados al gobierno, se indignaron por la ausencia de condolencias de parte de la Presidenta Cristina Kirchner a la familia del Fiscal , una actitud que probablemente haya sido parte del enojo presidencial respecto a las acusaciones que Nisman intentaba llevar a cabo contra la Presidenta y algunos de sus funcionarios. Acusaciones que para el oficialismo carecen de valor probatorio, a pesar de que la semana pasada se conoció la imputación que contra la Presidenta y sus funcionarios ahora realizó el Fiscal Gerardo Pollicita, quien sigue la investigación de Nisman y ha sido invitado, al igual que éste, a exponer sus motivos frente al Congreso de la Nación el próximo lunes.

En este escenario de desestabilización, dudas, aparición de nuevos testigos- y desprolijidades- en la escena del crimen, el kirchnerismo parece estar dispuesto a dar pelea hasta el final, contra lo que ellos mismos denominan un intento de 'golpe blando' a su gobierno y a las instituciones.

Es cierto que la muerte de Nisman pone a la Presidenta y su gobierno en un bajo nivel de aprobación popular, pero también es verdad que gran parte de sus cuadros políticos militantes siguen creyendo que el cadáver de Nisman es un crimen político realizado supuestamente por servicios de inteligencia desmadrados que intentan, eventualmente junto a sectores empresariales y mediáticos, darle el golpe final al kirchnerismo, no sólo para que no esté en condiciones de dar pelea electoral y continuidad al modelo en las elecciones de octubre, sino para que el knock out sea definitivo y aniquile años de construcción política de esta fuerza que logró aglutinar junto a sectores progresistas del peronismo, dirigentes del radicalismo y otras fuerzas del centro izquierda , lo que todo el mundo conoció como Kirchnerismo.

Así las cosas, en esta pelea de poder casi a destajo, en virtud de lo instalado que está en los medios y ahora también en la calle, el descontento popular hacia el gobierno, Cristina Kirchner y sus funcionarios más cercanos dan batalla con fuertes anuncios de gestión social, la que por otra parte siempre caracterizó a este modelo, en contra de intereses sectoriales fuertemente arraigados a la derecha económica y monopólica, siempre más a gusto con gobiernos neo liberales que con los de corte popular y progresista, como es el kirchnerismo.

La agenda del gobierno paralela a la marcha del #18F incluyó la inauguración de la Central Nuclear Atucha II , rebautizada Central "Presidente Néstor Kirchner", con un extenso discurso de la primer mandataria, desde el cual advirtió : "En el 2015 tenemos que garantizar que quien conduzca tenga las mismas ideas, esa es la mejor herencia que debemos dejar", a la vez que expresó que su gobierno "no permite que nadie le marque la cancha".

Por su parte los legisladores oficialistas, dan marcha veloz a la aprobación de la modificación de la ley de Inteligencia a fin de crear la nueva Agencia Federal de Inteligencia, la cual para los opositores, que se negaron a debatirla, no cambia en nada a la actual SI (Secretaría de Inteligencia). La agenda oficial se ve abultada también por una especie de aceleración de parte de la justicia en tratar de avanzar en la causa Nisman, habiendo informado que ya se le tomó declaración indagatoria al ex agente de inteligencia Héctor Stiuso, vinculado a Nisman en su trabajo de investigación de la causa Amia, y señalado por algunos como una figura clave en el desencadenamiento de la crisis dentro de la Secretaría de Inteligencia, a raíz de su despido de parte de la Presidenta de la Nación, en diciembre pasado.
A un mes de haber sido relevado, Stiusso, agente de alto rango desde 1972, es un eslabón importante en el esclarecimiento de las últimas horas de vida del Fiscal , quien se habría comunicado con el varias veces por teléfono, un día antes de su muerte.

La declaración del agente en la justicia se conoce el mismo día en que la multitudinaria marcha pidió un cese de la impunidad, y del temor a la presencia de la violencia política que la muerte del fiscal podría haber instalado en Argentina a raíz de su emblemática muerte, un día antes de declarar sobre la causa iniciada contra la Presidente.

Más de 20 años de impunidad en una causa que llevó a la muerte a 85 personas en el atentado a la AMIA y a la del fiscal que la investigaba y quien , paralelamente y a pesar de haber sido puesto al frente de la causa por el ex Presidente Néstor Kircher, muere de un disparo en la frente, sin que hasta el momento se conozca qué o quién motivo esa muerte.

En el caliente verano porteño, la clase política no parece terminar de asumir que la gravedad institucional de este fin de ciclo kirchnerista no le conviene a nadie, puesto que quien asuma el gobierno a partir del próximo diciembre, tendrá que lidiar con la herencia más trágica que aporta la democracia argentina, que es la impunidad y la corrupción. Escenario al que se suman viejos fantasmas -gran parte de los servicios secretos no democratizados- y presuntamente fuera de control según muchos analistas, sumado a una clase política más dividida que nunca en toda la historia de este proceso democrático que ya lleva casi 32 años.

La justicia, uno de los poderes que debería actuar con independencia para componer una república sana, es una instancia altamente cuestionada por diversos sectores políticos y por la sociedad.

Además, el caso Nisman es por si mismo un caso con resonancia internacional en virtud de la gravedad de la denuncia que el fiscal inició contra la Presidenta y por supuesto, por el tenor de la causa inicial que fue y es, el esclarecimiento del atentado a la mutual judía Amia. Por estas horas, el gobierno de Estados Unidos volvió a fijar posición sobre el tema a través del portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest quien admitió la preocupación de su país cuando en Argentina "se plantean cuestiones sobre el estado de derecho y de la justicia".

Con la manifestación pública de este miércoles, muchos políticos ávidos de poder y con expresas intenciones electorales deberán grabarse a fuego que hay una sociedad harta de impunidad y malas prácticas institucionales de las que ellos, como representantes del ejecutivo y del parlamento, son responsables directos. Lo mismo vale para la corporación judicial, en donde habitan prácticas deficientes, que dejan filtrar la impunidad , sembrando la desconfianza hacia un poder que debería garantizarnos junto a los dos anteriores, un estado de derecho pleno. Optimizar la división de poderes y trabajar en su correcto funcionamiento será imperativo para que vivir en Argentina no sea una pesadilla de impunidad a la que cíclicamente solemos estar expuestos.

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