Carta a un ciudadano americano. FUSION y el derecho a ser reconocido

Fusion, el nuevo canal de ABC y Univisión es un paso adelante en ese camino porque no está parado del otro lado de la frontera del idioma, esperando a que un guardia de inmigración le otorgue paso.
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Hace pocos días nació Fusion. Sin tilde. "Fusion" en inglés. Es uno de los experimentos más ambiciosos de la televisión de los Estados Unidos, liderado por Isaac Lee, director de noticias de Univisión y financiado por el gigante ABC y la propia Univisión. El nuevo canal de televisión está dirigido a los latinos jóvenes, pertenecientes a la generación del milenio ("Millenials"), quienes a pesar de hablar español tienen una vida que transcurre mayoritariamente en inglés. La apuesta es enorme y tomará algunos años llegar a los volúmenes de audiencia que traen consigo el punto de equilibrio.

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Fusion produce material noticioso en inglés bajo la dirección del aguerrido Jorge Ramos en un formato muy distinto al de Univisión -más fresco, más veloz, más útil para internet- ; en su primera edición contaron con una larga entrevista exclusiva con el Presidente Obama. El Presidente de los Estados Unidos entiende más que nadie el poder de esa audiencia. Los latinos constituyeron el 10% del voto en las pasadas elecciones de hace un año y en ese electorado Obama ganó 71% contra 27% para Romney.

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Pero además, Fusion tiene contenido de entretenimiento y de deportes. Este contenido es realmente diferente a lo que la gente está habituada a ver en TV. Tiene carácter y estilo propios y ese carácter y ese estilo son en su esencia latinos en inglés. Latinounidenses.

Ver sus primeras emisiones me hizo pensar en un texto de Isaías Berlín titulado "The search for status" en el que Berlín trata el tema de la diferencia entre la necesidad de ser reconocido como igual a la búsqueda de la libertad.

"Este es el corazón del gran grito por el reconocimiento", dice Berlín, "de parte de individuos y de grupos, y en nuestra época, de profesiones y clases sociales, naciones y razas. Aunque es posible que no encuentre más libertad a manos de los integrantes de mi propia sociedad, ellos son miembros de mi propio grupo, me entienden, así como yo los entiendo; y ese entendimiento crea en mí la sensación de ser alguien en el mundo".

Los hispanos en los Estados Unidos son hoy la minoría más grande de los Estados Unidos, con 53 millones de personas, el 17% de la población. Los afroamericanos pasaron a ser la segunda minoría, con 44.5 millones. Pero como éstos, los hispanos viven un momento de lucha que no es menor y que pasa, necesariamente, por el derecho a ser reconocidos. El reconocimiento, en este caso, trae consigo en cierta medida la libertad.

No es apenas un asunto de derechos migratorios. Los hispanos en Estados Unidos quieren pertenecer a la nación en carácter de iguales, no de hijos adoptivos tardíamente reconocidos.

El reconocimiento que persiguen no es el resultado de una concesión paternalista, "el mayor despotismo imaginable" según Kant (citado por Berlín en el mismo ensayo), sino de un pacto entre hermanos.

Ese pacto fue sonsacado a las buenas y a las malas de las garras del poder anglosajón por italianos, irlandeses, escoceses, y afroamericanos. Ahora es el turno hispano.

Fusion, el nuevo canal de ABC y Univisión es un paso adelante en ese camino porque no está parado del otro lado de la frontera del idioma, esperando a que un guardia de inmigración le otorgue paso.

Ha atravesado esa frontera con la fuerza de la hispanidad que no reside únicamente en el español, sino también en una estética propia, en el lenguaje de un humor actual y en el coraje de la buena investigación periodística.

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