Lo que le pediría a la película de los 33 mineros

Patricia Riggen, reconocida directora de cine latina, será la encargada de dirigir la película "The 33", sobre la odisea de los 33 mineros chilenos atrapados en la mina san José, que pasaron 69 días bajo tierra en 2010.
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33 mineros

Patricia Riggen, reconocida directora de cine latina, será la encargada de dirigir la película "The 33", sobre la odisea de los 33 mineros chilenos atrapados en la mina san José, que pasaron 69 días bajo tierra en 2010. Ya están confirmados Antonio Banderas y entiendo que Jenifer López para los protagónicos, y de seguro el elenco completo será de primera. Y es que esta historia mantuvo en vilo no sólo a los chilenos, sino al mundo entero, y es sin duda de esos casos en que la realidad supera a la ficción.

Recuerdo como si fuera ayer el día en que escuché la noticia de que había mineros atrapados en el desértico norte de chile. Esperanza había muy pocas, por no decir ninguna. Mientras comenzaron a pasar los días, iban disminuyendo aún más. Hasta el día aquel, en que una de las sondas trajo de vuelta el optimismo: "Estamos bien en el refugio los 33", dio la vuelta al mundo. Desde entonces, en Chile sólo se vivió para contar los días de poder sacarlos de allí.

Su testimonio de resiliencia, aguante, coraje, nos emocionó, hasta el último rincón del mundo. El día de su salida, transmitido en directo, todos quienes lo vimos supimos que estábamos frente a uno de esos momentos de la historia. Uno a uno fueron saliendo, en una noche que no terminaba nunca. Allá en el norte, llenos de periodistas, cámaras, autoridades, los 33 volvían a la vida, a su vida.

Pero ya ha pasado el tiempo, ¿y qué exactamente es lo que una película sobre ellos debiera mostrar? Y aquí está la preocupación mayor. Hollywood, en su versión masiva, no se caracteriza por las sutilezas, los matices, la reflexión, sino por un sinfín de acción y de simplificación. Y aquí está, a mi juicio, el desafío para Riggen.

Ella es conocida por su apoyo a la causa latina en Estados Unidos. Ha trabajado por superar los estereotipos y barreras, barreras que sabemos no son nada de menores. Esta cinta, entonces, debiera ser una oportunidad para comunicar la complejidad y riqueza de nuestra cultura, y no la versión estereotipada de los pueblos al sur de Estados Unidos.

El episodio de los 33 permite mostrar Latinoamérica en todo su esplendor y también en sus debilidades.

Porque por un lado, está el lado brillante y admirable, encarnada en los 33. Su historia es una donde hombres esforzados se meten a un trabajo duro, difícil, para sacar adelante a sus familias, tal como muchos latinos hacen cada día en nuestras tierras y en el mundo entero cuando son inmigrantes. En las caras de los mineros y su trabajo extenuante, están los rostros de ellos. Y en el accidente que los deja atrapados, están las vulnerabilidades o precariedades de estos trabajos, situación que también viven muchos latinos, que corren grandes riegos para ganarse el pan.

Luego está lo más impresionante. El coraje, la fuerza y determinación con que enfrentaron su encierro.

Cómo dieron lecciones de liderazgo que ya se quisieran los MBA de las mejores universidades Ivy league: cómo se organizaron, contuvieron sus discrepancias, hicieron rutinas, dividieron la comida y, sobre todo, se ocuparon en actividades concretas que los hicieran olvidar que la posibilidad de salir de ahí era remota.

Por lo que sabemos de sus relatos, fue clave esa capacidad de organizarse, contenerse, cuidarse mutuamente, canalizar la energía en cosas concretas y rutinarias, para sobrevivir y no caer en el pozo del pesimismo, que en este caso hubiera sido además lo mas realista.

Cabe destacar también que el coraje y determinación de las autoridades gubernamentales (el presidente Piñera y el ministro de minería, Laurence Golborne) fueron imprescindibles, pues dispusieron de los mejores y mayores recursos técnicos para sacarlos de ahí. Con porfía latina no se dieron por vencidos, y en un operativo que fue bautizado the chilean way, los lograron sacar.

La parte final de esta historia es que después de la alegría total de estar afuera, empezaron las dificultades de adaptarse a una vida nueva. La fama por cierto cambia muchas cosas, y para muchos, fue una avalancha difícil de manejar. Los más sabios volvieron a lo suyo, a otros les costó mucho mas procesar todo esto. Eso también es parte de las lecciones de este episodio: en el siglo 21 mediático, la exposición y la pérdida de privacidad pueden ser muy devastadoras. ¿Qué cambió para bien y para mal en la vida de los 33 y en la de los otros mineros o trabajadores latinos que cada día van a su trabajo? ¿Alcanzamos como sociedad -no sólo la chilena, sino la global-, a reflexionar un poco sobre esto, o la manera mediática sepultó estas ideas?

Ojalá "The 33" no sólo sea una buena historia de Hollywood, con happy ending y héroes sin matices, sino que nos ayude a cavar más profundo en estas materias.

Foto tomada desde un video difundido por el gobierno chileno el martes 31 de agosto de 2010 donde aparecen algunos de los 33 mineros que saludan desde el fondo de una mina de oro y cobre en la que encontraban a la espera de ser rescatados tras quedar atrapados por un derrumbe el 5 de agosto. (AP Photo/Gobierno de Chile)

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