Seguramente has escuchado esa expresión de "Le echaron mal de ojo". Pero, ¿qué es exactamente el mal de ojo? No es brujería. Es lo contrario a mirar con buenos ojos, se trata nada más ni nada menos que de la vil envidia.
La envidia, ese sentimiento malsano que cobra vida cuando otros tienen o consiguen, es la causante -se cree- de que los proyectos se retrasen, se caigan los negocios y en muchas ocasiones hasta se fracturen las relaciones. Cabe mencionar que el mal de ojo puede ser voluntario o involuntario y que su daño varia, dependiendo de la energía del envidioso.
Seguramente alguna vez te han dicho que no comentes tus proyectos hasta que se hagan realidad, que no hables de posibles nuevos trabajos o de citas importantes. Las advertencias tienen fundamento justamente en la idea de que si hablas de ello, alguien con su envidia te lo puede boicotear.
Imagina que tu aura (energía vital) es como una coraza, como un escudo, como una olla de metal; esta aura es parte de ti, es tu cuerpo energético. Cada vez que alguien siente envidia por lo tuyo, con sus pensamientos te está disparando, mientras más envidia o más personas te envidien, más son los disparos que recibes, hasta que se agujera y se convierte en una coladera que deja escurrir su contenido (tu energía), pero que al mismo tiempo abre boquetes para que más envidia (energía negativa) la penetre y dañe seriamente.
Seamos sinceros, hasta los amigos más cercanos pueden sentir envidia por nuestros éxitos y no porque no sean amigos de verdad, sino por la misma condición humana: ¿por qué él sí y yo no? ¿Por qué a ella y no a mí? Otros tal vez no sientan envidia, pero sí celos de perderte por que alcances otros niveles. De modo que siempre será mejor guardarse las cosas hasta que se concreten.
El mal de ojo se combate con un ojo...
El ojo que todo lo ve, es el ojo de Dios en todas las cosas y más que curioso o una casualidad, valdría la pena preguntarse por qué tantas y tan diferentes culturas le han dado al ojo la cualidad de dañar o proteger. Si bien el ojo es un órgano que recibe, también es claro que el ojo transmite, que en la mirada de alguien se puede leer amor, miedo, tristeza, odio y demás. Mi abuela decía que los ojos son los espejos del alma.
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