Mi viaje por una realidad que desconocía

"En esta primera oportunidad quiero compartir con ustedes mis palabras en el discurso que tuve el privilegio de ofrecer en la Cumbre Internacional del Medio Ambiente en el 2011 que tuvo como invitado de honor a Al Gore, en donde participé como colaborador de Acnur en el Foro de Responsabilidad Social junto a Luis Varese, Director Reginal de esta Ong. Un momento especial de mi vida, donde pude transmitir ideas que me parecen importantes y que surgieron de experiencias que viví en las comunidades de refugiados en la selva".
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roberto manrique

"En esta primera oportunidad quiero compartir con ustedes mis palabras en el discurso que tuve el privilegio de ofrecer en la Cumbre Internacional del Medio Ambiente en el 2011 que tuvo como invitado de honor a Al Gore, en donde participé como colaborador de Acnur en el Foro de Responsabilidad Social junto a Luis Varese, Director Reginal de esta Ong.

Un momento especial de mi vida, donde pude transmitir ideas que me parecen importantes y que surgieron de experiencias que viví en las comunidades de refugiados en la selva".

En enero del 2010 un viaje entre amigos me cambió la vida. Lo que debía ser un mes de recorrido en bus por las 3 regiones continentales de Ecuador se convirtió en un despertar interior que me ha hecho descubrir una realidad que desconocía. Fui invitado a compartir con las comunidades con las que Acnur, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados trabaja, realizando dinámicas lúdicas para los niños y espectáculos de malabarismo, canto y clown para pequeños y adultos. Este fue el primero de muchos viajes en los que he podido conocer de cerca la situación de una provincia de una riqueza tan impresionante como su pobreza.

El trabajo que Acnur realiza, no sólo se concentra en los refugiados colombianos, con la misma intensidad trabaja para las comunidades de ecuatorianos. Y una de las que más profundamente me tocó, fue Sharip, conformada 100% por ecuatorianos de nacionalidad indígena Shuar que han tenido que desplazarse dentro del país 4 veces desde 1980 por la violencia a la que han estado expuestos, y que hoy en día están divididos en dos comunidades para, en caso de ser víctimas de ataque nuevamente, minimizar el riesgo de extinción.

Se habla de que ciertas personas viven en una burbuja porque sólo se mueven en ciertos círculos o barrios, o cruzando un puente de la ciudad. Considero que si somos auto observadores nos daremos cuenta que todos estamos dentro de distintas burbujas de negación. La burbuja que a mi se me explotó, me hizo ver que soy parte de un país olvidado, descuidado, negado. ¿Cómo es posible que la provincia de Sucumbíos provea del 50% del producto interno bruto y sea 2 veces más pobre que el resto del país?

Y es que la riqueza natural de esta zona, la Amazonía, es algo ante lo cual uno no sale ileso. Yo fui profundamente tocado por la magnificencia de estos paisajes, que así mismo se veían interrumpidos por la presencia abrupta de las instalaciones de las petroleras. Que no sólo irrumpen a nivel visual. ¿Vamos a creer que la tasa de cáncer en Sucumbíos sea 5 veces más alta que en el resto del país es sólo una coincidencia? Yo no estoy aquí para hacer una denuncia u otra. Estoy aquí para preguntarnos qué tan densa es nuestra burbuja. Qué debemos vivir para que ese pedazo de materia que nos recubre explote y nos permita ver el entorno que nos rodea como nuestro también.

La humanidad es una sola, y si se trata de ser conscientes del impacto medio ambiental de nuestras vidas. ¿No son los seres humanos factores medio ambientales también? ¿La riqueza de estas comunidades no es parte de la riqueza de estas regiones? Yo he visto los esfuerzos de estas culturas por mantenerse con vida, en sentido metafórico y literal. Yo he visto los esfuerzos de una comunidad indígena por rescatar sus vestimentas y danzas sagradas de las garras del olvido. He visto la sabiduría de un chamán salvar a mi compañera de misión de una picadura de conga voladora con sus rezos y succión del veneno. ¿no es esto algo digno de proteger? Así mismo he visto como esta gente que pertenece a la selva, que la ama, que nació y es sostenida por ella y no por un país que no le da la calidad de vida que merece, se ve forzada a atacar, deforestar, consumirla en busca de una fuente de trabajo, alimento y sustento. También he sido testigo de la humillación de la mujer y de las niñas, que en busca de un camino de subsistencia se ven obligadas a negociar con su cuerpo, muchas de ellas ecuatorianas y muchas colombianas que además son víctimas de la xenofobia y el estereotipo de que por colombianas, eso les resulta fácil. Fácil es juzgar y señalar.

Si tan sólo pusiésemos más atención en nuestro interior, en el interior de nuestro país y del mundo, yo estoy convencido de que no podríamos dirigir empresas o menos aún vidas personales insensibles ante el entorno. Estoy convencido de que la humanidad está en una era de cambios, que no seremos más distantes y apáticos ante los signos que el planeta nos está dando. Estoy convencido de que tenemos el potencial como civilización y raza de generar una nueva sensibilidad social que se relacione con el mundo de una manera activa y consciente de los necesidades ajenas, considerando nuevos factores dentro de un estudio de mercadeo o económico como el impacto medio ambiental, o humano de nuestros proyectos y decisiones.

Yo no soy un experto en responsabilidad social corporativa, así que no puedo proponer pasos a seguir para desarrollar un proyecto empresarial de ese tipo. Pero puedo contarles mi experiencia de vida y la oportunidad que se me ha dado de percibir de primera mano la realidad de esta provincia que he podido visitar, y es sólo un ejemplo de lo que la gran mayoría de nuestro país vive. Si tomamos la decisión de que nuestras vidas dejarán una huella positiva, si nos comprometemos poco a poco o de golpe y con una entrega total, a ser generadores de cambio para nuestro país o nuestro planeta, les aseguro, porque lo que he experimentado, sin hacer demasiado, que la retribución será mucho más poderosa que una estadística que podamos cambiar, por importante que esta sea, mucho más enriquecedora que una cuenta de banco, aunque esta misma crezca gracias a este compromiso, y mucho más productiva que un balance de ventas positivo, aunque vendamos más debido a esta misma estrategia.

No se trata de sacrificar productividad de nuestras empresas, no se trata de sacrificar tiempo y energía de nuestras vidas . Se trata de ser conscientes de que estamos invirtiendo en lo más valioso que tenemos, el entorno y nosotros mismos, pues no hay diferencia entre ambos. Esta burbuja que creemos que nos separa, de la que a veces somos conscientes y a veces no, es un producto de nuestra imaginación. Es una ficción que hemos inventado para delimita fronteras que nos hacen sentir seguros, pero la ganancia de una vida socialmente responsable es mucho más profunda que la seguridad que nos puede dar vivir con esta certeza errada de separación.

No importa qué aspecto de la sociedad se decida impactar, no importa si es rescatar una comunidad indígena en Sucumbíos, trabajar con los refugiados en frontera o recaudar fondos para el Yasuní. Lo importante es que exista un cambio de consciencia general y nos convirtamos en individuos para los que la separación sea una idea y no un motivo de distancia y queminportismo, para los que el compromiso con el "afuera" sea una prioridad y no una nueva moda del marketing, para los que el vivir vidas con el "otro" como alguien tan importante como "uno" sea la única forma de vivir.

roberto manrique

Roberto Manrique

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