La inseguridad ciudadana, la inflación y la pobreza son las tres variables más preocupantes dentro de la sociedad argentina , según datos que arrojan al unísono las Cosultoras de Opinión.
A un año y medio del recambio presidencial, la actual presidenta Cristina Fernandez de Kirchner y parte de su gabinete no admiten ninguno de los tres flagelos como producto de su gestión y en el caso de la inseguridad, la presidenta la refirió la semana pasada como 'nada nuevo bajo el sol', significando que siempre ha sido una deuda pendiente en Argentina, mucho antes de su gestión de gobierno.
Desde la oposición en cambio, las flechas son lanzadas hacia la actual administración. Pero no mucho más que eso. Los opositores se limitan a señalar 'la mala gestión, agravada por el aumento de la criminalidad, el narcotráfico y la pobreza' como si la crítica en si misma fuera a solucionar el problema, en el caso de llegar al poder.
Claro que es importante denunciar, investigar y poner en evidencia lo oculto, pero un candidato a presidente (hay 8 posibles hasta ahora entre opositores del 'Frente Amplio Unen' y el oficialismo) tiene que tener capacidad para ver y crear soluciones, plasmarlas en proyectos y presentarlas puntualmente ante la sociedad.
¿Es justificable que flagelos tan desgarradores para la vida de las personas sean el caballo de batalla de una campaña presidencial que ya se largó, de cara al 2015 , sin propuestas claras a efectos de superarlos?
Regodearnos con lo que está mal no suma. Resta y cansa a los ciudadanos comunes que se alejan cada vez más de los discursos políticos para sumarse a audiencias televisivas o virtuales superficiales, que los alejan del pensamiento comprometido y crítico. La cultura cívica que se pierde, en un mundo que parece no fomentarla, además. No es sólo un fenómeno argentino.
Pero este artículo si pretende reflejar nuestra realidad y parece inadmisible a ojos de cualquier ciudadano de a pie que los actuales políticos no logren consensuar gestos claros frente a problemas sociales graves, ni desde la actual gestión oficial, ni desde la oposición , de donde surgen dedos acusadores sin soluciones explicitadas.
Es casi imposible separar las prioridades, tanto la pobreza, como la inflación (que genera más pobres), el desamparo de las generaciones que pasan los cuarenta años frente al futuro y los constantes hechos de inseguridad marcan a una sociedad ya castigada durante décadas por la inoperancia política que no logró consensos mínimos para respetar los derechos más básicos de los argentinos.
El derecho a la vida, a circular sin el miedo de que te maten. A caminar por una de las ciudades más bellas del mundo, como es Buenos Aires, sin el temor de que , quien viene detrás tuyo pueda asaltarte o matarte. Pues que es así, nunca se sabe , ultimamente, qué te puede suceder.
'Hemos perdido la libertad de circular seguros, al menos los que no contamos con custodia oficial', es un dicho que se escucha frecuentemente en boca de quienes han sido víctimas de la inseguridad.
Las avenidas más importantes llenas de homeless durmiendo , muchos haciendo sus necesidades en el mismo lugar. Grupos enteros de personas sin techo viviendo en las plazas que no fueron valladas, como la de Los Dos Congresos por ejemplo, son la prueba de que la pobreza pudo haber mermado, como dice el gobierno, pero no ha sido lo suficiente o bien, pudo 'haber crecido', como exponen los principales referentes de la oposición. Dos discursos antagónicos y una realidad que los supera. Ampliamente.
Así de confundidos pretenden que estemos , cuando en verdad, la realidad se impone frente a nuestros ojos todos los días. Desde este lugar, me remito a relatar lo que se ve pasadas las nueve de la noche en la Capital de Argentina, y lo mismo sucede en las principales ciudades que le siguen en importancia tales como Rosario , Santa Fe , o Córdoba , provincias además , junto con el noroeste del país, atravesadas por el narcotráfico que deja huellas reconocibles, admitidas por funcionarios del propio gobierno, no sin algún tipo de disonancia interna , pues muchos otros funcionarios prefieren no hablar del tema, sin llegar al extremo de negarlo.
