Fernanda vive en la comunidad rural 'la Guacamaya', una ranchería ubicada en una montaña muy cerca del Nevado de Toluca. Hoy estudia en una Telesecundaria, pero la conocí cuando iniciaba la primaria. Tenía 6 años, una mente brillante y un teléfono viejo que su papá le había regalado una de esas veces que volvió 'del norte'.
Yo estaba ahí por un proyecto que les contaré en otra ocasión, ahora lo interesante es hablarles de lo que esa niña hacía con su Nokia casi inservible.
El pueblo más cercano a la Guacamaya es Texcaltitlán, Estado de México, conocido por los lugareños como 'Tizca'. En ese lugar sí que existen todos los servicios: agua potable, luz, teléfono, algunos lugares con internet y un tianguis maravilloso donde aún existe el trueque. Fue ahí donde Fernanda cambió su teléfono por uno más viejo, pero servible. Ahí también descubrió que en los 'cafés internet' existe un servicio muy barato para poder comunicarse con los familiares que están trabajando en Estados Unidos. Mucho más barato que una llamada telefónica y, además, puedes decir más cosas. Tal servicio no era más que 'Messenger' y la encargada del café era la experta en gestionar la comunicación de un lado y del otro. Ella asistía a todo el mundo, especialmente a aquellas personas que no sabían escribir.
Fer y su papá aprendieron a comunicarse a través de Messenger muy rápido, pero con poca frecuencia por lo difícil que era trasladarse de la Guacamaya a Tizca, así que la niña tuvo una idea: le pidió a la mujer del cibercafé que se comunicara con su padre en días y horas específicas. Fernanda usaría su teléfono celular para llamarla semanalmente y así saber qué fue lo que su papá dejó dicho a través de Messenger. Desde entonces admiro a Fer. Esa niña, sin notarlo, hizo que Internet se abriera camino.
Había olvidado esta anécdota hasta que conocí el proyecto 'Verbal' que han desarrollado mis amigos de Flock. La idea se parece, esencialmente, a la de Fernanda, pero sin límites.
Verbal logra conectar a Internet a quienes no tienen Internet a través de una llamada. Acá no existe una mujer como la de aquel cibercafé, para eso utilizan tecnología de reconocimiento de voz que traduce las peticiones, las busca en Internet y las convierte en un resultado útil. Las posibilidades son infinitas.
Cuando vi la demostración del sistema Verbal lo asocié de inmediato a 'Siri', el asistente personal de iPhone que resuelve muchos problemas cotidianos. Siri reconoce tu voz y, a partir de eso, puedes pedirle ayuda para muchas cosas, como buscar una dirección, identificar un sitio, leer o escribir un e-mail o indagar sobre algún concepto en Internet.
Verbal es como un Siri para todo el mundo; especialmente para aquellos que no tienen conexión a Internet, ni iPhone y mucho menos la posibilidad de adentrarse al mundo digital.
Verbal es un proyecto mexicano que está en KickStarter esperando el apoyo de muchas personas interesadas en cerrar la brecha digital.