La Voz de nuestra alma, la Sabiduría Interior

La Sabiduría Interna es esa voz que siempre está allí y siempre sabe, solo que no sabe que sabe, ni tampoco por qué sabe.
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Desde el minuto en que tu vida comienza y tomas la primera respiración en este cuerpo, solo entonces se hace evidente en ti la separación del todo y lo que está por venir: ese viaje en el que llegarás a estar lo más separado posible de lo que realmente eres, hasta la frontera de la desolación, la soledad y la separación.

Es en ese instante, al borde del abismo, en el que te das cuenta que si bien es cierto eres un individuo no estás solo, nunca lo has estado y aquella separación no es más que una ilusión aparente y que solo puede sostenerse desde la lógica humana tridimensional y penta-sensorial en la que vives como cuerpo, despegado y despojado de todo lo que hay más allá y de las fuerzas manifiestas pero invisibles como la gravedad.

Quizás aún no la entiendes pero la sientes, la has sentido por mucho tiempo y el contacto con algún ser querido es capaz de darte cierta prueba de la sensación, de que la fuerza existe y aunque no la puedas ver la atracción está allí y ocurre. Las conexiones con otras personas en ese sentido son solo una forma muy gentil de recordarte que la fuerza es capaz de trascender dimensiones físicas y temporales y que si realmente estas dispuesto a buscar más allá e ir más profundo, esa fuerza está en todo instante permeando todo lo que hay.

Pero no quiero darle un nombre aun a la fuerza de la que hablo, y tampoco quiero que lo hagas tú, sino que quiero que la sientas, que logres sentir en tu cuerpo cómo despierta a medida que dejas que actúe y te abras a ella. Si se te vino un nombre a la cabeza, no lo sigas, no lo ancles, déjalo ir y solo siéntelo.

Aquella fuerza es la que es capaz de conectarte de forma profunda y significativa con tu sabiduría interna, y ella es la que queremos encontrar para abrir la puerta de la definición de lo que es esta sabiduría y la amalgama que se provoca en ti, en nosotros, cuando nos permitimos encontrarla.

La Sabiduría Interior es el conocimiento innato de lo que eres desde el momento en que se inicia el camino de separación, de encarnación en tu cuerpo, y que a medida que creces vas olvidando y reemplazando por los conocimientos necesarios para estar vivo en este lugar y mantener tu existencia y estadía el mayor tiempo posible.

Por eso lo que buscamos no es exactamente acceder a una nueva forma de conocimiento, sino recordar aquello que realmente somos y la capacidad que tienes desde allí de permitirte fluir, crear y manifestar en el universo.

Sin embargo, no es algo que sea simple de despertar ni de explicar, sobre todo en el mundo de hoy en el que estamos llenos y sobrecargados de información y conocimiento que "alguien más nos ha entregado".

Tenemos una tendencia a querer las cosas resueltas y digeridas, y el camino en este caso es uno que solo se puede descubrir y crear en forma individual. El acompañamiento es muy útil, pero el trabajo en sí nadie lo puede hacer por ti.

La voz de nuestra alma

La Sabiduría Interna es esa voz que siempre está allí y siempre sabe, solo que no sabe que sabe, ni tampoco por qué sabe.

Es una voz que a medida que creces vas apagando y dejando que sea la voz lógica de la mente la que tome las decisiones. Después de todo te dijeron en la escuela que uno de los avances más grandes de la filosofía era el 'descubrimiento' de Descartes y su frase: "Pienso, luego existo", lo que limita la capacidad de entender qué es lo que eres, y por lo tanto también implica entender de una forma limitada la variable de desde donde aparece la sabiduría, y así hoy confundimos la idea con conocimiento e información. ¿Pero de qué sirve el conocimiento y la información si es que no la llevamos como seres humanos a la práctica?

¿De qué sirven el conocimiento y la información si seguimos ahondando solo en un lado del espectro de la existencia y nos mantenemos apegados a lo que los cinco sentidos pueden percibir, olvidándonos de intentar experimentar todo aquello que es capaz de transmitirnos fuerza vital y significado más profundo a nuestras vidas?

Encontrar la sabiduría interior es encontrar el espacio donde dejas de estar atado a las ideas y condicionamientos heredados por la familia y la cultura y comenzar a experimentar más allá, de forma personal y universal a la vez. Es decir, con las experiencias directas de las cosas que puedas tener, pero logrando una amplitud de mirada y aceptando de forma abierta que cada una de las personas humanas que viven, vivieron y vivirán en el planeta harán sus propios descubrimientos y que nunca serán iguales a los nuestros.

Es despertar la esencia, y comprender desde adentro la fuerza del corazón, que no es lo mismo que la fuerza de las emociones, un error demasiado común en muchos círculos donde se iguala al corazón con la emoción al ponerlo en contraposición con la mente, lo que se transforma en una simplificación un tanto banal de lo que estamos buscando.

Podríamos decir que equiparar al corazón con la emoción de este modo es el equivalente a comprar un diamante falsificado. Puede verse parecido para quien no sabe, pero frente a los ojos de un conocedor la diferencia será clara y los resultados cuando intentes cortar el vidrio de la máscara de la personalidad no serán los mismos.

Pero incluso entendiendo esto, debo dejar claro que la Sabiduría Interna no está en el corazón, y éste es a final de cuentas solo la llave que permite que se abra el paso y se manifieste la esencia que es la poseedora de esa sabiduría.

Es aquella esencia la que es capaz de ir más allá de la lógica humana tridimensional y penta-sensorial, porque ella no está atada en esta dimensión y existe desde planos mucho más amplios y abstractos y desde donde los cuales la fuerza que te pedí que sintieras ancla tu consciencia aquí y ahora.

Y esa consciencia puede transportarse con la esencia gracias a esta fuerza que es capaz de trascender el espacio y sobre todo el tiempo, porque el tiempo no existe más allá de la percepción de los sentidos, no lo necesitas para estar aquí, el tiempo siempre pasa y tú siempre eres.

Entonces, si respiras profundamente ahora un par de veces, ¿puedes sentir esa fuerza?

Aun no le pongas nombre, déjala fluir en ti un tiempo más. Tampoco tomes atención a donde sientes lo que sientes, no intentes memorizarlo, sólo siéntelo.

Ahora respira profundo otra vez y siente su nombre. ¿Cómo se llama? No lo digas, solo siéntelo.

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