El Gobierno Cubano acaba de anunciar que el ciudadano norteamericano Alan P. Gross, quien se encuentra prisionero en Cuba desde el año 2009, no padece ninguna enfermedad de peligro para su vida. En nuestra opinión, el Sr. Gross padece de una de las más graves enfermedades del mundo: la injusticia.
El Sr. Gross fue sancionado a 15 años de prisión por haber llevado equipos de computación y comunicación satelital a la sociedad civil cubana para facilitar su acceso al internet. Sólo un régimen totalitario como el cubano puede considerar las acciones del Sr. Gross como un delito. Las circunstancias de su caso indican que las autoridades de Cuba pretenden usar al Sr. Gross como un rehén con la intención de canjear su libertad por la de cuatro espías cubanos actualmente en prisión en EE.UU.
Consideramos que el Sr. Gross no ha cometido ningún delito. Aún asi, arbitrariamente, se consideraran sus acciones como un delito, la sanción impuesta al Sr. Gross sería completamente desproporcionada y su frágil estado de salud demanda su liberación inmediata por motivos humanitarios. Retener al Sr. Gross de manera improcedente para usarlo como un peón en supuestas negociaciones con el gobierno de EE.UU. sólo puede ser calificado de inmoral e inhumano.
No hay justificación alguna para que el Sr. Alan P. Gross siga preso en Cuba.
Condenamos lo que ha pasado toda la familia Gross y reclamamos a las autoridades de Cuba pongan en libertad al Sr. Alan Gross de manera inmediata y sin condiciones. Si quieren humanidad con los suyos den el ejemplo.
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