Paraguay y el festín de la modernidad

Paraguay tendrá por primera vez una edición "exclusiva" de Playboy, la revista erótica para caballeros referente en el mundo. Son "tiempos modernos" en un país conservador.
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Hace unos días transitó en los medios de comunicación una noticia que no pasó de mera curiosidad pero que, sin embargo, entraña una historia azarosa: la historia de todo un país.

La nota era que Paraguay tendrá por primera vez una edición "exclusiva" de Playboy, la revista erótica para caballeros referente en el mundo. Los "productores" de la publicación en aquel país lanzaron una convocatoria para buscar a chicas paraguayas con miras a que se lance el primer número en marzo del próximo año.

Con cierto orgullo argumentaban que si bien Paraguay aún es un país conservador son "tiempos modernos" y, además, Playboy es más que sólo mujeres desnudas: también es contenido.

Al leer la información de inmediato me vino a la mente un instante hace seis años. Estaba en la sesión de un seminario sobre mujeres cuentistas en la literatura latinoamericana que formaba parte del máster en Estudios Latinoamericanos que estudié en la Universidad de Salamanca.

El curso lo impartía la profesora Diony Durán, quien tiene sede académica en Alemania. La doctora, especialista en literatura hispanoamericana, hizo un repaso país por país de las mujeres que escribían cuento y cuando llegó a Paraguay su conclusión fue que por sus temas y aproximaciones parecía que las escritoras paraguayas habían llegado tarde al "festín de la modernidad".

Comparaba la literatura escrita por mujeres paraguayas con la de las argentinas, por ejemplo, el país vecino, y pues había una diferencia sustancial de vivencias, contacto con ideas feministas o de reivindicación de derechos, con el erotismo y el goce del cuerpo. Con una infinidad de tópicos y fenómenos que, al final del día, marcan la cotidianidad y la relación con los demás.

La percepción de la profesora funciona ahora para leer a Paraguay y el porqué la nota sobre el arribo de Playboy refleja su tránsito por la historia. Se trata de país que tendrá su edición de Playboy 62 años después de que la fundara Hugh Hefner en Chicago. 62 años después llega este signo de modernidad a un territorio que en el mapa latinoamericano aparece desdibujado, silencioso, apenas percibido.

Paraguay es un paraje desconocido para la mayoría de los latinoamericanos. Es una nación que aún sufre dolores, rezagos, traumas, cegueras, pero que, asimismo, entraña esperanzas y un entusiasmo que, aunque suene desfasado, es síntoma de movimiento y apertura. Paraguay, conocido como el "corazón de América", paradójicamente ha sido víctima de constantes infartos.

El país se quedó sin salida al mar en los 30 del siglo XX en una de las varias guerras que le han marcado y cercenado, una en el siglo XIX conocida como de la Triple Alianza fue mortífera: Argentina, Brasil y Uruguay con apoyo de Inglaterra casi exterminan, tal cual, a la población paraguaya.

Dentro de las hostilizadas fronteras paraguayas, poderes sangrientos y corruptos se han sucedido y han aislado, enmudecido y cubierto los ojos del país ocasionando un arribo tardío al "festín de la modernidad". Feminismos, movimientos de liberación gay, defensa de derechos humanos apenas han visto frutos tras años de estoica e incansable lucha contra poderes tan rotundos como dictaduras.

La llegada de Playboy al país guaraní y su intento por reconocer la belleza femenina local, por abordar temas con aquel halo cosmopolita, con el ánimo de dar a conocer a sus estrellas en nivel internacional, de simplemente sentirse parte de una celebración a la que, da la percepción, han llegado tarde es motivo para que nos sumemos aun cuando se tengan reticencias.

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