Muros y puentes: Ops... La sonrisa de Romney

Mmm: Que si la sonrisa de Mitt Romney. Que si pelea de box con el presidente contra las cuerdas (la comentocracia creó la imagen de púgiles en un cuadrilátero). Que si nomás un round de sombra. Que si el estilo enérgico de Romney y la poca agilidad de Obama. Que si ganó aquél y a éste se le vio cansado o aburrido o con exceso de confianza.
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Republican presidential candidate, former Massachusetts Gov. Mitt Romney pauses during a campaign rally on Monday, Oct. 8, 2012, in Newport News, Va. (AP Photo/ Evan Vucci)
Republican presidential candidate, former Massachusetts Gov. Mitt Romney pauses during a campaign rally on Monday, Oct. 8, 2012, in Newport News, Va. (AP Photo/ Evan Vucci)

mitt romney

Mmm: Que si la sonrisa de Mitt Romney. Que si pelea de box con el presidente contra las cuerdas (la comentocracia creó la imagen de púgiles en un cuadrilátero). Que si nomás un round de sombra. Que si el estilo enérgico de Romney y la poca agilidad de Obama. Que si ganó aquél y a éste se le vio cansado o aburrido o con exceso de confianza.

Tss: Yo coincido con quienes dicen que ambos se quedaron cortos en ese primer debate, pues más allá de la imagen (y el show televisivo que significa el escaparate de los debates: Los debates como fenómeno de masas, eventos que se han vuelto litúrgicos en la cultura popular) respecto a la discusión entre ambos al final fue un darle vueltas a lo mismo. Sus consabidos puntos y contrapuntos en torno a sus maneras de ver y abordar los problemas. Sus reiteradas posturas sobre los asuntos expuestos, esos temas que Jim Lehrer buscó (por momentos en vano) moderar, la creación de puestos de trabajo y el cómo reducir el déficit fiscal. En fin sus visiones encontradas y sus propuestas diferentes sobre la economía y los programas sociales... vimos una síntesis (poco clara por lo demás) de lo que ambos representan, los dos extremos del derrotero político para los próximos cuatro años.

Hum: La variante fue el escenario y la parafernalia de los medios. No hay mucho más que decir. Una hora y media en la que Romney quiso arrebatarle a Obama la bandera de la clase media y el primer mandatario retenerla. Obama defendió su gestión en tanto Romney lo atacaba. Obama cuestionaba a Romney y éste respondía. Si algo con materia sustancial, camino a las urnas, se deriva de ese debate acaso sea que Obama forzó a Romney a repudiar públicamente cualquier plan para recortar impuestos a quienes ganan más de 250 mil dólares al año.

Ajá: Frente a la reiterada acusación de Obama, Romney tuvo que conceder: "No voy a reducir impuestos para quienes tienen ingresos altos". Aunque ya se sabe: "Del dicho al hecho"...

Puf: Se puede dilucidar que Romney se vio mejor, que salió airoso ante un Obama desconocido y un tanto apagado, pero a la postre volvemos a lo mismo. Quítele usted las luces artificales y los fuegos pirotécnicos, es decir el alud de comentarios "especializados", los "análisis de imagen", los caracoleos de las encuestas, entre otras perlas que fueron el pasto de los comediantes (es un hecho que rituales como estos son presenciados "para-estar-al-día-de los-acontecimientos-políticos-del-país" o lo que es lo mismo: mucha gente ve el debate para entender bien los chistes de los comediantes... ¿y la materia para las urnas?, muy bien, gracias), en fin quite usted toda esa paja social y lo que tenemos enfrente es lo que de hecho defendió y enarboló cada uno en ese primer debate: Romney acusó a Obama de dictar su política desde el aparato de gobierno hacia abajo. El presidente reviró que su contrincante promueve una política económica que parte de la cúspide en que se encuentran los millonarios hacia abajo. Lo dicho: dos extremos. El fondo: convencer a la clase media o más precisamente: a los independientes que deciden su voto poco antes de las elecciones.

Uh-oh: Y por encima de todo, la mayoría de los electores que iremos a las urnas ya hemos decidido. Es histórico que las vicisitudes de los debates se difuminan apenas se acerca el próximo (faltan dos entre ellos), acaso por eso un día después algunos politólogos señalan que las encuestas muestran un efecto inmediato pero no definitivo, o sea siguen variando, o sea las impresiones sobre los debates: luces de bengala; al final la única auscultación válida es la de las urnas y quien acude a ellas es la ciudadanía más bien consciente (todo mundo sabe que el índice de electores que acude a las urnas es, siempre lo ha sido, más bien bajo, supongo que eso obedece a que son los meros conscientes los que sí acuden a votar pero es tema aparte).

Como sea, entre uno y otro, entre un republicano que ahora se desdice (las últimas explicaciones o "cambios" de postura son que siempre sí va a respetar las buenas políticas que Obama ejecutó a favor de los jóvenes indocumentados) o que su dicho sobre el 47 por ciento --que lo pintó de cuerpo entero al hablar en confianza en su ámbito, entre representantes de la élite social-- y que ahora con decir que fue un error ¿piensa que la gente dirá, ante su desprecio, borrón y cuenta nueva?: Uff. Entre ambos, digo, yo sigo pensando que para las minorías, para las mujeres, pero sobre todo para los hispanos, el demócrata es y debe ser nuestro gallo el 6 de noviembre próximo, aunque muchos televidentes encuestados piensen que Romney sonríe más bonito.

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Primer debate presidencial: Obama vs. Romney

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