Carta a un ciudadano americano. Los que sufren, los que no

En la zona ecuatorial, las vacaciones suelen ir hasta mediados de enero. En el sur, hasta finales de febrero. Nosotros regresamos a trabajar el 13 de enero, pero en realidad poco sucede en el país hasta finales de mes.
This post was published on the now-closed HuffPost Contributor platform. Contributors control their own work and posted freely to our site. If you need to flag this entry as abusive, send us an email.

El año abre sus puertas y yo me entrego a esa caída libre que son las vacaciones. Así sucede en América Latina en general. En la zona ecuatorial, las vacaciones suelen ir hasta mediados de enero. En el sur, hasta finales de febrero. Nosotros regresamos a trabajar el 13 de enero, pero en realidad poco sucede en el país hasta finales de mes. Se parece al agosto de los europeos.

En cambio mis amigos estadounidenses sufren.

El 4 de enero empiezo a recibir correos electrónicos de mis amigos en Nueva York, Miami, Chicago, Washington.

Todos ocupadísimos.

Todos preocupadísimos.

2015-01-08-iStock_000050594938_Small_Snagged760x566.jpg

No sé qué hay detrás de ese bioritmo enloquecido. Para mí el final del año se confunde con el comienzo del siguiente en una especia de "soft landing". No que me preocupe mucho el trabajo porque -hoy por hoy- me gusta lo que hago, de manera que el trabajo no es "trabajo", pero me impresiona esa máquina terrible de la "Central del Capitalismo".

Me asusta como suena, me impresiona cómo aplasta a mis amigos.

Uno me escribe preguntándome si voy a una reunión de trabajo en Miami esta semana, con un cliente común. No, le digo, esta semana no existe. No están puestas las calles. No hay aeropuertos. Los que van a la oficina se encuentran con sus miedos, con sus ansiedades, con su mamá interior diciéndoles que el 4 de enero tienen que estar en la oficina o se cae el mundo.

La reunión, sin embargo, va a ocurrir.

Otro me dice que si hablé con éste o aquel sobre tal o cual tema porque tiene que definirlo ya. Bueno, le digo, quizá hable con éste o aquel antes de fin de mes. Te aviso. Espero no te infartes antes.

El tercero me pregunta si podemos hacer una conferencia telefónica el 4. Está de vacaciones en Islandia. Bueno, sí, podemos, si logramos cuadrar el frío de Islandia y las siete horas de diferencia que hay con las Islas del Rosario, la mala señal del celular y los vientos de treinta nudos que atormentan, literalmente, la transmisión.

Hay un cuarto que quiere que le cuadre reuniones con alguien en Bogotá en Marzo 2. ¿Estás loco?, quiero preguntarle. ¡Marzo 2 es otra dimensión interplanetaria aquí! No es el largo plazo, es la quinta dimensión.

Hubo una época en la que estaba de acuerdo con mis amigos norteamericanos. Planeaba todo el 31, no gozaba esa noche por estar preocupado con mis promesas para el año nuevo, y el primero amanecía en dieta total, trotando (un día), cero alcohol (dos días) y enviando correos electrónicos a todo el mundo para sentir que estaba trabajando (todos los días).

Ahora me latigo menos.

Entiendo que nada sucedía cuando hacía eso. Estoy seguro de que otros me observaban y lo que veían era a alguien desesperado, que confundía el ajetreo con el trabajo.

A una persona con angustia profunda.

Así veo hoy a los Estados Unidos de América.

Los Angst-ados Unidos de América.

Popular in the Community

Close

What's Hot