Una ciudad medieval encantadora y sobre todo muy bien conservada. Así puedo describirte a Brujas, en Bélgica, destino al que llegué luego de un recorrido en autobús desde uno de los puertos visitados por el Scenic Jewel, de los barcos Scenic Cruises en el que estaba navegando por el Río Rín, en Europa.
Sabía con anticipación de su belleza, pero las expectativas fueron sobrepasadas. Fundada en el siglo XI, "Brugges", como se le conoce, fue la primera gran capital de Flandes. Es pequeñita en tamaño, pero inmensa en atracciones y muy fácil de recorrer en unas horas.
Sus canales son uno de sus principales atractivos. Tan numerosos que le ha ganado la comparación con Venecia y responsables de que Brujas se convirtiera en uno de los centros de comercio más importantes de Europa del Norte.
Sus murallas, torres y puertas están perfectamente conservadas. Es una de las ciudades más visitadas de Bélgica y puede recorrerse fácilmente caminando.
El casco histórico de Brujas es Patrimonio Histórico de la Humanidad de la UNESCO desde el año 2000. La Plaza Mayor o Grote Markt, es uno de sus principales atractivos y un gran tesoro artístico. Es un punto muy fotografiado por estar rodeado de preciosas fachadas como las del Palacio Provincial el salón de los tejidos o "De Lakenhalle" y el imponente monumento conocido como Atalaya, un inmenso campanario del siglo XII, símbolo de la libertad y de la autonomía de Brujas. ¡Tienen un colorido mercadillo callejero con frutas y platillos que hay que probar!
La Plaza Burg, donde está el Ayuntamiento Stadhuis, la Torre Belfort (puedes subir al tope para espléndidas vistas panorámicas) y la Basílica de la Santa Sangre, está unida por una pequeña calle a la Plaza Mayor. La fachada de la Basílica es del siglo XIV y allí se guarda la reliquia de la Santa Sangre de Jesucristo. Otros monumentos religiosos importantes son la Catedral de San Salvador, la iglesia parroquial más antigua de Brujas y la Iglesia de Nuestra Señora, con la torre de ladrillo más alta de la ciudad.
Comer sus famosos chocolates, comprar encajes (puedes visitar el Centro del Encaje para ver cómo se hacen), hacer el recorrido en carruajes tirados por caballos y navegar por sus canales es parte de lo imperdible.
A Brujas puedes llegar en tren desde otras ciudades, (está a una hora de Bruselas); también en autobús y si haces una travesía por el Río Rín, como lo hice yo y puedes escoger la ciudad como excursión, te prometo que quedarás "embrujado".
Otros lugares interesantes son el Beguinaje de Brujas o Monasterio de la Viña; el curioso "Friet Museum" o el museo de la papa frita, del que dicen que es el único en el mundo dedicado a las papas y el Historium, la atracción turística dedicada a la vida en Brujas a final de la Edad Media. En el mismo edificio está Duvelorium, una gran cervecería y una chocolatería.
Como muchas otras ciudades del mundo, tiene su tarjeta de descuento para turistas. La "Brugge City Card" tienes acceso gratis a más de 20 museos y lugares de interés de Brujas e incluye el recorrido por los canales o un City Tour en un minibús.
Puedes combinar tu viaje con la visita a la pequeña localidad de Damme, a sólo 30 minutos en barco por uno de los canales más bellos de Flandes.