Claro porque sería ya surrealista, cuando vemos presumibles crímenes por encargo hecho a ciudadanos colombianos residentes en el país , y también a argentinos, supuestos sicariatos ampliamente difundidos en los medios y que actualmente investiga la Justicia, otro de los poderes públicos puestos bajo la lupa de la desconfianza social.
Retomando las contradicciones del discurso político oficial sobre los males relatados, en estos días, el actual ministro de Economía Axel Kicillof, negó que la tasa de pobreza en el país se haya elevado y cuestionó a quienes afirman que las condiciones socio-económicas de la población son peores de las que informa el gobierno. 'Si se duplicó el PIB y se crearon seis millones de puestos de trabajo, nadie puede creer que no hayan bajado los niveles de pobreza', dijo en una entrevista con la agencia oficial Télam.
Pero a Kicillof, que lo cuestionan por su formación marxista, se le oponen las cifras de consultores privados y la Confederación general del Trabajo (CGT), que desmienten las mejoras impuestas por el gobierno en su lucha contra la pobreza.
Hasta el momento no se dieron a conocer las cifras oficiales de pobreza que mide el Instituto Nacional de EStadísticas y Censos, que debían difundirse la semana pasada, acaso por la amplia diferencia que mantienen con las de las mediciones privadas. Hasta mediados del año pasado, para este Organismo oficial , la pobreza sólo afectaba al 4,9 % de la población.
Sin embargo, el titular de la Pastoral Social , el obispo Jorge Lozano, sensibilizó hace días con sus declaraciones sobre la pobreza, y la adjudicó 'al trabajo no registrado y a los salarios insuficientes'. La palabra de la Iglesia local es vista por muchos observadores además, como una preocupación del propio Papa Francisco , que no deja de informarse-y preocuparse-según datos de personas allegadas al pontífice, por la situación Argentina.
Por su parte, la Universidad Católica argentina difundió un sondeo según el cual la pobreza ascendió al 27,5 % (11 millones de personas sobre 40 millones de Argentinos). El dato pertenece a dicimebre del 2013. Para la propia CGT, la misma pobreza sería del 30,9% y para el privado Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas, trepa al 36,5%.
A estos números ,se suman los pronósticos privados de inflación , que la sitúan en un 35 - 4'0 % anual , con proyección de subas si no se respetan los 'precios cuidados' promovidos por el gobierno, cuyos productos de lista son muy difíciles de encontrar en los supermercados.
LA INSEGURIDAD
Sobre los hechos de inseguridad, en claro aumento , y que llevaron a la provincia de Buenos Aires (la más populosa del país) a declarar el Estado de Emergencia, las miradas también se contraponen. Así, mientras el propio Gobernador de ese distrito, Daniel Scioli (aliado del gobierno), admite la gravedad hablando de 'Inseguridad cruel, armas y drogas', la Presidenta expresó casi en las mismas horas en su cuenta de twitter , como citamos antes, que ' Los hechos delictivos no empezaron hace dos años. Nada nuevo bajo el sol'.
Otro de los funcionarios que negaban la inseguridad al punto tal de hablar de 'sensación' (inducida por los medios) , es el ex Ministro del Interior y Seguridad ,Aníbal Fernández, asaltado hace días por un grupo de delincuentes , hecho en el que le robaron su Bmw, tras lo cual hoy asume: "Me hago cargo: fue un error hablar de sensación de inseguridad, fue un error comentarlo".
El mapa oficial del delito con el que se mueven las autoridades hasta el momento esta reconocidamente desactualizado (2009) , no obstante lo cual, circulan datos recogidos por otras organizaciones locales e internacionales que alarman , Rosario, la ciudad señalada como una de las bases del narcotráfico , tiene más de 200 crímenes al año. De acuerdo con un estudio de la Universidad Nacional de esa Ciudad, el narcotráfico negocia allí 2.000 millones de pesos anuales (US$ 252 millones).
Por otra parte, un estudio de la ONU, "Seguridad Ciudadana con rostro humano: diagnóstico y propuestas para América Latina 2013-2014", indica que Argentina está a la cabeza de la Región en robos, con 973 asaltos cada 100.000 habitantes, por delante de México y Colombia.
