Carta a un ciudadano americano: La cruzada de los niños

Obama perdió una oportunidad histórica. Y ahora quiere retomarla enfrentando a los republicanos en un tema en el que los demócratas pueden verse más cercanos a los electores, ganando el centro del espectro político.
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A Border Patrol agent stands on a ranch fence line with children taken into custody in South Texas brush country north of Laredo, Texas, Tuesday, June 6, 2006. According to agents, the children were separated from their families after the Border Patrol apprehended a large group of immigrants that crossed into the U.S. illegally. They spent the next 11 hours in the brush until agents found them. This came a few hours before President Bush visited the Laredo Border Patrol Sector. (AP Photo/LM Otero)
A Border Patrol agent stands on a ranch fence line with children taken into custody in South Texas brush country north of Laredo, Texas, Tuesday, June 6, 2006. According to agents, the children were separated from their families after the Border Patrol apprehended a large group of immigrants that crossed into the U.S. illegally. They spent the next 11 hours in the brush until agents found them. This came a few hours before President Bush visited the Laredo Border Patrol Sector. (AP Photo/LM Otero)

Mi vecina en la mesa es periodista. Estamos en una presentación de Yoani Sánchez, la conocida "bloguera" cubana, quien ha recibido un reconocimiento del Consejo de Asuntos Globales de Chicago. La periodista fue quien entrevistó a Yoani y lo hizo de manera magistral.

Yoani ha terminado sus palabras, cautivando a un público de unas doscientas personas, miembros de la élite de Chicago.

Resulta fascinante ver cómo, a través de imágenes de la cotidianidad, se hace evidente el sufrimiento de un pueblo oprimido por una dictadura de dos hermanos, hoy ancianos los dos, durante poco más de medio siglo.

Pero es aún más esperanzador ver cómo para ella, para Yoani, y quizá para muchos en su generación, ya el tema no son los Castro sino el futuro.

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Mi vecina, la periodista, trabaja en un especial sobre inmigración para National Public Radio.

Al terminar de cenar y antes del postre se excusa porque debe salir temprano: Está cubriendo una noticia que durante los siguientes días ocupará las primeras páginas en los diarios de Estados Unidos.

Se trata de la persecución despiadada y la posterior deportación, de miles de niños centroamericanos. A veces con familia, pero la mayoría de las veces solos.

- Esto es como cuando llegaba la Gestapo a las casas de los judíos -dice, y agrega: La gente de inmigración tiene unas "cuotas" qué llenar. Son centenares por semana, miles al mes. Entran a las casas en la noche, rompen las puertas con hachas y martillos de bomberos, sacan a la gente a la fuerza. Quien no tenga papeles se va, es subido a unos buses y trasladado a centros de deportación.

Los integrantes de la mesa están horrorizados. A la exposición serísima de Yoani, ya un plato fuerte, se agregan imágenes de niños de Honduras, Guatemala, Nicaragua y otros países centroamericanos, siendo arrastrados de sus casas en la noche por enormes agentes de inmigración en los barrios hispanos de ciudades como Chicago, Los Angeles, Dallas, Nueva York y tantas otras.

"No tenía idea de que algo así ocurría", dice un señor elegantísimo, sentado a mi izquierda, a manera de excusa civilizada, aunque innecesaria.

Mi vecina de mesa se llama María Hinojosa. Es presentadora y productora ejecutiva de Latino Usa, un programa que ha trabajado el tema de la minoría hispana en Estados Unidos como pocos otros. Cuando se va la mesa queda en grave silencio.

El periodista de TV que le ha dedicado más tiempo y energía y que se ha jugado a fondo en el tema ha sido Jorge Ramos, presentador de noticias de Univisión y de Fusion, el canal en inglés de Univisión con ABC News. Él ha entrevistado a Obama sobre el tema e incluso publicó recientemente un libro al respecto: "A Country for all, an Inmigrant Manifesto".

Ramos llama el tema por su nombre: "La promesa incumplida de Obama".

"Cuando tuvo el control del Congreso, cuando tenía sesenta votos en el Senado, él [Obama] podría haberlo logrado", ha dicho Ramos. "Y no lo hizo. Escogió otros temas. Y es por eso que los Latinos están tan frustrados".

