Amigos lectores, les doy la cordial bienvenida a este blog que está dirigido a todos los que gusten de apreciar las Artes Plásticas y, sobre todo, la Cultura Maya.
En esta ocasión hablaremos de cómo la geometría juega un papel importante en el desarrollo de su obra y el significado en todo su devenir histórico.
En el arte maya como en el renacimiento el instrumento básico para las mediciones fue el compás, que no es otra cosa que una cuerda. El compás se utiliza para medir y ubicar los componentes más importantes en cualquier pieza plástica (dintel, jambas, estelas, tableros), la aplicación del mismo se refiere a la posibilidad de construir un círculo y un cuadrado, tiene que ver con los elementos básicos geométricos, permitiendo de manera natural la construcción de rectángulos y la partición de los mismos.
Un elemento que nos permite entender la manera en que se realizaban las construcciones es la serie Fibonacci, que matemáticamente consiste en una serie aditiva en donde de inicio se suma 1 + 1= 2, siguiendo el antecesor y el número se continua con la serie: 1, 1, 2, 3,5,8,13,21,34 ...
Esta serie se relaciona de manera geométrica con el número de oro ya que cuando éstos números se representan como fracciones a partir de la división 21/34 aparecerá la cifra constante 1.618, número utilizado para encontrar los puntos áureos (nombrado por Leonardo Da Vinci para representar la constante relación armónica en la obra plástica), esta relación se encuentra de manera natural en el desarrollo de los seres vivos y su pulsación de crecimiento da como resultado diversas relaciones geométricas. Los mayas eran partícipes de este conocimiento.
Un ejemplo es la base del trono de Ahkal mo' nahb' III, en Palenque, Chiapas. En este tablero el personaje central ha sido identificado como el gobernante fallecido Kinich Janahb' Pakal, el personaje que se ubica a la izquierda es K'inich Akal mo' nahb III soberano de la ciudad o divino señor y a la derecha se encuentra el heredero U pakal K'inich.
Se puede observar que la composición se encuentra en un rectángulo armónico, y los cruces realizados con el compás permiten ver, en sus intersecciones, también llamados nudos armónicos, los elementos más importantes de la obra.