Muros y puentes: El filme de la Historia (revisitado)

El domingo por la noche, cuando veíamos una película en casa, nuestra hija se aproximó avisando muy quitada de la pena, sin saber --a sus 12 años-- la magnitud de sus palabras: "Han matado a Osama bin Laden"... la noticia la había leído en su círculo de Facebook.
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FILE - This undated file photo shows al Qaida leader Osama bin Laden in Afghanistan. A new book due out Tuesday, Oct. 16, 2012 says President Barack Obama hoped to put Bin Laden on trial if he had surrendered during a U.S. raid. Author Mark Bowden quotes the president as saying he thought he could make a strong political argument for giving bin Laden the full rights of a criminal defendant, to show U.S. justice applies even to him. In "The Finish," Bowden writes, however, that Obama said he expected the terror leader to go down fighting. (AP Photo)
FILE - This undated file photo shows al Qaida leader Osama bin Laden in Afghanistan. A new book due out Tuesday, Oct. 16, 2012 says President Barack Obama hoped to put Bin Laden on trial if he had surrendered during a U.S. raid. Author Mark Bowden quotes the president as saying he thought he could make a strong political argument for giving bin Laden the full rights of a criminal defendant, to show U.S. justice applies even to him. In "The Finish," Bowden writes, however, that Obama said he expected the terror leader to go down fighting. (AP Photo)

bin laden

A ver, ahora que están a punto de exhibir sendos filmes sobre la caída de Osama bin Laden, y ahora que están a punto de ocurrir las elecciones presidenciales cuyos candidatos tocaron en sus debates varias veces el tema de la caída de Bin Laden --uno de los más peligrosos enemigos de esta nación-- quiero proponer a mis (cuatro) lectores (antes de que vean dichas películas), lean estos apuntes escritos unos días después del acontecimiento que, sin duda, creo que como hecho histórico le da un sólido respaldo a Barack Obama quien como comandante en jefe ha sido uno de sus mayores protagonistas.

EL FILME DE LA HISTORIA *

El domingo por la noche, cuando veíamos una película en casa, nuestra hija se aproximó avisando muy quitada de la pena, sin saber --a sus 12 años-- la magnitud de sus palabras: "Han matado a Osama bin Laden"... la noticia la había leído en su círculo de Facebook.

Cambiamos la comedia romántica por un thriller de acción y espionaje de la vida real.

Pasamos a las noticias televisadas, faltaba todavía un rato para que el presidente Barack Obama, con sobriedad y sin aspavientos, confirmara la muerte de Bin Laden y con ello activara la euforia de este país.

Desde hace casi 10 años cuando Le Monde cabeceó "Todos somos americanos" horas después de los ataques a las Torres Gemelas y al Pentágono, en tanto aquí la confusión reinaba con el polvo aún flotando en el centro de Manhattan donde murieron casi 3,000 personas, comenzaría en el mundo la cacería de Osama bin Laden que, como destacó un despacho, culminó con una acción que duró 40 minutos.

Escribo estas líneas dos días después. Ya todo el mundo se ha enterado de los pormenores de un operativo que hemos visto repetidas veces en el pasado... en películas. La operación en la casa donde habitaba Bin Laden en esa ciudad turística llamada Abottabad, al norte de Pakistán tiene una gran carga cinematográfica y todos los elementos de una película de espías y militares donde la-justicia-se-impone-sobre-el-mal y que sin embargo se asimila sin asombro, pues en nuestro entorno desde hace años la realidad supera cotidianamente todo viso de ficción.

La maquinaria editorial y medios electrónicos y digitales no han cesado de enfocar los diversos ángulos, desde la participación de los Navy Seals (soldados especiales "responsables de operaciones antiterroristas y de guerra no convencional"); los dos helicópteros Black Hawk y el Chinook, incluida la inesperada pérdida en medio del operativo de uno de los Black Hawk; los pormenores del asalto, los Seals bajando por sogas de los helicópteros hasta el patio y techo de la casa; avanzando ya en el interior, piso por piso, matando a dos a cuatro personas hasta que el líder de al-Qaeda cae abatido con un balazo en un ojo que le atravesó el cráneo y varios otros en el pecho; pasando por el apoderamiento de discos duros y la custodia de varios niños y por lo menos dos esposas del terrorista; hasta el momento en que uno de los soldados le tomaba fotos al cuerpo de Bin Laden; y el seguimiento en tiempo real de los acontecimientos a través de una pantalla en el Cuarto de Crisis de la Casa Blanca, por la plana completa del gabinete de Seguridad rodeando a Obama y escuchando el relato de los hechos desde otro edificio por el director de la CIA, León Panetta.

De entre el maremágnum noticioso surgen dos lacónicas frases que sobresalen porque son emblemáticas en el filme de la Historia. Ambas se conjugan en el característico espíritu dual de lo bélico y la política de EU. "Gerónimo EKIA" pronunciada por Panetta al anunciar la muerte de Bin Laden ("Gerónimo" es el nombre en clave como refirieron a Bin Laden durante el operativo y EKIA es el acrónimo de las palabras en inglés enemy killed in action: enemigo muerto en acción)... una vez escuchadas, trascendió, Obama por fin habló para pronunciar la otra breve frase: "Lo tenemos".

Obama, coinciden los analistas, provocó de entrada el mutis de los republicanos que le tildaban de pusilánime para asumir decisiones difíciles, incluso ridiculizándolo y tachándolo de "espectador en jefe".

En base a las conferencias de medios y las respuestas de los voceros de Washington, la prensa nacional e internacional narra esta parte de la película: La CIA --una vez que su espionaje basa fundadas sospechas en un mensajero de al-Qaeda que les dio la pista de la finca de Abottabad-- durante semanas examina fotos tomadas por satélite a la mansión de Bin Laden. Busca determinar quiénes la habitan. Entretanto nos enteramos que se construyen réplicas de la casona en diferentes costas de EU donde entrenan una y otra vez la acometida. En septiembre pasado consideran que existía "una alta probabilidad" de que Bin Laden estuviese escondido en ella. En febrero lo confirman, la familia Bin Laden está dentro.

En marzo Barack Obama conoce de primera mano la situación de la investigación. Enseguida tiene su primera reunión de cinco que sostuvo en seis semanas en la Casa Blanca, en ellas se entera de cada detalle de la operación contra Osama bin Laden.

Entonces sopesan la acción por aire y por tierra, los estrategas analizan opciones, diseñan una operación en que las posibles bajas de Seals fuesen las mínimas al mismo tiempo que se maximizasen las posibilidades de éxito. Descartan un bombardeo porque puede escapar en medio del mismo o el cadáver puede no encontrarse nunca.

Finalmente el viernes 29 de abril el comandante en jefe dio la orden de atacar. Obama eligió pues la opción más difícil y arriesgada de estas tres que su equipo le planteó: Un ataque aéreo con bombarderos B-2; una incursión conjunta con los paquistaníes, que serían informados horas antes del operativo; o el asalto de comandos con helicópteros.

A la mañana siguiente Obama es mostrado reflexionando en la Sala de Crisis enmarcado con las celebraciones del pueblo y agitadas conferencias de prensa. Júbilo taquillero y sonrisas en tanto que Hillary Clinton advierte, solemne y emocionada, que la batalla contra al-Qaeda no termina con la muerte de Bin Laden. De seguro habrá una secuela.

* Publicado originalmente en La Estrella Digital.

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