La dirigencia argentina protagoniza una dudosa obediencia al llamado de la iglesia

La dirigencia argentina protagoniza una dudosa obediencia al llamado de la iglesia
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Argentina's President Cristina Fernandez de Kirchner (C) gestures after taking an oath to Security Minister Maria Rodriguez (R) at the Government House, in Buenos Aires on December 4, 2013. AFP PHOTO / Juan Mabromata (Photo credit should read JUAN MABROMATA/AFP/Getty Images)
Argentina's President Cristina Fernandez de Kirchner (C) gestures after taking an oath to Security Minister Maria Rodriguez (R) at the Government House, in Buenos Aires on December 4, 2013. AFP PHOTO / Juan Mabromata (Photo credit should read JUAN MABROMATA/AFP/Getty Images)

Quien piense que el Papa Francisco o su sucesor en el Arzobispado de Buenos Aires, Mario Poli, o quien quiera sea el representante de la iglesia, pueda amedrentar el ánimo -y el discurso- de Cristina Fernández de Kirchner, se equivoca. Y eso que Francisco ha protagonizado en estos días una de sus misiones de paz más difíciles en Medio Oriente.Tal vez en su propia patria, seamos sus hijos descarriados.

Luego de 8 años, la Presidenta argentina asistió el pasado 25 de mayo a la misa (Tedéum) que se ofrece en la Catedral metropolitana en honor a la celebración del día de la Revolución de la Patria. Fue un gesto político y nadie lo duda. Pero todos esperábamos el resultado de los mensajes que se iban a desprender de ese encuentro.

En la misa, a la que asistieron representantes del gobierno y opositores, el Arzobispo Poli retomó el espíritu de las palabras papales hacia cuanto político argentino lo visita en Roma, incluída la primera mandataria: la necesidad de cumplimiento de la concordia interna y del diálogo para el crecimiento de la sociedad.

En el mismo sentido, el actual Arzobispo aprovechó la ocasión para expresar una nueva convocatoria en ese sentido: "El único modo de que una sociedad crezca, es la cultura del encuentro. Hoy, o se apuesta por el diálogo por la cultura del encuentro o todos perdemos".

Fue un llamamiento enérgico al que la Presidenta escuchó atentamente. Pero los actos conmemorativos no terminaban en el Tedeúm y Cristina tuvo a la tarde su oportunidad de responder, enfáticamente, a la advertencia de la iglesia.

Es que en Argentina, especialmente en la última década de gobiernos kirchneristas, la relación del gobierno y el clero nunca fue simbiótica ni obediente. ¿Por qué tendría que serlo? se preguntan algunos exponentes kirchneristas y parte de la sociedad que los sigue en el sostenimiento de su proyecto nacional y popular.

Acaso por ello la respuesta de Cristina sonó con toda su rebeldía, horas después del Tedéum : "no me interesa la unidad nacional para volver para atrás. La unidad nacional que quiero es que podamos entendernos más y mejor a partir de la palabra y de ideas claras. Quiero en este 25 de Mayo apelar al amor por el otro, como se decía hoy por la mañana' (en la misa) y agregó : 'Es mentiroso el que dice que ama a Dios y odia a su prójimo o no se ocupa de su prójimo. El amor es ocuparse del otro. No angustien y no asusten más a los argentinos, ayuden a construir esperanza, El 25 de mayo de 2003 vinimos a torcer un camino que nos habían querido imponer. Como también había ocurrido el 25 de mayo de 1810".

¿Se refería con estas palabras a las recientes advertencias de la Iglesia con su Documento sobre pobreza y exclusión? , a una oposición que obvia lo constructivo y se centra en destruir con críticas todo lo hecho por el actual gobierno? Evidentemente el mensaje fue abierto y dedicado a los buenos entendedores.

Lo cierto es que con su discurso la Presidente, deja en claro que la presencia - y marketing - del proyecto nacional y popular del kirchnerismo sigue firme y continúa hasta el final, aún con ciertos atisbos dialoguistas que se verbalizan pero son muy tibios en los hechos.

Esta continuidad y energía es algo que la oposición no parece perdonarle, acaso porque en Argentina dos gobiernos emblemáticos y elegidos por el pueblo, finalizaron con una grave crisis económica y política que los llevó al adelantamiento de las elecciones (Alfonsín en 1989), y Fernando de la Rúa (en el 2001).

Esta vez, y a pesar de que en un momento se especuló con la salida anticipada de la Presidente, su mandato no está en juego. Hasta se proyecta el futuro de su proyecto, todavía sin sucesor claro.

Ella se encarga de reafirmarlo de distintas maneras. Aún superando graves problemas personales y de salud, lo que es muy meritorio, Cristina está está de pié para sostener una gestión con grandes deudas sociales, a pesar de las saldadas y con un desgaste inflacionario que causa preocupación en la población, al igual que las altas tasas de inseguridad.

Eso si, nada que no conozcamos, lamentablemente desde hace varias décadas los argentinos, lo cual nos hace sobrevivientes eternos ante las adversidades dentro y fuera del país. Acaso por eso nos llaman "creativos". No nos queda otra.

Volviendo a los ánimos pacificadores de la Iglesia, hay que decir que la política es la política y para muchos representantes de esta Administración, la iglesia como institución arrastra una historia de marcado antiperonismo y una velada connivencia de algunos de sus mandos más representativos (en el pasado) con la dictadura militar (1976-1983), que hasta el día de hoy, los sectores más progresistas de Argentina no olvidan.

En estas celebraciones patrias, que se iniciaron este 25 de mayo pero seguirán hasta el 9 de julio (Declaración de la Independencia), seguirán los discursos. No sólo del gobierno sino de quienes aparecen en escena buscando protagonizar una oposición en favor y en contra del modelo kirchnerista, incluso dentro del mismo partido peronista.

Pero en general, estos actores políticos no parecen escuchar los llamados al diálogo de la iglesia y en eso el gobierno, no es ya el único culpable.

Internas feroces que admiten insultos graves como el prodigado por el ex gobernador de la Provincia de Santa Fe Carlos Reuteman al ex Presidente Eduardo Duahlde , a quien se refirió como 'hijo de puta', la pasada semana.

Ambos viejos representantes del peronismo están cerca de dos de los candidatos con más intención de voto para presentarse en las primarias para definir la próxima fórmula presidencial . Duhade con Daniel Scioli, actual gobernador de la provincia de Buenos Aires, y Reuteman con Sergio Massa , intendente del partido de Tigre.

Así las cosas, el diálogo y la concordia que sugiere la iglesia quedan muy lejos de las intenciones de gran parte de la clase dirigente, que parece no querer abandonar su estilo político , aún cuando pide los mejores asientos aéreos para desfilar hacia el Vaticano y allí entonces, el tono del diálogo parece ser otro. Aunque sin dudas, comprobadamente irreal.

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