Algo más que un sabroso Macchiatto italiano 'original'

Baristas sonrientes sirven a los clientes con profesionalismo, eficiencia, respeto y rapidez. ¡Qué manera de dar el ejemplo!
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Leo muchos libros más de los que recibo para editar y un cliente insistió en que leyera algunos libros del autor Mark Batterson. Empecé por el éxito en ventas "The Circle Maker" y todos sus derivados, y leí dos libros más. Generalmente no tengo la oportunidad de visitar los lugares que los libros relatan, aunque me encantaría. Esta vez fue diferente. El famoso lugar de tomar café del que Batterson habla tanto en sus libros, Ebenezers Coffeehouse, es muy real. Queda en Capitol Hill (Calle F Noreste), en la conocida cuadra de Union Station en Washington, DC, una ciudad que me fascina y a donde me escapo de vez en cuando. Allí me aparecí, como si pudiera ser parte de un cuento de hadas.

Soy una enamorada del café; está en mis genes. No puedo ni pensar si no me tomo una taza de café negro tan pronto me levanto en la mañana. Fue doble incentivo para conocer esa gran cafetería descrita en libros, creada y levantada a base de fe divina.

Ebenezers Coffeehouse, fundado y administrado por National Community Church (el ministerio del autor y Pastor Mark Batterson, conocido por reunir sus congregaciones en salas de cine) es el lugar de café más grande de Capitol Hill y sus ganancias sustentan los proyectos de misiones locales e internacionales de la organización. Está ubicado en un antiguo edificio de ladrillos que una vez estuvo en ruinas, al cruzar la calle de museos y edificios federales. Es un lugar emblemático, que ha sido reseñado hasta por The Washington Post.

Permanecí allí una mañana, observando cómo se llenaba de personas de todos los estilos, compartiendo, merendando, tomando su café, y muchísimas que compraron su café para llevar. Ya es primavera, de manera que unas se sentaban en la terraza, otras adentro. El diseño interior del lugar es contemporáneo, acogedor, combinando diferentes tonos de marrón, crema y naranja, evocando la atracción principal: el café. Se puede disfrutar una amplia variedad de esta bebida, ya sea negro, latte versiones gourmet. También venden café empacado molido y en granos de diferentes sabores que muelen allí mismo como servicio. Por supuesto que hay emparedados y pastelería para acompañar el café. Yo escogí un Machiatto después que el barista me advirtió que ese es el original Machiatto italiano. ¡Fuerte y lleno de sabor!

Me gustan los lugares con ambiente... no es solo tomar café, sino tomarlo en el sitio ideal. Es disfrutarlo en un lugar relajado, en paz aunque esté lleno de gente, y tomar el café mientras leo, pienso o tomo un descanso del estrés diario. Ese es el ambiente que encontré, donde todo evoca la fe en Dios: el café que se vende es cultivado por convertidos en campos donde antes no se cultivaba café precisamente, administrados por agricultores que respetan a los trabajadores y los tratan con dignidad, como leen las etiquetas de los empaques; los tazones de recordatorio son hechos a mano en cerámica, diseñados por artesanos para la cafetería; y una pizarra anuncia los conciertos de bandas cristianas que celebran semanalmente.

En medio de todos esos detalles, baristas sonrientes sirven a los clientes con profesionalismo, eficiencia, respeto y rapidez. ¡Qué manera de dar el ejemplo! ¡Qué forma de predicar sin predicar, sirviendo a todos! ¡Y qué rincón tan especial para visitar y tomarse el mejor café en la capital federal!

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Ebenezers Coffeehouse
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