María Inés tiene 10 años, ojos grandes y expresivos, el pelo ondulado y cursa el quinto año de primaria. María Inés vive en el Estado de México, ama a los animales, tiene un perro que no tiene nombre, es fan de Belinda y de grande quiere ser maquillsta/estilista.
Todo suena normal en la vida de María Inés de no ser porque tiene insuficiencia renal. María Inés tiene que dejar de hacer muchas cosas propias de su edad -como jugar- para ir a chequeos cada semana; y a ciencia cierta, no sabemos cuánto tiempo le quede de vida.
La insuficiencia renal es una falla en los riñones cuando estos no son capaces de filtrar las toxinas y otras sustancias de desecho de la sangre y se van deteriorando poco a poco sin que haya forma de detener este avance. Los pacientes con insuficiencia renal tienen que someterse a diálisis y su única esperanza de vida es un trasplante de riñón.
Es muy duro pensar que una niña tan bonita como María Inés sufra insuficiencia renal. Y así como María Inés, hay muchísimos casos de niños con esta enfermedad o alguna otra como cáncer..., por la que tristemente se encuentran en etapas terminales sin que haya mucho que se pueda hacer.
Cuando el panorama pinta tan difícil y duro de aceptar, lo mejor que se puede hacer es tratar de hacer el tiempo que les queda a estos niños lo más feliz posible. Bajo esta premisa surgió Make a Wish en Estados Unidos, una fundación sin fines de lucro que busca hacer realidad el sueño máximo de cada uno de estos niños.
Make a Wish tiene un año en México y me siento honrada de que me hayan buscado para ser embajadora de esta Fundación. Me encantó la idea de sumarme a la causa, y cuando me mandaron la lista de los niños con sus deseos, elegí a la hermosa María Inés para ser su madrina de deseo y cumplir su sueño de ser maquillista y aprender tips de maquillaje.
Para ésto, busqué el apoyo de la tienda Sephora, quienes encantados aceptaron participar en la dinámica y María Inés estuvo encantada cumpliendo su sueño en medio del paraíso terrenal del maquillaje.
(EL TEXTO SIGUE DEBAJO DE LA FOTO)
Al final, le dimos regalitos a la pequeña para que tuviera en su casa muchos productos para aplicarse a ella y a su hermana. También una Barbie para que la pinte y un muñeco de peluche al que abrazó con fuerza. Estaba feliz y sus ojos brillaban más incluso que la brillantina de las sombras que le pusieron.
Escribo este post no con el afán de que digan "Qué buena es Nuri", lo comparto para invitarlos a sumarse al proyecto y que puedan hacer realidad el sueño de uno de estos niños. Algunos buscan conocer a algún artista o futbolista, ser fotógrafos, veterinarios, chefs, etc... Más que algo material se trata de darles una esperanza de vida, un rayito de luz y alegría en el inmenso dolor que deben sufrir. Nada nos cuesta y podemos hacer una gran diferencia.
Relacionado en HuffPost Voces:
