Las miles de palmeras que te reciben tan pronto te vas acercando a la ciudad no dejan dudas de que te cobijarás a buena sombra cuando llegues a Samaná, una ciudad al noreste de la República Dominicana. La belleza de su tierra es parte de lo que ha dado fama internacional a ese pueblo costero, pero también son responsables de esa fama sus playas casi vírgenes y unas gigantescas criaturas marinas. Ellas son las ballenas jorobadas que acuden año tras año a aparearse en un espectáculo natural impresionante en lo que se ha llamado El Santuario de Mamíferos Marinos de la Bahía de Samaná.
Sin embargo, una visita a Samaná te ofrece mucho más que ver el salto monumental de esa especie mostrando la cabeza o la cola.
Aquí 4 razones para visitar toda el área de la Península de Samaná, descubierta por Cristóbal Colón el 12 de enero de 1493, durante su segundo viaje.
1. Ballenas
Sin duda es la actividad principal, pero solo si vas entre enero y marzo de cada año. Desde varias playas de la zona desde temprano salen las pequeñísimas embarcaciones que te llevarán mar adentro donde sin mucho esfuerzo verás a estos colosales cetáceos bailar como si fueran parte de la más bella coreografía. Van de dos mil a tres mil ballenas todos los años. ¡Cuidado con los botes! Son muy pequeños y el mareo es parte de la experiencia, así que toma algún medicamento si tienes tendencia a ello. Algunas empresas ofrecen botes un poco más grandes, pero no es la norma.
2. Playas vírgenes y cristalinas
¡Qué belleza de playas tiene la región! Desde Playa Rincón (foto), destacadas entre las más bonitas del mundo, a la que llegas en otro pequeño bote desde el poblado de Las Galeras, a sus aguas privadas y tranquilas, o Las Terrenas, que es todo un pueblo de pescadores donde lo mismo venden una casa para ricos y famosos, que ostras frescas y langostas acabadas de pescar en su playa. También hermosas son Playa Bonita y la playa de Cayo Levantado y donde por lo regular te llevan después de ver las ballenas y donde hay kioscos de comida, artesanos y música típica, además de un hotel. Si eres "surfista" Playa Cosón te gustará.
3. El Salto El Limón
Otra actividad cumbre especialmente de los amantes del ecoturismo. Subido en un caballo y después de cruzar algunos ríos, un camino empedrado te llevará al tope de una montaña solo para darte cuenta que tendrás que descender rodeado de riscos para llegar al punto final del paseo en caballo. ¡Ése es el momento para seguir el camino, pero a pie, bajando 360 escalones! Al final te espera la joya del paseo, el Salto al Limón, una cascada impresionante de tres saltos de agua que caen desde la cima de la Sierra de Samaná hasta una piscina natural donde por supuesto tienes que darte un chapuzón al menos de media hora. Después sin otra opción, tendrás que subir las escaleras, encontrarte con el caballo y tu guía y descender hacia el lugar de inicio para reunirte con el anfitrión, por lo regular un lugareño que te servirá comida típica en su casa. En mi paseo los divinos Basilio y su esposa Ramona, nos esperaron con arroz, habichuelas, espaguetis y pollo guisado al estilo dominicano.
4. Parque Nacional Los Haitises
Otro pequeño bote te llevará en unos 20 minutos hasta este parque nacional con las huellas de los indios taínos, que está lleno de sus tesoros indígenas y cuyo nombre significa "tierra alta o de montaña". El bote se detendrá en algunas cuevas como La Cueva de la Línea y la Boca del Tiburón, así como en playas y cayos. En el área abundan más de 225 especies de aves de ese país caribeño, muchas de ellas endémicas, flora diversa y aguas llenas de peces.
No te vayas de Samaná sin probar su pescado con coco y su pan de coco. Puedes llegar allí directo a su aeropuerto internacional desde algunas ciudades de Estados Unidos o trasladarte por tierra desde otras ciudades dominicanas, incluyendo Santo Domingo, su capital, desde donde puedes ir en una moderna autopista. Además varias líneas de crucero te llevan en ciertas temporadas.
