Muros y puentes: ¡Y todavía quieren el voto latino!

Si las convenciones partidarias son el banderazo de salida para la campaña política propiamente dicha, la republicana arranca con más retos que confianza ahora que los duros se han impuesto por encima de los moderados.
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Republican vice presidential candidate, Rep. Paul Ryan, R-Wis. gestures during a walk through ahead of his delivering a speech at the Republican National Convention, Wednesday, Aug. 29, 2012 in Tampa, Fla. (AP Photo/Charles Dharapak)
Republican vice presidential candidate, Rep. Paul Ryan, R-Wis. gestures during a walk through ahead of his delivering a speech at the Republican National Convention, Wednesday, Aug. 29, 2012 in Tampa, Fla. (AP Photo/Charles Dharapak)

convencion republicana

Si las convenciones partidarias son el banderazo de salida para la campaña política propiamente dicha, la republicana arranca con más retos que confianza ahora que los duros se han impuesto por encima de los moderados.

Lo anterior me queda claro pues la plataforma es un manifiesto plagado de radicalidades, grave en términos generales para la sociedad por sus severas intenciones para reformar los proyectos consagrados al pueblo (el Seguro Social, Medicare y Medicaid), el estricto manejo de la economía y, por lo que a nosotros concierne, un desfachatado embate de intenciones antiinmigrantes... especialmente contra los inmigrantes latinos.

Paul Ryan se mueve como si portara aureola, sabe que lo consideran "la estrella" de los convencionistas en tanto que Mitt Romney, aún siendo el centro de atención, si bien ya comenzaron a corearlo y a agitar cartelitos con su nombre de pila, para mi gusto ni su mujer ha logrado desacartonarlo. Imposible lo que pretenden: eso de desdibujar su imagen de rico, pues su naturaleza empresarial nomás no compagina con la de un hombre común, su perfil distante y frío, su personalidad de privilegiado arrogante nomás no encaja en la imagen de alguien compasivo.

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Entonces los retos para llegar hasta los votantes de a pie, por una parte será lograrlo con todo y la pesada carga de su conservador manifiesto (conservador a más no poder, que no puede ocultar su interés de privilegiar a los súper ricos) y, por el otro lado, humanizar a su ya oficial candidato.

En el colmo de la ola ultra sueltan a diestra y siniestra "por aclamación" sus fobias, a saber y como probadita, sin empacho comen ansias para terminar el muro en la frontera con México, reclaman y aplauden las iniciativas contra los inmigrantes indocumentados de Arizona y demás estados fóbicos, se oponen a la reforma migratoria desde una óptica más bien corta de alcances y a convertir en el país al inglés en idioma oficial... criterios más cerrados imposible.

¡Y todavía quieren el voto latino!

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