Marco Rubio: ideal para Romney pero no para los latinos

Marco Rubio es una sirena de poderoso simbolismo, pero no representa ni nunca representó los intereses de la comunidad latina. El "Príncipe del Tea Party" es ideológicamente un conservador puro que tiene más en común con los sectores más retrógrados del partido Republicano que con su ala moderada.
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Esta semana el senador Marco Rubio (R-Florida) está de fiesta. No para celebrar su nominación como candidato a vicepresidente en la fórmula republicana, como muchos esperan, sino por su cumpleaños el lunes 28 de mayo.

Lo que no sorprendería es que, en unos meses, sí haya una fiesta por la nominación de Rubio considerando la importancia del senador en la estrategia política de Mitt Romney y el futuro del partido republicano.

Es que el senador Rubio tiene carisma, juventud, credenciales ideológicas, etnicidad; en definitiva, todos los ingredientes políticos que Romney necesita para fortalecer matemáticamente sus posibilidades electorales.

IDEAL PARA ROMNEY

Por ser el primer candidato latino a la vicepresidencia, Rubio puede atraer un considerable número de votos de esta minoría etnocultural como para neutralizar la monumental ventaja que actualmente tienen los demócratas.

Cabe recordar que el partido republicano, en gran medida secuestrado por extremistas de derecha con un discurso xenofóbico y antiinmigrante, ha sido desertado masivamente por los latinos. En 2004, George W. Bush, quien favorecía una ley de inmigración que parcialmente resolvía la situación de los indocumentados, capturó 40% del voto latino. Cuatro años más tarde, John McCain, que endureció sus posiciones en este controvertido tema, terminó con apenas el 31% de los votos. Actualmente, se estima que menos de un 25% apoyaría a Romney.

Es más, un pequeño incremento o reducción del voto latino podría llegar a ser decisivo en las elecciones de estados claves como Florida, Nevada, Arizona, Colorado y Nuevo México.

Florida, específicamente, es una pieza crucial en los cálculos estratégicos de Romney. Actualmente, de acuerdo con Real Clear Politics, Obama y Romney, con 44.8% y 45.3% de los votos, están en un empate estadístico. Con Rubio, que nació y creció en ese estado, las posibilidades electorales de la fórmula republicana aumentan de manera considerable. Si bien puede haber dudas sobre la lealtad étnica de otros grupos etnoculturales, como los mexicanos y centroamericanos, no puede haber ninguna respecto al total alineamiento de la comunidad cubanoamericana de Florida detrás de Marco Rubio.

Con un estado clave como Florida garantizado, Romney podría redirigir su atención y recursos a otros distritos electorales como Ohio, también crucial en noviembre, en donde la relativa mejora en la situación económica ha aumentado la probabilidad de que Barack Obama pueda ganar.

Pero lo más importante es que Rubio, llamado en su momento el "Príncipe del Tea Party", aportaría las credenciales ideológicas que Romney carece. Muchos han acusado al ex gobernador de Massachusetts de ser un oportunista político que, en esencia, es moderado, pero que pragmáticamente ha ajustado su discurso a fin de aumentar sus posibilidades en la muy radicalizada primaria del partido Republicano. Esta percepción ha generado una desconfianza en el cada vez más conservador electorado republicano que afectaría potencialmente a Romney en noviembre. Con Rubio, figura del Tea Party desde su inicio, se neutralizaría este déficit.

LAS DUDAS SOBRE RUBIO

Pero no todo es color de rosa cuando se habla del ex mormón Rubio. Para empezar está la cuestión del uso inapropiado de una tarjeta de crédito del partido republicano de Florida que debía ser utilizada exclusivamente en "negocios del partido". Aparentemente, según una investigación del Miami Herald, el cubanoamericano pagó más de 3,000 dólares, que después tuvo que devolver, en gastos personales.

El mismo periódico también reveló, en 2008, que el senador no había dado a conocer, como correspondía, un préstamo más que generoso que había recibido de un banco por una propiedad que compartía con su amigo y actual congresista David Rivera (R-Miami) quien está siendo investigado por el IRS y el FBI por irregularidades financieras.

La otra mancha a la reputación de Rubio está conectada con la multa de la Comisión Federal Electoral (FEC) por violar leyes electorales que prohíben ciertas contribuciones. El reciente reporte de la FEC indica que la campaña de Rubio recibió "contribuciones por un total de 210,173.09 dólares que eran prohibidas, excesivas y otras inaceptables".