En la provincia de Buenos Aires hay un promedio de 82 delitos por hora, según datos oficiales de la Procuración General de la SupremaCorte Provincial basados en el 2013 , el que arroja 723.138 denuncias penales, con un incremento del 8 % de homicidios dolosos y robos a mano armada en crecimiento del 21 %. Cifras que llevaron al Ministro de Seguridad de ese distrito, Alejandro Granados, a hablar de 'hechos de salvajismo extremo'.
Sobre el narcotráfico , vuelven las posiciones encontradas . Mientras parte del oficialismo intentaba poner paños fríos sobre la situación, la pasada semana la Ministra de Seguridad de la Nación, María Cecilia Rodríguez, tuvo que comparecer ante el Congreso acompañada por el Secretario de Seguridad Sergio Berni, donde ambos admitieron , frente a la Comisión Bicameral del parlamento la gravedad del cuadro. Berni habló de 500 pistas clandestinas desde las cuales el narcotráfico operaría. Previamente a estas declaraciones, al actual jefe de Gabinete , Jorge Capitanich, había negado esta información.
Se sabe que la labilidad de los cientos de puntos fronterizos de Argentina no es de ahora, siempre ha existido, pero si alguien tiene la responsabilidad de gobernar, éste es un tema lo suficientemente serio como para hacerse cargo , no 12 años y tres mandatos consecutivos después. (El kirchnerismo gobierna desde el 2003, con tres mandatos, uno de Néstor Kirchner 2003-2007 y dos de Cristina Kirchner 2007-2011-con re-elección hasta la actualidad).
La ministra de Seguridad fue contundente en declarar que la prioridad de su gestió´n -recientemente asumida-será 'el combate al narcotráfico y la trata de personas , como delitos que , subrayó, no son privativos de Argentina sino transnacionales', algo que de todos modos, no justifica su crecimiento local.
Es cierto que el Kirchnerismo gestionó con un compromiso de distribución de ingreso, creación de puestos de trabajo, inserción social y justicias para crímenes de de la dictadura. La pregunta es si esta gestión, que lleva tres mandatos, logró realmente sanear las condiciones estructurales de pobreza, corrupción, inseguridad y escaso crédito político internacional del que gozaba argentina antes y después de la crisis del 2001. Porque tampoco debemos olvidar las políticas neoliberales y corruptas de los años noventa, que sembraron las peores semillas de la desigualdad y la falta de transparencia.
Como suele suceder al final de los largos mandatos presidenciales, la sociedad comienza a descubrir el velo de las mentiras: ' Si crecimos, por qué tengo que volver a bancarme un periódo infacionario que no me deja llegar a fin de mes ? ¿por qué no puedo salir con mis hijos y caminar sin que me muera de miedo en una plaza pública?, ni las compras diarias hago tranquila.' Comenta Paula (Ciudad de Buenos Aires), madre de tres hijos adolescentes y docente en el límite de la pobreza.
Un mea culpa, una clara asunción de lo que no se logró hacer, de cara -y diálogo- con la oposición y sus propuestas , podrían sacar a ARgentina de este círculo de discursos contrapuestos, superficiales y en algunos casos absolutamente negadores de la realidad, que lo único que logran es la pérdida de legitimidad de la política , y de las instituciones, lo que es grave para un país que recuperó la democracia (en 1983) pagándola con la sangre de sus militantes y el dolor de sus familiares.
Es imprescindible además, un saneamiento ético que devuelva a los actores gobernantes su rol de representatividad, de garantes de la transparencia, y la convivencia. Un recambio electoral que garantice no sólo el cambio de personajes sino de la conjunción de políticas públicas que le permitan al Estado continuar con las decisiones acertadas y acentuar su rol en los planos de seguridad, educación , salud y transparencia.
Reconstruir las partes más lastimadas de nuestra democracia, sanarla y hacer que sea el arma para solucionar los graves problemas que afectan cada día más a los argentinos, como la pobreza , la precariedad económica y la inseguridad. Considerando ésta última como un flagelo que no distingue clases sociales y que se agrava con el fenómeno del narcotráfico, que parece haber llegado para quedarse, si no se toman medidas contundentes también en esa dirección.