Pareciera mentira que después de haber elegido a Mourinho, Florentino haya cambiado radicalmente el perfil de su entrenador para comandar su nuevo proyecto merengue. Pero así lo ha hecho. Este martes el Real Madrid ha hecho oficial lo que había negado desde que saliera en rueda de prensa para anunciar el adiós del portugués: Carlo Ancelotti es el elegido hasta 2016.
Florentino lo sabía desde que llegó a un acuerdo con Mourinho para rescindir su contrato, pero debía despistar a la prensa para abaratar su fichaje. El PSG quería sacar una buena tajada sabiendo que dejaría ir a un entrenador muy valioso. De pronto, el conjunto francés encontró un técnico que no rechazara su oferta (Laurent Blanc); en ese momento Ancelotti obtuvo la libertad para mudarse de París a Madrid.
No firmará hasta el 3 de julio por cuestiones fiscales. Si firma antes, el Real Madrid debería tributar con el 52%, mientras que si lo hace después de esa fecha lo hará al 24%. Carlo, ese hombre noble y simpático, a quien Maldini recuerda por contar chistes en los momentos más tensos para tranquilizar a sus jugadores, que conoce al futbolista porque fue, ha sido elegido por Florentino Pérez para comandar su nuevo proyecto.
Pero, ¿Por qué ese cambio radical en el perfil del entrenador si Mourinho no había hecho nada mal según el propio presidente?, Pareciera que Florentino no está dispuesto a decirlo públicamente, pero la única razón por la que buscó un técnico con un carácter completamente opuesto al de Mourinho es porque el vestidor merengue quedó malherido, roto, desquiciado, y ahora necesita un guía cálido, afable, comprensible, que tenga piel de futbolista, capaz de sembrar la calma y no el terror como lo hacía The Sepcial One. Los jugadores del Madrid necesitan cariño.
Ancelotti es un entrenador al que le gusta salir jugando. Le gusta construir la torre poco a poco, tener el balón y llegar al frente con pleno dominio del cuero. Está convencido de que el Real Madrid puede jugar de otra forma que no sea tener el esférico más lejos de la portería y llegar rápido al lado contrario como solía hacerlo con Mourinho cuando enfrentaban a un club poderoso. A Carlo le gusta tener la redonda y es consciente de que su objetivo siempre ha de ser el de atacar.
Le gusta el orden, juega con dos mediocentros defensivos, pero con un creador. Le gusta el contragolpe, pero sin caer en los excesos. Es un técnico normal. Fue el aprendiz de Arrigo Sacchi, ese italiano de pelo blanco que hizo del Milan un club de época. Compartió sus mejores años como futbolista con Rijkaard, Donadoni y Costacurta cuando jugaba en el Milan.
Es un técnico ganador, pero sencillo. Quien le conoce dice que cuando se enfada se le ponen las mejillas rojas, pero eso sucede cada mil días. Es conciliador y abierto. Le gusta el diálogo. Carlo es el entrenador normal que al parecer necesitaba el Real Madrid para volver a aquellos días en los que las sonrisas se dejaban ver en cada entrenamiento en Valdebebas. Kaká ha de ser el más feliz, pues con el italiano se dio a conocer como un hombre talentoso. Tiene manejo de grupo y de estrellas. Sabe lo que es lidiar con ellas.
Ancelotti quería entrenar al Real Madrid y el Madrid necesitaba un hombre normal como Carlo. Sólo le falta anunciar a su segundo, que será una bomba mediática. Zidane le acompañará, será su comienzo en los banquillos y seguramente su sucesor, porque si por alguna razón Florentino se ha decantado por Ancelotti además de por su carácter conciliador, es porque quiere que Zidane se curta al lado de él y se convierta en el entrenador que siempre ha soñado el Real Madrid.
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