Carta a un ciudadano americano: Tranströmer y Germanwings

Si leyéramos más poesía, estaríamos más cerca de quienes se deprimen. Incluyéndonos. Quizá todos nos sentiríamos más acompañados.
This post was published on the now-closed HuffPost Contributor platform. Contributors control their own work and posted freely to our site. If you need to flag this entry as abusive, send us an email.
via Instagram ift.tt/1HXhd1f
via Instagram ift.tt/1HXhd1f

Si no hubiese muerto el 26 de marzo pasado, en unos días, el 15 de abril, cumpliría 84 años Tomas Tranströmer, el sicólogo y poeta sueco que recibió en 2011 el Premio Nobel de literatura. Un lector común y corriente se preguntará: ¿por qué me importa que haya muerto un poeta? Espero que si ese lector sigue leyendo, encuentre la respuesta en esta columna.

Compré una antología de sus poemas, El cielo a medio hacer, en Santiago de Chile, hace unos pocos meses. Sabía que era un gran poeta, algo hermético, pero nunca lo había leído.

Hasta ahora he leído solo dos de los libros contenidos en la antología. La poesía es así. Necesita motivo, momento, estado de ánimo. Pero no conozco mejor remedio para la soledad, el miedo a la muerte, el temor de soledad, que ese.

Porque usualmente impera la razón, ese infame dictador.

Tranströmer lo dice con precisión "lo que ha sucedido durante el día se hunde, pesan más las lecciones que la vida".

2015-04-05-1428272160-6279658-images.jpeg

Pienso que aún para mí, que he leído poesía toda mi vida, él es algo hermético.

¡Pero cómo quisiera que mis hijos lo entendieran! Quizá por eso escribo sobre un poeta que muere y no sobre un estado islámico que surge, o una matanza en Kenya que lo demuestra, o un piloto deprimido que le cobra al mundo su tristeza llevándose 150 vidas con la suya al final de los tiempos.

Dice Tranströmer en Octavilla:

"Vemos todo y nada, erguidos periscopios,
manejados por la huraña tripulación subterránea.
Es la guerra de los minutos. El sol ardiente
Sobre el sanatorio, aparcamiento del dolor.

¡Nosotros, clavos vivos clavados en la sociedad!
Un día nos liberaremos de todo.
Sentiremos el aire bajo la muerte bajo las alas
Y seremos más tiernos y más salvajes que aquí. "

La buena poesía escapa a la razón. Quizá como las buenas historias. Atrapan nuestra alma, como un garfio, mientras nuestra mente observa con curiosidad aturdida.

¿Por qué deberían importarnos los poetas?

Porque saben algo que todos nosotros ignoramos, algo que nos acompañará de aquí a ese último viaje de nuestras alas alemanas, nuestras Germanwings, lideradas por un copiloto entristecido, que no pudo encontrar en la vida pasión suficiente, alegría momentánea, amigos adorables o insufribles, pero amigos al fin y al cabo, o amores tremendos y definitivos.

Dice el piloto suicida, con Tranströmer, sin saberlo:

"Me he graduado en la universidad del olvido y tengo las manos tan vacías como la camisa que cuelga en la cuerda" .

Si leyéramos más poesía, estaríamos más cerca de quienes se deprimen.

Incluyéndonos.

Quizá todos nos sentiríamos más acompañados.

Popular in the Community

Close

What's Hot