El 10 de diciembre fue transmitido por CBS el desfile de la marca Victoria's Secret donde sus famosos Ángeles hacen sus apariciones.
Hasta hace poco dimensioné el fanatismo que hay en torno al desfile, descubrí que mi hermano tiene grabados todos los desfiles desde hace no sé cuánto tiempo, que los novios o esposos de mis amigas enloquecen por estas top models y que hay millones de personas que matarían por estar presentes en el evento, incluso hombres que han ofrecido pagar las perlas de la virgen por los boletos para el show o que hasta tienen una Black para intentar conseguir la entrada, pero nada resultado si no te apellidas Wintour o eres un famoso futbolista o actor de Hollywood novio de alguna de ellas.
Para más sorpresa, descubrí que no sólo los hombres enloquecen con el desfile, hay muchas mujeres que también y no necesariamente porque les gusten las personas de su mismo sexo. Lo que pasa es que el desfile de Victoria's Secret es lo más aspiracional que puede haber para una mujer. ¿Por qué? Porque aglomera mujeres estéticamente perfectas, con estándares de belleza internacionales. Por donde veas vas a ver mujeres guapísimas, de piernas largas y abdomen marcado, melenas perfectas y sonrisas impecables. Las mujeres también admiramos a otras mujeres por su belleza y está bien admitirlo.
No hay mujer que no se proyecte en alguna de ellas. Son las más deseadas del planeta. Sabes que son la fantasía del novio, galán o esposo y entonces te imaginas siendo más alta o matándote en el gym o con los ojos tan azules. Lo que anhelas no es ser ellas sino provocar lo que ellas provocan.
Platicaba con un amiga el otro día al respecto, no debemos querer ser nadie más, la verdadera seguridad se basa en amarnos y aceptarnos como somos. Está bien admirar a otras mujeres pero debemos estar contentas con nosotras. Y si algo no nos gusta, hay muchas opciones de mejorar y trabajar en eso.
Yo creo que todas llevamos un Ángel adentro y sólo es cuestión de trabajarlo y proyectarlo.
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