¡Porque sí hay mujeres!

El problema es que hay que no solo darles un espacio, sino uno que sea acorde a su capacidad y dignidad.
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En Latinoamérica pasa con mucha frecuencia, y creo que en Estados Unidos también. Paneles de televisión o radio, seminarios internacionales, conferencias, debates, donde las mujeres francamente brillan por su ausencia, o bien están en posición muy minoritaria.

Y si bien ha habido avances que no se pueden negar, el hecho de que el avance del poder y la capacidad femeninos no sean visibilizados de manera equivalente en los lugares de legitimación simbólica, como los medios, nos debe llamar a reflexionar y actuar con mayor rapidez.

De hecho, muchos estudios internacionales revelan que estamos lejos de la paridad al momento de poner a las mujeres en calidad de expertas o de fuentes de información. Y es que estamos en presencia de al menos dos problemas diferentes: por una parte, la baja visibilidad de las mujeres en los medios de comunicación masiva, pero también la mala representación que hay de ellas en dichos medios.

Es decir, no solo están subrepresentadas, sino además mal representadas.

Y ello lleva a que el cambio cultural se lentifique o se obstruya, justamente porque se siguen reproduciendo ad eternum las representaciones femeninas antiguas.

Lo vemos en la publicidad - donde las mujeres son las únicas que al parecer lavan y planchan, por ejemplo-, en el cine -donde sus roles siguen siendo mayoritariamente de acompañantes de los galanes, resaltando su belleza y juventud- y en la televisión, donde también aparecen muchas veces como comparsas y no protagonistas, con grandes excepciones, por cierto, como Barbara Walters y Christiane Amanpour en Estados Unidos, y muchas otras en Latinoamérica.

Pero digamos que la mayoría de las veces el modelo imperante es otro, y se sigue buscando en ellas la juventud, la delgadez, los ideales de belleza tradicionales, y el toque "cálido".
Un documental muy interesante sobre este tema es Miss Representation, de Jennifer Siebel Newsom, que fue lanzado en Estados Unidos en 2011, y que mostraremos en Chile esta semana.

En él se revela el enorme poder de los medios de comunicación masiva en crear, mantener o cambiar estereotipos, y sus consecuencias. Bajo el lema "You can´t be what you can´t see", este filme explica la necesidad que tienen las mujeres jóvenes de modelos positivos que admirar y seguir.

Y no hay vehículo más poderoso que los medios para configurar o cambiar esos roles. Es un llamado de alerta sobre cómo estos temas de discriminación de la mujer no sólo tienen soluciones legislativas o de política pública y corporativa, sino que también -y esto nos compete a todos- pasan por cambiar los modos cómo hablamos, mostramos y nos referimos a las mujeres.

Sheryl Sandberg ha jugado también un muy importante rol en poner alerta a estos temas culturales en su libro Lean In y en su reciente iniciativa Lean in Together, en que llama a hombres y mujeres a trabajar juntos por provocar la transformación cultural.

En Chile, la recientemente creada Corporación Hay Mujeres (www.haymujeres.cl) -presidida por María de los Angeles Fernández y donde soy vicepresidenta- intenta mostrar la cantidad y calidad de expertas que tiene Chile en distintos ámbitos, de modo que los medios de comunicación, universidades e instituciones no digan que no han convocado paritaria o equilibradamente porque "no hay mujeres", como a menudo se escucha. La idea es mostrarlas en una moderna plataforma digital y hacer distintos programas para impulsarlas a que sean fuentes y panelistas efectivas en los medios.

Porque hay mujeres. El problema es que hay que no solo darles un espacio, sino uno que sea acorde a su capacidad y dignidad.

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