Poesía del Talibán: ¿Censura o libertad de expresión?

La simple idea que se esté por publicar en Estados Unidos el libro de poemas, me genera una serie de emociones contradictorias que pueden resumirse en esta pregunta: ¿Se defiende el derecho a la libertad de expresión y se publican los poemas de los talibanes o se los censura teniendo en cuenta que estamos en medio de una guerra contra el terrorismo internacional en la que los talibanes son nuestros enemigos?
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Los talibanes son un movimiento político, religioso y militar que representa lo más retrógrado de nuestra sociedad contemporánea. El último ejemplo de su horrorosa ideología está en YouTube, en donde se puede ver la brutal ejecución de Najiba, una jovencita de 22 años del poblado de Qimchaq, cuyo único crimen fue tener relaciones sexuales sin estar casada.

Aparte, no olvidemos que los talibanes son oficialmente nuestros enemigos. Son quienes defendieron y dieron albergue a Al Qaeda después que atacaron Nueva York y Washington, DC, en el 2001.

Por eso la simple idea que se esté por publicar en Estados Unidos un libro de poemas de miembros de este grupo de religiosos fundamentalistas, Poesía del Talibán, me genera una serie de emociones contradictorias que pueden resumirse en esta pregunta: ¿Se defiende el derecho a la libertad de expresión y se publican los poemas de los talibanes o se los censura teniendo en cuenta que estamos en medio de una guerra contra el terrorismo internacional en la que los talibanes son nuestros enemigos?

El libro ya está a la venta en Gran Bretaña y, en los próximos días, saldrá la edición estadounidense que será publicada por Columbia University Press.

La idea en sí no es nada estrambótica ya que este es el país de Jefferson y Madison en donde las libertades individuales son parte de nuestras tradiciones e instituciones democráticas desde las primeras horas de la nación.

El respeto a la libertad de expresión, garantizado en la primera enmienda de la Constitución Nacional, llega a tal punto que peleamos una guerra mundial contra el fascismo, en la que murieron más de 60 millones de personas, pero sin embargo permitimos que Mein Kampf, la Biblia hitleriana, sea publicada y vendida en nuestro país (solamente $9.98 en Amazon). Aún más, hasta garantizamos el derecho de los neonazis a que se organicen y marchen con sus banderas y símbolos racistas. ¿Por qué, entonces, negarle un espacio a los poemas de los talibanes?

No cabe la menor duda que algunos, llamémoslos los ´militaristas´, se oponen vehementemente. Argumentan que hay que recordar que estamos en guerra contra Al Qaeda y los talibanes. Una guerra que, a diferencia de la invasión de Irak, siempre fue moralmente justa. Estados Unidos, de acuerdo al derecho internacional, simplemente ejerció el derecho a la autodefensa después del ataque a las Torres Gemelas y el Pentágono.

Permitir la publicación de estos poemas, sugieren, solamente sumaría a los esfuerzos propagandísticos de los talibanes que, siguiendo el concepto de la "guerra total", utilizan todos los recursos y medios disponibles.

La libertad de expresión, dice esta gente opuesta a la publicación, no es absoluta. El ejemplo clásico es que no se puede gritar "¡Fuego!" en medio de un teatro lleno de gente. El derecho del individuo a expresarse libremente está limitado por el bienestar general de todos los otros ciudadanos que están en el teatro y cuya seguridad, evidentemente, se vería afectada. Ergo, facilitarle un instrumento propagandístico a los talibanes afecta nuestra seguridad nacional.

Pero la presentación de este argumento, diría un ´constitucionalista´, omite un punto fundamental. Que para dar validez a la doctrina que justifica limitar el derecho de expresión, se deben presentar de manera preponderante circunstancias excepcionales que apunten a la certeza que el bienestar general va a ser afectado.

Si alguien grita "¡Fuego!" en un teatro vacío, obviamente no se cumple con este requisito de excepcionalidad. Ahora, la pregunta es si se este requisito se da en el caso de la publicación.

Si uno publica un libro de poema de los talibanes cuando nuestro comandante en jefe nos está asegurando que militarmente todo está bajo control; que se marcha adelante con la transferencia de responsabilidades de la fuerza internacional al ejército y a la policía afgana; que, incluso, todo es tan prometedor que ya iniciamos el proceso de retirar nuestras fuerzas de Afganistán; entonces, evidentemente no hay una situación de excepcionalidad.

El libro de poemas, siguiendo este razonamiento, no afecta nuestra seguridad nacional de una manera manifiesta que justifique cercenar uno de nuestros derechos constitucionales más preciado.

La publicación de Poesía del Talibán tal vez diga más de nosotros mismos como una nación de libertades y democracia que de los ideales de un grupo de fanáticos que quiere imponer una ideología de la era de las cavernas.

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