¿Qué es la Kabbalah y para qué sirve?

La primera vez que escuché sobre "Kabbalah" pensé que se trataba de una especie de religión. El término se fue haciendo cada vez más constante pues escuchaba nombres de conocidos que la estudiaban, pero yo me cuestionaba ¿la espiritualidad se puede aprender? Y no me sentía muy convencida.
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La primera vez que escuché sobre "Kabbalah" pensé que se trataba de una especie de religión. El término se fue haciendo cada vez más constante pues escuchaba nombres de conocidos que la estudiaban, pero yo me cuestionaba ¿la espiritualidad se puede aprender? Y no me sentía muy convencida.

Concidentemente, poco después, conocí a Ariel Grunwald, maestro del Centro de Kabbalah en México. Pronto nos hicimos buenos amigos y platicábamos bastante seguido. Ariel me explicó que la Kabbalah no es una religión ni una doctrina sino una sabiduría espiritual, que existen leyes en el Universo que son reglas espirituales y que debemos seguirlas para nuestro crecimiento, ¿pero cómo poder seguirlas si no las conocemos? Y de ahí se derivan sus enseñanzas, que se rigen bajo el libro El Zóhar.

Con Ariel Grunwald:
kabbalah

Aún medio renuente, entré al Curso Uno y tengo que decir que desde la primer clase quedé encantada. Fue como si le pusieran nombre muchas de las cosas que yo ya aplicaba en mi vida, y entonces cobraban sentido, tales como "dejar a un lado el placer momentáneo por apostar por algo duradero y más valioso", "no llenar los vacíos con algo que te generará más vacío" y "dar por el placer de dar más que de recibir".

Los kabalistas no buscan acercarse a la Luz, sino buscan Ser la Luz en sí, reconocer la Luz que habita en cada uno de nosotros y en todos los demás, que eso ya es el nivel más alto pues se trata aún de encontrar virtudes en nuestros enemigos y agradecer por el daño que pudieron habernos hecho (porque nos hicieron aprender algo), también aprender a ser felices con los éxitos y triunfos de los demás y a vivir sus tristezas como nuestras.

Otra de las grandes enseñanzas que ha cambiado mi vida para bien, es el de hacer todo lo posible por salir de la Zona de Confort; esto es: responder una llamada incómoda, ir a la reunión que nos da flojera, aceptar un ofrecimiento... es romper con lo que ya es cómodo y fácil para nosotros para arriesgar y apostar por lo que hay afuera. Dicen que afuera de nuestra Zona de Confort es donde ocurren los milagros.

Podría citar muchas más de estas leyes pero no cabrían en este espacio. Finalmente acabé todos los cursos, fueron unos seis, y me dejaron tanto que cada vez que puedo repaso mis apuntes. Al final, seas kabalista o no kabalista, el punto es el mismo: es buscar la espiritualidad cada día, es buscar siempre ser mejores personas, es dar más de nosotros... Kabbalah no te hace una mejor persona, sino te hace más consciente de las reglas espirituales de la vida y está en ti seguirlas o no.

Si tienen la oportunidad les recomiendo acercarse al Centro de Kabbalah o empezar a leer sus libros, que hay muchos, es un buen comienzo...

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