Dos viejas amigas, que se encuentran luego de muchos años sin verse, comienzan a hablar de temas de salud; vamos a ver cuantos de ustedes se identifican o han escuchado algo similar a esta conversación.
Lucía: María, pero cómo has estado, hace tanto tiempo que no nos vemos. Estás muy delgada, que bien te ves, y ¿tu familia, cómo está?
María: Todos están bien, que bueno verte a ti también. Han pasado muchos años.
Lucía: Niña pero dime que dieta llevas, te ves muy bien.
María: No es dieta Lucía, he aprendido a alimentarme saludable y hago ejercicios. Hacen 3 años atrás, no me sentía, ni me veía me como hoy. Me diagnosticaron diabetes y al educarme acerca de la condición decidí tomar el control.
Lucía: ¡No me digas, diabetes!, pero, ¿cuál la buena o la mala?"
María: Ay Lucía, no te entiendo, ¿cómo que la buena o la mala? La diabetes no es buena o mala; es diabetes. Si te refieres al tipo de diabetes, tengo diabetes tipo 2.
Lucía: Pues mira la mala es cuando tienes que usar insulina, pues a mi abuela se quedó ciega de un ojo cuando le comenzaron a dar insulina. Si el médico te dice que tienes que usar insulina, NO la uses. Dile que no, que muchas gracias.
María: Lucía, creo que no conoces mucho acerca de la diabetes.
Lucía: Como que no, si toda mi familia tiene diabetes. Mira, mis abuelos la tenían, mis papás, tías y hasta mi hermano la tiene. Pero es la buena, pues no usan insulina y no tienen que estar pinchándose los dedos para medirse el azúcar. Desde que soy chiquita vengo escuchando hablar de la diabetes.
María respira profundo y le pregunta: ¿Tienes tiempo para un café y platicamos un poco?
No existe la diabetes buena o mala. Ambas son igual de peligrosas si no se manejan de manera correcta; manteniendo los niveles de glucosa en sangre dentro de los parámetros recomendados por nuestro médico, con el propósito de prevenir o retrasar las complicaciones relacionadas con esta condición. La diabetes tipo 1 y diabetes tipo 2 provocan las mismas complicaciones de salud:
- Enfermedad cardíaca y derrame cerebral
- Nefropatía Diabetica (Daño o enfermedad renal)
- Pérdida de visión
- Neuropatía
- Amputaciones
La diabetes tipo 1 y tipo 2 son enfermedades crónicas (de larga duración, no curable y por lo general de progresión lenta) caracterizada por una concentración muy alta de glucosa (azúcar) en la sangre, debido a que el cuerpo no produce insulina o no es capaz de utilizar correctamente la que produce.
La diabetes tipo 1 requiere múltiples inyecciones diarias de insulina o la utilización de una bomba de insulina, conjuntamente con un monitoreo frecuente del nivel de glucosa, para un buen manejo de la condición.
La diabetes tipo 1 es peligrosa, ya que ante la falta de insulina pueden haber complicaciones muy serias en sólo horas. Este factor o diferenciación entre ambos tipos de diabetes contribuye a la confusión y a la "teoría" de algunas personas de que un tipo de diabetes es buena o mala.
La insulina es una hormona que todos producimos, pero las personas que ya no la producen, necesitan inyecciones diarias para poder vivir. Recuerda que una persona que vive con diabetes tipo 2 pudiera, en algún momento de su tratamiento, utilizar insulina. Por estas razones, el que alguna persona que vive con diabetes tenga que inyectarse insulina no hace que su diabetes sea buena o la mala.
La diabetes tipo 1 no puede ser catalogada como la diabetes buena o mala. Es una condición que requiere muchos cuidados preventivos, al igual que la diabetes tipo 2. Malas son las complicaciones relacionadas a un mal manejo de ambos tipos de diabetes. Por eso es nuestra misión de llevar un mensaje de educación, apoyo y empoderamiento de la diabetes.
Mientras más educados estemos, tendremos más herramientas para enfrentar los retos diarios de esta condición, logrando un mejor auto-cuidado, resultando en una vida más saludable, productiva y libre de complicaciones. La educación es la mejor prevención de complicaciones.
La diabetes mala es la que no es diagnosticada, la que no atendemos, la que tratamos incorrectamente y la descontrolada. Aquella que aunque conocida por la persona que la padece, esta no hace nada para educarse y cuidarse; sea diabetes tipo 1 o tipo 2.
Lucía es un claro ejemplo del concepto que tienen muchas personas acerca de la diabetes, seamos como María y aprovechemos las oportunidades para educar a los demás.
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