'Isaac' no es el peligro, sino los conservadores republicanos

Realmente causa miedo el giro ideológico que ha tomado el partido de Abraham Lincoln y Teddy Roosevelt. Un giro liderado por sectores del ultranacionalista Tea Party y la extrema derecha partidaria que, motivados por la crisis económica que continúa experimentando la nación.
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Fuerte oleaje causado por la tormenta tropical Isaac castiga el Malecón de La Habana, Cuba el domingo 26 de agostos del 2012. El gobernador de Misisipí Phil Bryant declaró estado de emergencia mientras las autoridades se preparan para el impacto de la tormenta tropical Isaac el lunes por la noche. (Foto AP/Ramon Espinosa)
Fuerte oleaje causado por la tormenta tropical Isaac castiga el Malecón de La Habana, Cuba el domingo 26 de agostos del 2012. El gobernador de Misisipí Phil Bryant declaró estado de emergencia mientras las autoridades se preparan para el impacto de la tormenta tropical Isaac el lunes por la noche. (Foto AP/Ramon Espinosa)

isaac

En este momento político definitorio, la mayor amenaza para Florida, incluso para todo el país, no es el Huracán Isaac sino que los temidos conservadores que han estado arribando a Tampa para la cuadragésima Convención Nacional del Partido Republicano.

Y digo "temidos conservadores" porque realmente causa miedo el giro ideológico que ha tomado el partido de Abraham Lincoln y Teddy Roosevelt. Un giro liderado por sectores del ultranacionalista Tea Party y la extrema derecha partidaria que, motivados por la crisis económica que continúa experimentando la nación. Llegan a Tampa energizados a consagrar la candidatura del multimillonario Mitt Romney e imponer una agenda pseudopopulista que beneficiaría a los sectores más privilegiados de la sociedad (léase aquellos con ingresos de más de $250,000) y reduciría las conquistas económicas y sociales de los trabajadores y clases medias estadounidenses (léase limitar derechos de sindicatos y ´reformar´ Medicare).

Pero el Huracán Isaac, que parecería para algunos una bendición celestial, ya complicó los planes de la Convención. Los organizadores, presionados por los vientos y lluvia torrencial que dificultará el tránsito aéreo en la región, se vieron forzados a cancelar las reuniones que estaban planificadas para el lunes. De cuatro días, la convención ya pasó a tres. Una mala noticia para los republicanos considerando que en la historia contemporánea estadounidense, las convenciones nacionales sirven para formalmente presentar a los líderes del partido y publicitar la agenda partidaria. Un día menos de discursos, significa un día menos de la invaluable cobertura nacional en los medios de comunicación, por más que las principales cadenas hayan anunciado que no iban a dedicarle mucho tiempo de cobertura a la apertura de la convención.

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La situación es tan seria que algunos de los 2,286 delegados y 2,125 alternos que habían arribado de todos los estados y territorios de la nación, y que ni siquiera habían desempacado, han tenido que cancelar planes y empezar a volverse. Especialmente si son de Luisiana, Mississippi y Alabama, en donde Isaac forzó declaraciones de emergencia.

Los líderes del partido Demócrata se deben estar refregando las manos considerando que todo lo que sea un retroceso para los republicanos, en el tablero de ajedrez político de estos sesenta y siete días antes de las elecciones presidenciales, significa puntos tácticos para ellos.

Hablando de puntos, la última encuesta de Quinnipiac University/CBS News/New York Times, realizada entre el 15 y 21 de agosto, muestra al presidente Barack Obama manteniendo el liderazgo en algunos estados claves.

Para ganar la elección se necesitan 270 votos en el colegio electoral. De acuerdo con la encuesta, Obama tenía 237, Mitt Romney 206 y había 95 votos aún por decidirse.

Hasta ahora hay ocho estados en los que la contienda está muy cerca y en donde, consecuentemente, se decidiría la elección: Florida, Ohio, Wisconsin, Nevada, Colorado, Iowa, Virginia y New Hampshire. Más de la mitad de los 95 votos del colegio electoral que consagrará al ganador están en Florida, Ohio y Wisconsin.

En Florida, Obama ganaba 49 a 46 por ciento, en Ohio 50 a 44 por ciento y en Wisconsin 49 a 47 por ciento. Estos números no son como para que Obama se sienta muy cómodo. Especialmente se si considera que en las últimas tres semanas la ventaja de Obama en Florida y Wisconsin bajó de 6 puntos a 3.

Aparte, y aún más importante, todavía falta más de dos meses para las elecciones. Un período de tiempo que, en política, es una eternidad.

De aquí al 6 de noviembre, cualquier cosa puede pasar. Empezando, por supuesto, con dos aspectos críticos de toda elección presidencial: la imagen que surja del líder en la Convención Nacional y, segundo, el comportamiento de los candidatos en los tan esperados debates. Lo primero está por ocurrir en Tampa y, por lo que se ve, gracias a Isaac, las cosas no empezaron muy bien para los republicanos.

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