¿Debo entrenar muchas horas al día? ¿Será necesario ingerir menos calorías de las que gastamos? En realidad, todo está relacionado con el balance que tengamos en nuestra forma de vida porque todo influye: lo que consumimos, lo que quemamos, cuánto dormimos y si tenemos una genética que nos favorezca.
1. Los ejercicios de resistencia con peso, ya sea con tu propio peso o adicionado, y los aeróbicos combinados son geniales para la reducción de grasa y más aún para mantener los porcentajes de masa muscular. Recuerda que bajar la grasa es más importante que bajar de peso. Si estás haciendo constantemente ejercicios de resistencia, aumentando las cargas y haciendo tu rutina más retadora en cada oportunidad, no te preocupes si al pesarte no bajas de peso, eso ocurre porque el músculo pesa más que la grasa. Déjate llevar por lo que ves en el espejo y cómo te queda la ropa.
2. Hay que reducir el consumo de calorías (vacías y no nutricionales). Nunca dejes de comer carbohidratos porque estos son sumamente necesarios para tu energía y sobre todo para que tu metabolismo se mantenga activo. No te dejes llevar por dietas muy bajas en carbohidratos porque al dejarlas aumentarás mucho más; el proceso de pérdida de grasa es de al menos 3 semanas continuas de muy buena alimentación y ejercicio constante (3 o 4 veces por semana). Ésta es vital: Siempre que comas es bueno que quedes satisfecha al 80%, no busques el 100%. Recuerda, las calorías que debemos eliminar son aquellas que se les llaman "vacías"; es decir, que no aportan un significado nutricional a nuestra alimentación y sobre todo los dulces, pasteles, harinas blancas, papas fritas y demás.
3. ¡La intensidad de nuestro entrenamiento importa mucho! Lo ideal es que demos un paso más allá de lo que estamos acostumbrados a dar: no te quedes con la misma rutina suave y fácil de siempre, busca nuevos retos físicos, estos harán que el cuerpo descubra que sí puede dar más y que utilizará esas reservas de grasa como energía para lograrlo.
4. Comer 5 veces al día hace que "repartas" tu ración calórica. El mantener el metabolismo activo te hará consumir más energía aún estando en reposo y por tanto "grasa". Además, al hacer esta segregación de alimentos se aprovechan mejor los nutrientes. Quiero recordarte que debes comer lento y masticar muy bien cada bocado.
5. Prefiere la calidad de los alimentos ante la cantidad. Y esto porque nos han acostumbrado desde niños a dejar el plato "vacío" aunque no tengamos hambre. Esto no debe ser así; come lo que tu cuerpo necesite. Me encanta esta frase: "¿Comes para vivir o vives para comer?". La comida barata que venden en cualquier puesto de la calle casi nunca va a ser de calidad; en cambio, la que prepares en tu casa con los condimentos naturales, sin grasas malas y cantidad de sal o azúcar medidos, será lo mejor. Nunca se podrá comparar la comida de tu hogar a la de un restaurante.
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