Un año sin Photoshop

¿El compromiso? No utilizar Photoshop para alterar la imagen real de las personas (adelgazar, borrar arrugas, y todas aquellas huellas del paso del tiempo que algunas productoras de moda llaman "imperfecciones").
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Nos tildaron de locas, exageradas, extremas... pero hace un año, en revista Ya dejamos de usar Photoshop. Esto es lo que pasó.

"Nadie querrá salir de portada de la revista". "Ningún fotógrafo bueno trabajará para ustedes". "Los avisadores se espantarán". Frases de esa tónica escuchamos a menudo en enero del 2014 cuando, en revista Ya de El Mercurio -la revista femenina más leída de Chile-, decidimos crear la Campaña por la Imagen Saludable de la Mujer. ¿El compromiso? No utilizar Photoshop para alterar la imagen real de las personas (adelgazar, borrar arrugas, y todas aquellas huellas del paso del tiempo que algunas productoras de moda llaman "imperfecciones"); emplear a modelos mayores de edad y con un índice de masa corporal superior a 18.5 (la frontera de lo considerado normal), y evitar escribir artículos que promuevan prácticas poco saludables en las mujeres (desde dietas milagrosas y temas que, aunque en apariencia son inofensivos, perpetúan estereotipos físicos muy delgados como "deseables").

Nos lanzamos en esta apuesta arriesgada, pues veíamos con preocupación que aunque en nuestras entrevistas y reportajes tratábamos de destacar a mujeres valiosas por su aporte a la sociedad, en las secciones llamadas de "servicio" (moda, belleza, fitness, etcétera), nos contradecíamos al contratar modelos muy delgadas y muy jóvenes, y al emplear una retórica del "deber ser" para hablar de belleza, moda, deporte o salud. Intentamos muchas veces persuadir a las agencias de modelos de proveernos de modelos mayores y con un cuerpo más normal, pero no tuvimos éxito, pues la imagen de mujer que los fashionistas han logrado, desgraciadamente, situar en el canon, es de una sin curvas y sin años.

Tras revisar proyectos de ley y de buenas prácticas en distintos países de Europa, en Estados Unidos y en Israel, dimos con nuestro compromiso, que intenta mostrar que es posible hacer una revista femenina exitosa sin necesidad de seguir encajonando a las mujeres en prototipos poco saludables.

Y, un año después, podemos decir que lo logramos. No sólo obtuvimos reconocimientos nacionales e internacionales (diversos premios y la difusión en más de una decena de medios en Latinoamérica), sino que conseguimos validación por parte de nuestras lectoras, la comunidad de avisadores, y también de destacados talentos del mundo de la moda, que nos acompañaron a los largo de los meses.

En efecto, grandes profesionales chilenos fotografiaron sin retoques a personalidades de nuestro país (desde ministras a la ex reina de belleza Cecilia Bolocco), que a su vez se enorgullecieron de ayudar a liberar a las mujeres de imperativos estéticos. También, al mostrarse como son, contribuyeron a difundir la idea de que todas las edades tienen una gracia única y particular, una que no debe ser escondida ni "photoshopeada".

Ojalá este pequeño grano de arena que iniciamos en Chile se expanda y crezca.

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