Pasé el pasado mes celebrando los logros de muchos latinos de todo el país y de toda mi organización, Teach For America. Por cada una de las increíbles historias de éxito que escuché durante el Mes de la Herencia Hispana, sé que vendrán muchas más si continuamos apoyando a nuestros estudiantes latinos y ofreciéndoles los recursos que necesitan para prosperar en el salón de clases. Para que nuestras comunidades sean exitosas, pienso que debemos centrar nuestro enfoque en la educación de nuestros hijos para garantizar que tengan acceso a oportunidades para toda su vida.
La desigualdad educativa es uno de los problemas más apremiantes de nuestro país y afecta directamente el éxito a largo plazo de nuestras comunidades latinas y, finalmente, el éxito futuro de nuestro país. Actualmente, en los Estados Unidos, los niños de 9 años de edad de las comunidades de bajos ingresos ya están tres grados académicos por debajo de sus compañeros de la misma edad de las comunidades más pudientes. La mitad de ellos no se graduará de la escuela secundaria. Los que se gradúen, en promedio, sabrán leer y conocerán las matemáticas al nivel de los estudiantes de octavo grado de las comunidades más afluentes. Esta desigualdad afecta de manera significativa a los niños hispanos, quienes tienen tres veces más probabilidades de vivir en comunidades de bajos ingresos.
Pero nosotros podemos tomar acción. La semana pasada, Teach For America se comprometió a reclutar a 2,400 graduados universitarios y profesionales latinos adicionales para enseñar en escuelas públicas de bajos ingresos a través de todo el país durante los próximos tres años como parte de la Casa Blanca para la Excelencia Educativa de los Hispanos. Las acciones de un grupo de 150 compromisos traerán más de $335 millones en inversiones para construir y acelerar recursos que apoyen el mejoramiento de las oportunidades en la educación dentro de nuestras comunidades latinas.
Este tema es muy personal para mí. Como colombo-americana de primera generación, me siento afortunada de haber asistido a una escuela de calidad. Mi trabajo duro fue apoyado con motivación por parte de mi madre y mi hermano mayor, junto con muchos mentores. Si bien tuve suerte de tener profesores que fijaron metas altas y creyeron en mi potencial, muchos de nuestros niños latinos no corren con la misma suerte. La verdad es que la suerte no debería tener nada que ver con todo el asunto; cada niño en los Estados Unidos debería tener acceso a una educación de alta calidad que le prepare para el éxito el resto de su vida.
Es por eso que me convertí en maestra, y actualmente trabajo en Teach For America para atraer a más latinos talentosos y comprometidos con campo de la educación. Recientemente, me inspiró mucho la historia de uno de nuestros miembros del cuerpo, Mario Benabe, que regresó a su comunidad del sur del Bronx para trabajar como maestro de matemáticas de educación especial de escuela secundaria, solo a unos pocos minutos del proyecto de viviendas donde creció. Para él es importante que sus estudiantes vean a alguien que se parece a ellos, que hable como ellos y que no ha renunciado a lo que ellos son; pero que ha asistido a la universidad y aún vive en el vecindario. Mientras Mario trabaja para ayudar a sus estudiantes con sus luchas día a día, también los motiva para proponerse la meta de asistir a la universidad y obtener un doctorado.
Si bien yo creo que un gran profesor puede tener un tremendo impacto en sus estudiantes, sin importar sus antecedentes, también siento que es importante que nuestros hijos tengan profesores dentro de sus escuelas que tengan la perspectiva adicional de compartir sus orígenes y su cultura. Estos pueden lograr un impacto adicional como mentores y modelos a seguir, creando una conexión con estudiantes y familias a través de una cultura y un idioma compartidos.
Teach For America es uno de los mayores proveedores de profesores latinos a nivel nacional, con 600 nuevos miembros latinos enseñando en comunidades de bajos ingresos en todo el país este año. Pero aún queda mucho camino por recorrer. Actualmente, solamente el 7.8 por ciento de los profesores de los Estados Unidos se identifican como latinos, en comparación con el 25 por ciento de los estudiantes, y se espera que esa cifra dé un salto hasta casi el 30 por ciento de los estudiantes para el año 2023, según el Institute of Education Sciences.
Lo que me quita el sueño por las noches es el hecho de que no hay suficientes latinos respondiendo al llamado de la enseñanza. ¿Qué pasa si la cultura de nuestros hijos no se refleja en sus lecciones, si sus acentos son tratados como un idioma extranjero? Quiero ver a nuestros hijos reflejados en sus escuelas y que cada uno de ellos tenga por lo menos un maestro como Mario Benabe y como Sofia Vega-Ormeno, quienes comparten su cultura, celebran su identidad y también establecen metas altas sobre lo que llegarán a ser.
La desigualdad en la educación es un problema que sí puede resolverse, y existe evidencia creciente que demuestra que los estudiantes de bajos ingresos pueden alcanzar los más altos niveles. Me motiva saber que hay 600 latinos que decidieron enseñar a través de TFA este año, pero muchas más escuelas podrían beneficiarse de un profesor latino, un líder escolar hispano y una fuerza docente más diversa.
¿Por dónde podemos empezar? Enfatizando en el valor de la profesión de la enseñanza a nuestros talentosos jóvenes y profesionales. La enseñanza ofrece un camino único para los latinos para liderar dentro de nuestras comunidades, a la vez que ayuda a fortalecer nuestra línea de liderazgo hispano. Todos debemos unirnos para alentar a nuestras comunidades para elegir más y elegir la educación. Si más de nuestros talentosos jóvenes y profesionales latinos eligen la enseñanza, imagínese los éxitos que celebraríamos en las próximas décadas.
Después de once años en este trabajo, he visto el progreso que se ha logrado mientras trabajamos para combatir las desigualdades educativas que enfrentan nuestros niños. Sin embargo, aún queda más trabajo por hacer y debemos hacerlo "de lleno" por nuestra comunidad, trabajando al lado de ella y liderando dentro de la misma para así garantizar que nuestros estudiantes tengan una educación de calidad que los prepare para el éxito el resto de sus vidas.