Obama perdió una oportunidad histórica. Y ahora quiere retomarla enfrentando a los republicanos en un tema en el que los demócratas pueden verse más cercanos a los electores, ganando el centro del espectro político, y empujando a los republicanos al lado "militar" del debate migratorio.

Pienso que eso sería explicable y hasta interesante si Obama fuera candidato. Pero es Presidente. Se le pasó el momento y ahora quiere salvar el partido en el último minuto.

Basta ver el site de la Casa Blanca para entender por qué ahora tampoco lo va a lograr.

Su propuesta es una vela a Dios y otra al diablo: busca fortalecer la seguridad en la frontera a la vez que moderniza la inmigración legal; quiere legalizar a los ilegales luego de que pasen exámenes de vigilancia de seguridad del estado, paguen impuestos adeudados y una penalidad, comiencen desde "el final de la línea" y aprendan inglés. Y por último busca castigar con mayor severidad a los empleadores que contraten trabajadores ilegales.

Vaya. Con todo eso, los Estados Unidos no serían lo que son. No habría en este país italianos, ni judíos, ni irlandeses; mucho menos hispanos, japoneses, chinos.

Sería un país de blancos anglosajones y nietos de esclavos traídos de Africa, legalizados necesariamente para trabajar en los campos. No sería una gran potencia, sino un país xenófobo. No tendrían tampoco al frente del gobierno a un presidente afroamericano que logró un día inspirar al mundo pero que, a este paso, logrará contribuir a entregarle a su país una nueva frustración.

En su libro titulado la "Cruzada de los Niños", sobre la extraña cruzada que (al parecer) tuvo lugar en 1212, el escritor francés Marcel Scwhob pone palabras en la boca del Papa Inocencio III cuando le llega noticia de los casi 7 mil niños que han emprendido el viaje a Jerusalén.

"Señor", dice el Papa Inocencio III, "permíteme que te hable según las fórmulas de la religión. Esta cruzada de los niños no es una obra piadosa. No podrá conquistar el sepulcro para los cristianos.

Aumenta el número de los vagabundos que caminan en el límite de la fe autorizada. Nuestros sacerdotes no pueden protegerla. Debemos creer que el Maligno posee a estas pobres criaturas. Van en rebaño hacia el precipicio como los cerdos en la montaña.

El Maligno se apodera gustoso de los niños, Señor, como lo sabes. En otro tiempo, revistió el aspecto de un cazador de ratas para atraer con las notas de la música de su caramillo a los pequeñuelos de la ciudad de Hamelin.

Unos dicen que estos infortunados se ahogaron en el río Weser; otros, que los encerró en el flanco de una montaña. (...) Estos pequeños profetas derrumbarán el edificio de tu Iglesia. Es necesario defenderla. (...) Señor, te hablo según tus instituciones.

Estos niños perecerán. No hagas que bajo Inocencio se renueve el asesinato de los inocentes. Lo digo según tu regla. Hay crímenes. Hay muy grandes crímenes. Hay herejías. Hay muy grandes herejías. Mi cabeza está vacilante de debilidad: tal vez no sea necesario ni castigar ni absolver. La vida pasada hace titubear nuestras resoluciones.

No he visto ningún milagro. Ilumíname. ¿Esto es un milagro? ¿Qué signo le diste? ¿Han llegado los tiempos? ¿Quieres que un hombre muy viejo, como yo, sea semejante en su blancura a tus pequeñuelos cándidos? ¡Siete mil! Aunque su fe sea ignorante, ¿castigarás la ignorancia de siete mil inocentes? También yo soy inocente. Señor, soy inocente como ellos.

No me castigues en mi extrema vejez. Los largos años me enseñaron que este rebaño de niños no puede triunfar. Sin embargo, Señor ¿es un milagro? Mi celda continúa apacible, como en otras meditaciones. Sé que no es necesario implorarte, para que te manifiestes; pero yo, desde lo alto de mi extrema vejez, desde lo alto de tu papado, te suplico. Instrúyeme, porque no sé. Señor, son tus pequeños inocentes. Y yo, Inocencio, no sé, no sé."

Así parece hablar Obama sobre el tema, hoy en día.

Y así parecen retumbar las voces de los miles de niños centroamericanos detenidos hoy en los centros de deportación de los Estados Unidos de América.

Detención de niños

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