Pero la crítica más frecuente que se escucha es que Rubio carece de experiencia en temas de envergadura nacional. Sus defensores argumentan que sin bien ha estado apenas dos años en el Senado, su membresía en el Comité Selecto de Inteligencia y sus viajes al exterior, incluyendo a Afganistán, Pakistán, Libia, Haiti y a la Cumbre de las Américas en donde se entrevistó con varios presidentes y primer ministros de América Latina, le han dado cierta experiencia en temas de seguridad y relaciones internacionales que son, casualmente, puntos débiles en Romney.

Para lo que no hay defensa válida es para las dudas que se generaron cuando se descubrió que, en su curriculum vitae, Rubio indica que sus padres habían escapado del castrismo cuando en realidad ellos emigraron a Estados Unidos en 1956: más de dos años y medio antes que la Revolución Cubana. Consecuentemente, contrario a lo que él afirmó, Rubio no es "hijo de exiliados" (una categoría considerablemente valiosa en el mercado político de Miami), sino que Oriales y Mario Rubio eran simplemente refugiados económicos o, aún más interesante, refugiados políticos que escaparon de la dictadura de Fulgencio Batista que, vale recordar, se mantuvo en el poder por tanto tiempo gracias a su brutalidad y al apoyo de Estados Unidos.

La "mentirita" de Rubio se suma a la más reciente revelación de Manuel Roig-Franzia quien, en una biografía del político, documenta una orden de un funcionario de inmigración fechada el 4 de octubre de 1962 para que el abuelo materno del Senador Marco Rubio "sea excluido y deportado de los Estados Unidos". Aparentemente, Pedro Víctor García había arribado de la isla caribeña sin visa, en violación de la ley de inmigración vigente en la época. Aún más llamativo es que García nunca cumplió con la orden y, técnicamente, habría estado como indocumentado hasta que nueva legislación, en 1966, regularizó la situación de todos los inmigrantes cubanos.

´DREAM ACT´

Rubio es consciente de que el problema de los indocumentados daña las posibilidades electorales de un Romney que, presionado por la derecha, propuso disparates tales como la "autodeportación", prometió vetar el DREAM Act, criticó al gobernador de Texas Rick Perry por apoyar un proyecto de ley que ayudaba financieramente a los estudiantes universitarios indocumentados y sugirió que la ley antiinmigrante de Arizona podría ser un modelo de legislación nacional.

También sabe que él puede servir de puente entre los nativistas xenofóbicos del Tea Party y los moderados del partido republicano que quieren alejarse del discurso antiinmigrante que domina en el partido. Por eso su propuesta de una versión propia del DREAM Act, aún en el horno legislativo, que resuelva la situación legal de los estudiantes indocumentados sin ofrecerles ciudadanía, sería un instrumento político que ayudaría a acercar a dos sectores del partido republicano que últimamente tienen poco en común.

NO ES LA ALTERNATIVA LATINA

Para los 22 millones de latinos que tal vez voten en noviembre, Marco Rubio como candidato vicepresidencial sería un poderoso símbolo de sus sueños. Después de todo, el senador es el hijo de inmigrantes que llegaron a este país con la esperanza de nuevas oportunidades.

Pero a no engañarse. Los intereses de la comunidad latina estadounidense no se deben medir a través de una comunión racial, étnica, idiomática o cultural. Se debe establecer con base en los valores ideológicos que servirán de guía a los proyectos políticos que se emprendan.

Marco Rubio es una sirena de poderoso simbolismo, pero no representa ni nunca representó los intereses de la comunidad latina. El "Príncipe del Tea Party" es ideológicamente un conservador puro que tiene más en común con los sectores más retrógrados del partido Republicano que con su ala moderada.

Su total rechazo a las políticas keynesianas que promueven la intervención estatal para ayudar a reactivar la economía y que se vieron validadas en la recuperación del sector financiero y la industria automotriz, su oposición a un plan nacional de salud que es fundamental para los millones sin seguro médico, su apoyo a una política militar intervencionista que compromete la vida de nuestros soldados, su negativa a aumentar los impuestos de los millonarios, su defensa del oleoducto Keystone XL y desinterés por la protección del medioambiente, sugieren que el Senador Rubio representa más a los millonarios y a los industrialistas que a los trabajadores y clases medias latinas.

Su apellido es latino, sus padres son latinos, pero su DNA es republicano y, lamentablemente, ser republicano en el actual contexto político estadounidense es ser antiinmigrante y antilatino.

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