Carta a un ciudadano americano: El pacifismo necesario

Carta a un ciudadano americano: El pacifismo necesario
This post was published on the now-closed HuffPost Contributor platform. Contributors control their own work and posted freely to our site. If you need to flag this entry as abusive, send us an email.
Relatives of missing people participate in a ceremony at 'La Escombrera' rubbish dump in the 13 Commune shantytown in Medellin, Antioquia department, Colombia on July 27, 2015. In 2002, Medellin was rocked by violence after the government's decision to recover part of the city disputed by right-wing paramilitaries and militias, during which dozens of people were killed, more than 100 people were injured, 100 went missing and 200 families were displaced. Colombian prosecutors will search for the bodies disappeared during the war conflicts in the area, where one of the largest mass graves is believed to be, the government said. AFP PHOTO / RAUL ARBOLEDA (Photo credit should read RAUL ARBOLEDA/AFP/Getty Images)
Relatives of missing people participate in a ceremony at 'La Escombrera' rubbish dump in the 13 Commune shantytown in Medellin, Antioquia department, Colombia on July 27, 2015. In 2002, Medellin was rocked by violence after the government's decision to recover part of the city disputed by right-wing paramilitaries and militias, during which dozens of people were killed, more than 100 people were injured, 100 went missing and 200 families were displaced. Colombian prosecutors will search for the bodies disappeared during the war conflicts in the area, where one of the largest mass graves is believed to be, the government said. AFP PHOTO / RAUL ARBOLEDA (Photo credit should read RAUL ARBOLEDA/AFP/Getty Images)

En los inicios de la guerra del Pacífico, en la batalla del mar de Bismark, marinos japoneses que llegaron a las costas de Nueva Guinea fueron desollados vivos por cazadores de cabezas. En la isla de Makin, en la Bahía Milne, Papúa Nueva Guinea, los japoneses descabezaron a algunos exploradores militares australianos pero dejaron a una mayoría desangrarse luego de herirlos con bayonetas, castrarlos y coserles los labios.

Hace pocos días se conmemoraron 20 años de la masacre de Srebrenica, en la que 8000 hombres y niños fueron masacrados por las fuerzas serbias. Rodeados como reses y luego fusilados a mansalva.

Cualquiera pensaría que esto es algo que está atrás, en la Segunda Guerra Mundial, o la guerra de los Balcanes, o para el efecto, podría ser la descripción de cualquier guerra, pero todo un poco lejos. Estaría equivocado.

Un guerrillero de las Farc en Colombia decide asesinar a su comandante, un sanguinario, y cortarle las manos para poder mostrarlas al ejército e intentar cobrar la recompensa. En 2011, en la conocida masacre de Durango, México, los Zetas asesinaron más de 340 personas, que enterraron en fosas comunes.

En un pueblito del pacífico colombiano el comandante de un grupo de ultra derecha, entonces llamado las AUC (Autodefensas Unidas de Colombia), creado como ejército irregular antiguerrilla, decidió fusilar a los hombres mayores de 18 -más de 100- y sus mercenarios jugaron fútbol con la cabeza de uno de ellos, en un improvisado campo de juego cuyas tribunas están repletas de los familiares de los muertos.

Unos oficiales de rango medio deciden aprovechar el ofrecimiento de recompensas económicas por bajas guerrilleras y convencen a alrededor de 2500 muchachos, muchos de ellos hijos únicos, sin padre, algunos de ellos con algún nivel de discapacidad cognitiva, en grupos de cinco, ocho, de ir a lugares alejados. Para un trabajito. Allí los asesinan, los uniforman como guerrilleros y los hacen pasar por víctimas del conflicto para que alguien, un socio comercial digamos, cobre el dinero de la recompensa.

No conozco insensatez más grande que la guerra y horror peor que la violencia. Es nuestro lado animal. Y sin embargo, algunos de mis amigos prefieren la guerra a la paz. Caen en el embrujo del miedo. Un señor que fue presidente de mi país -cuyo padre fue asesinado por la guerrilla- les dice que detrás de las negociaciones de paz de Colombia en Cuba, está el diablo, que viene el castro-chavismo, y todos tiemblan. Mejor la guerra piensan.

Y, piensa uno, cuando duda: en la Segunda Guerra Mundial los pacifistas jugaban en las manos de Hitler. Fue la consistencia de Roosevelt y no la tontería de Chamberlain la que acabó con los delirios de Hitler.

Saber cuando es inevitable la guerra y cuando es necesaria la paz, esa es la cuestión. Ambas requieren de un enorme valor y, en algunos casos, de una cierta dosis de locura. En este caso es urgente la paz que busca el presidente Juan Manuel Santos, no sin un gran coraje que le ha costado una buena parte de su capital político. Esta, la guerra colombiana, no es una guerra honorable ni en ella se juega el destino del mundo. Es en la paz en donde construiremos nuestra propia dignidad como pueblo.

Popular in the Community

Close

What's Hot